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“Aquí tienes tu carta de despido”. Escuchar esto puede suponer, en algunos casos, el comienzo de una lucha para el trabajador con el objetivo de hacer valer sus derechos. Porque en ocasiones un despido puede no estar justificado y, entonces, puede valer la pena reclamar.

Uno de los requisitos más básicos para que un despido sea válido es que debe ser comunicado por escrito. Así se señala en el propio Estatuto de los Trabajadores. Y por eso en este post vamos a exponer la naturaleza y características de una carta de despido, indicándote todos los elementos que debe contener.

También encontrarás un modelo de carta de despido improcedente, teniendo en cuenta que la posible improcedencia puede declararse tanto por el contenido como por la forma de ese escrito (¡o por su inexistencia!). Así como las indicaciones para una carta de despido objetivo -que también puede ser improcedente, como explicaremos- y un modelo de carta de preaviso si eres tú quien desea irse de la empresa.

Toda esta información es la base de cómo redactar una carta de despido debidamente, sin que sea preciso utilizar buscar una carta de despido en pdf ya elaborada.

La carta de despido

Una carta de despido es un documento que la empresa está obligada a proporcionar al empleado cuando se le echa del trabajo. Con ella finaliza la relación laboral entre empresario y trabajador. Los motivos del cese pueden ser diversos. Pero, sean cuales sean, no han de ser demostrados con pruebas anexas a la carta en el momento del despido. Esto solo será necesario si la persona afectada acude posteriormente a los tribunales.

Como adelantábamos antes, un despido debe ser notificado mediante una carta de despido laboral. Y, además, esta debe ser entregada de forma efectiva, de modo que la empresa se asegure de que el destinatario la ha recibido. En esta línea, se puede hacer de forma presencial -en mano- o a través de correo certificado o burofax, entre otros medios hábiles para este fin.

¿Y si no quiero cogerla?

No aceptar la recepción de la carta no significa que se impida el despido. Más bien todo lo contrario. Porque si el trabajador se niega a coger esta comunicación, el empresario puede acreditar que al menos lo ha intentado. Y si tiene pruebas de ello, el despido se producirá igualmente.

Por lo tanto, si no estás conforme con tu cese, no servirá de nada que no admitas la carta. De hecho, si deseas reclamar o al menos tener la posibilidad de hacerlo, lo correcto es firmarla. Eso sí, añadiendo junto a tu rúbrica las palabras “no conforme” y la fecha.

En la legislación española, el derecho de defensa del trabajador, salvo en los supuestos en que se requiere tramitar un expediente sancionador previo al despido, se sitúa tras el despido, es decir, después de que se extinga la relación contractual.

Imposibilidad de entrega

Otra cuestión diferente es si existe una discordancia entre la fecha del intento y la fecha de la efectiva recepción, sin que haya culpa ni intencionalidad por ninguna de las dos partes. Hablamos de situaciones como la de un trabajador que no se encuentra en su domicilio cuando llega la carta certificada, y que la recoge unos días después en Correos. En circunstancias así, la notificación del despido es válida, pero el plazo de caducidad de la acción de reclamación contra el despido cambia.

Recordemos que tras un despido hay un plazo de 20 días hábiles desde la fecha en que fue comunicado para interponer una demanda.

Carta de despido: modelo y pautas

Veamos qué debe contener una carta de despido con validez legal, ya que no toda hoja de despido es admisible. Los elementos que no pueden faltar en una carta de este tipo son:

  • Datos de la empresa y del trabajador.
  • Los hechos que han provocado el despido, especificados de forma concreta, clara y precisa. Aunque sin entrar excesivamente en todos los detalles. Se debe justificar el motivo o motivos por parte del empresario.
  • La fecha en la que se está comunicando la destitución.
  • Fecha a partir de la cual tendrá efecto el cese (no pudiendo ser una fecha pasada).
  • Puesta a disposición de la indemnización si correspondiera, indicando el importe exacto, la vía de abono, etc.

Las cartas de despido deben seguir siempre estas pautas. Así sería en consecuencia una plantilla de carta de despido. Y en ella no debe figurar información innecesaria. Las posibles ofensas a la integridad del trabajador vertidas en la carta de despido pueden incluso constituir una vulneración del derecho al honor. Un buen modelo de carta de despido debe transmitir un conocimiento claro, suficiente e inequívoco de lo que se le imputa.

“Me han despedido verbalmente”

El despido únicamente verbal supone el incumplimiento de la obligación de notificar por escrito al empleado la decisión de la empresa. En esos supuestos, un juez calificaría el despido como improcedente. Y si esto sucede, la persona tendría derecho a una indemnización, o a la reincorporación si los responsables de la empresa así lo prefieren, tal como puedes ver en este otro artículo.

Modelo de carta de despido improcedente

Antes de proseguir, no olvidemos que en nuestro país se pueden emitir únicamente dos tipos de despido: disciplinarios y objetivos. Y que ambos pueden ser catalogados como improcedentes, procedentes o nulos.

Pero si queremos saber cómo puede ser un modelo de carta de despido improcedente, uno de ellos sería cuando el empresario ya reconoce la improcedencia del cese. En un ejemplo de carta de despido improcedente de este tipo se admitirá directamente que se trata de una destitución disciplinaria improcedente. Y esto puede deberse a que las causas alegadas son puras vaguedades: ”bajos resultados comerciales”, “faltas de puntualidad”, etc. En definitiva, sin un motivo justificado y válido legalmente. Estaríamos aquí ante un modelo de carta de despido improcedente sin causa.

Y, por supuesto, también puede tratarse de un despido improcedente aunque no sea declarado como tal en la carta. Por ejemplo si un empleado recibe una carta de despido y finiquito pero en ella no aparece la fecha de efectos, o no se enumeran los factores que han llevado al despido. O también si no se pone a disposición de la persona el dinero del finiquito. Porque no cumplir con los requisitos formales en la comunicación de un despido es sinónimo de que este se califique como improcedente.

El despido improcedente puede ser emitido y “confesado” en una carta de despido. Por el contrario, un despido procedente o nulo solo lo puede dictar un juez.

Carta de despido objetivo

Cuando se lleva a cabo un despido objetivo, este puede ser por ejemplo por causas económicas, técnicas, organizativas o de producción. O incluso por fuerza mayor. En esta clase de despido, el texto es algo distinto, independientemente de que luego pueda ser declarado improcedente, procedente o nulo. Porque tienen que exponerse los hechos concretos que causan el cese.

Según el Tribunal Supremo, el término ‘causa’ en el despido objetivo por necesidades de la empresa no hace referencia a un motivo genérico (como podría ser “reestructuración de plantilla”). Ni tampoco a una causa remota que genera esa situación negativa. Deben consignarse las dificultades exactas que argumenta el empresario para justificar la extinción del contrato. Además, en el despido objetivo por causas empresariales el contratador tiene la carga de la prueba respecto a los motivos objetivos expuestos. No ha de haber ningún tipo de duda.

Sin embargo, si se da esta clase de despido nace una obligación más para la empresa: proporcionar a los representantes de los trabajadores una copia de la carta.

Paralelamente, el resto de datos deben ser los mismos que en el despido disciplinario: datos de empresa y trabajador, fecha de la carta y fecha de efectos, etc.

Carta de despido del trabajador a la empresa

Hasta ahora hemos contemplado cartas de despido disciplinario y objetivo. Pero, ¿y si es el empleado quien desea renunciar? En ese supuesto también hace falta que este haga partícipe a la empresa de su decisión mediante un documento escrito. Dicha baja voluntaria debe acompañarse con un preaviso mínimo de 15 días, con dos finalidades: para que la empresa tenga margen de tiempo ante la marcha del trabajador (por ejemplo si tiene que buscar un sustituto), y sobre todo, para que la persona que abandona su puesto no pierda cantidades en el finiquito.

No obstante, la redacción de una carta de preaviso de “despido” voluntario es más personal, y puede se más breve o más extensa, siempre que refleje los siguientes aspectos:

  • Tu nombre y apellidos
  • Fecha
  • Preaviso (¡te lo recomendamos!)
  • Datos de la empresa y del destinatario
  • Texto de renuncia
  • Motivos de tu baja voluntaria (¡solo si quieres!)
  • Un agradecimiento (si lo ves oportuno)
  • Firma

Conclusión

Seas tú quien “se despida” o la empresa la que te eche, la comunicación siempre debe realizarse por escrito. Pero aunque puede haber muchos ejemplos de carta de despido, y pese a que no existen modelos de cartas de despido oficiales propiamente dichos, hay unas reglas que hay que cumplir. Sobre todo, en las cartas de despido laboral no han de faltar los elementos necesarios para que sean válidas legalmente, ya que además son un instrumento esencial si después de desea reclamar ante un juzgado. Dicho procedimiento, sin embargo, no es directo, sino que conlleva pasar previamente por la presentación de una papeleta de conciliación. ¿No sabes qué es? Infórmate de ella en este enlace para que sepas cuáles serían los pasos para luchar por tus derechos tras recibir una carta de despido con la que no estás de acuerdo.

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