La indemnización por despido improcedente es la forma que tiene la ley de compensar a un trabajador que ha sido echado del trabajo injustamente. A veces puede conllevar la recolocación, aunque esta es más propia de un despido nulo. Y por eso en este artículo te explicamos todo sobre los efectos de un despido improcedente.
Pero, ¿cuándo un despido es improcedente? ¿Qué es el despido improcedente por definición? Te exponemos los motivos que pueden dar lugar a este tipo de despido, es decir, las posibles causas de despido improcedente. Con casos concretos que te pueden servir de ejemplo.
En resumen, te vamos a contar lo que dice la ley acerca de los despidos improcedentes, para que, si te despiden, puedas tener una guía en la que basarte si sospechas que tu despido ha sido injusto. Y así poder reclamar lo que mereces.
Qué es el despido improcedente: significado
Lo primero que has de saber es que la improcedencia, en un despido, puede declararse tanto si este es objetivo como disciplinario. Ambas son las dos únicas clases de despido en España. La primera es cuando el cese se produce por causas ajenas al trabajador (por ejemplo, si ha habido hechos que han afectado al funcionamiento de la empresa), mientras que en la segunda la “culpa” sí recae en la persona contratada.
Cualquiera de las dos puede llegar a tener el calificativo de procedente, nulo o improcedente. Entonces, ¿qué significa despido improcedente? Pues se trata de una destitución (objetiva o disciplinaria) que no proviene de un motivo justificado. Es decir, que el empresario no acredita la causa alegada, y no se puede corroborar que esta sea real. Pero, en cualquier caso, si se dicta que un despido objetivo es improcedente, las consecuencias son las mismas que en los despidos disciplinarios improcedentes. Pero este aspecto lo desarrollaremos más adelante para que quede más claro.
Pero también hay improcedencia si...
Puede ocurrir que, aunque la razón del despido sea procedente, la forma de comunicarlo formalmente no se ajuste a la normativa. Y por ello también podría ser considerado improcedente, al igual que lo sería si no se pone a disposición del empleado la indemnización y/o finiquito correspondiente.
Y no la hay cuando…
Por el contrario, hay que tener muy en cuenta que si la empresa no da al trabajador el debido preaviso, o hay un error excusable en el cálculo de la indemnización o el finiquito, esto no significa que el despido sea improcedente. Sin embargo, en estas circunstancias el empleador tiene que abonar los salarios correspondientes a dicho periodo o la indemnización en su cuantía correcta, respectivamente.
Causas de despido improcedente
Vayamos ahora a lo práctico. Expongamos motivos reales de despido improcedente. Aparte de, por ejemplo y como ya hemos indicado, cuando no se respeta la formalidad legal de la comunicación escrita al no mencionar -o hacerlo con vaguedades- la causa concreta del cese (o si no se da la indemnización o el finiquito), también existirá improcedencia si se comprueba que la empresa miente. Por ejemplo, alegando que el trabajador llega tarde a su puesto todos los días y en realidad no fue así, dando testimonio de ello sus compañeros.
Otra muestra de despido declarado improcedente es que la falta/incumplimiento del trabajador no sea tan grave como para echarlo de la empresa. O que ejecute labores incorrectamente pero debido a una falta de información por parte de sus superiores.
Consecuencias del despido improcedente
Como consecuencia inmediata, y al igual que sucede con el despido procedente o nulo, el primer efecto del despido improcedente es el abandono obligatorio del trabajo, finalizándose el contrato. Pero la segunda es la indemnización. Aunque, ¡atención!, también puede haber una readmisión. Veamos al detalle los efectos del despido improcedente.
Indemnización despido improcedente
¿Cuál es la indemnización por despido improcedente? La cuantía de la indemnización por despido improcedente es de 33 días de salario por año trabajado, pero con un tope de 24 mensualidades. Pero hay una excepción en la que se cobra más: 45 días por anualidad cotizada, siendo el máximo 42 mensualidades. Este segundo cómputo se aplica solamente a contratos celebrados antes del 12 de enero de 2012. Y únicamente para el tiempo trabajado antes de esa fecha. Los meses -o años- trabajados después del 12 de enero de 2012 se abonarán a razón de 33 días por año. Independientemente de que el contrato laboral se hubiera firmado con anterioridad.
Por lo tanto, despido improcedente e indemnización son términos íntimamente relacionados. Y la cantidad de dinero que se recibe es más alta que si hablamos de un despido procedente, en el que la empresa ingresará solo 20 días por año, hasta 12 mensualidades. En los despidos improcedentes, las indemnizaciones fijadas tienen como objetivo proteger al ciudadano si se da un abuso del empresario en forma de despido injustificado.
Readmisión por despido improcedente
La entrega de la indemnización permite al contratador extinguir la relación laboral, siempre que no nos encontremos ante un despido nulo. Puedes informarte sobre las diferencias entre el despido improcedente y el nulo en este otro artículo. Pero, como adelantábamos líneas arriba, el empresario también puede optar por readmitir a la persona que había despedido -una vez constatada la improcedencia-. En dicho supuesto, ha de remunerar al trabajador mediante los salarios de tramitación, que son los días que no estuvo activo por el despido y que una vez readmitido debe cobrar.
Asimismo, no hay que olvidar que si finalmente se hace realidad la readmisión, es obligatorio reintegrar la indemnización previamente percibida. Aunque para ello hay que esperar a que sea firme la sentencia que declara la improcedencia.
¿Y si así se determina en la sentencia pero después no es posible la readmisión? ¿Qué pasa si el trabajador se niega o si la empresa ya no tiene disponible ese puesto, por ejemplo? ¿O directamente no quiere volver a contar con esa persona en su plantilla? Porque la verdad es que no existe obligación de recolocar al trabajador despedido. En ese caso, el afectado no tiene que devolver la indemnización. Y, como valor añadido, se ha de recalcular el importe de la indemnización hasta la fecha de la resolución judicial, y la parte condenada tiene que transferir esa diferencia.
Procedimiento de despido improcedente
En contraposición al despido procedente, que solo lo puede dictar un juez, un despido improcedente puede ser reconocido de inicio por el empresario. En esas circunstancias, la indemnización debe ser de 33 días por año. Y no habría necesidad de ir a juicio, ya que la empresa lo ha “confesado” y ha pagado consecuentemente a su empleado.
La cuestión es que en muchas ocasiones no se hace de esa manera, y un despido supuestamente procedente -con indemnización de 20 días por año-, acaba siendo calificado como improcedente. Si tienes dudas sobre esto, no pierdas tiempo y consulta con un abogado especializado. Piensa que los tribunales te pueden dar la razón.
Llegados a esta tesitura, ante un posible despido improcedente, ¿qué hacer? Pues lo primero es intentar alcanzar un acuerdo con la empresa en un acto de conciliación, al que se llega tras la llamada papeleta de conciliación -el trámite que da lugar al acto en sí-. Y si en la reunión no se llega a un pacto, se puede presentar una demanda.
El plazo para interponerla es de 20 días (hábiles) desde que el despido es notificado formalmente. Sin embargo, el periodo desde que se presenta la papeleta hasta el acto de conciliación no entra en ese total de días.
¿Es posible que me vuelvan a despedir?
Imaginemos, por último, que interponemos una demanda por despido improcedente debido únicamente a defectos de forma. Pues ahí puede haber un nuevo despido, donde se subsanen los errores técnicos del anterior. Porque la ley concede al empresario la posibilidad de emitir una nueva comunicación que revista todos los caracteres legales. Tanto antes del juicio como una vez publicada la sentencia. Pero si espera a la emisión de la sentencia, lógicamente solo podrá despedir nuevamente al demandante si el magistrado falla que el despido es improcedente y la empresa, en lugar de darle la indemnización, opta por reincorporarlo. Y cuenta con siete días para llevar a cabo ese nuevo cese.
Conclusión
Si te han echado sin un escrito de por medio, es decir, verbalmente, has de saber que se puede declarar la improcedencia si reclamas. Aunque realmente haya motivos para un despido justificado. E ídem si existe lo que se denomina una “falta de prueba” de la causa en que se funda la comunicación de despido: cuando no es posible certificar el argumento en que se apoya el empresario, o este no se ajusta a las leyes o no tiene la suficiente contundencia (por ejemplo si te echan por la sola razón de haber fumado un día en zonas de la oficina donde no está permitido).
Queremos resaltar, en último lugar, volviendo a la elección entre indemnización y readmisión, que lo que se ha elegido no es modificable. Ni el contratador ni el empleado pueden cambiar de opinión “de repente”. Excepcionalmente, ambos pueden hacerlo si se presenta un recurso de suplicación y, tras decretarse una indemnización por despido improcedente, se prefiere la readmisión.