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-La materia prima del abogado: Personas con problemas

-La naturaleza del problema.

-La percepción del problema

-Introducción al problema jurídico.

-La ciencia y técnica jurídica.

-Centrar el problema jurídico.

 

La Materia prima del abogado: Personas con problemas.

Cuando comencé a ejercer, pensaba que los abogados éramos como “mecánicos de problemas”.  “Especialistas en reparación de problemas ajenos”.

Los años de ejercicio me hicieron ver que el problema está aparejado a la personalidad del cliente. Que el problema como tal, es la interpretación personal de un hecho, por el ego del cliente.  

La naturaleza del problema:

Un mismo hecho, por ejemplo, una catástrofe natural de las que abre los telediarios, no afecta igual a quien la padece y ha perdido a sus hijos y sus bienes, que a quienes vemos esos mismos hechos, en la comodidad de la sobremesa de nuestros hogares

La capacidad de perturbación de un hecho, no solo depende del grado de implicación en el mismo, sino de cómo dejamos que el hecho en sí nos afecte y de cómo lo interpreta nuestra mente.

Así, los sucesos de la vida, que forman parte de nuestra historia personal, dejamos que sigan vivos, pero realmente, el pasado solo existe en la mente como recuerdo, y el futuro en la imaginación, lo único vivo está en el presente.

Así pues, existen los hechos. Los problemas se perciben. 

(Sobre este tema se puede leer  “El poder del ahora” de Eckhart Tolle. http://academic.uprm.edu/dpesante/docs-apicultura/elpoderdelahora.PDF.)

La percepción del problema:

Las personas que tenemos como clientes los abogados,  traen alterado su estado de ánimo. Se han visto afectados por determinados  hechos que en su mente han concebido como problemas.

Dependiendo de los hechos de que se trate, y de las circunstancias personales en las que se encuentra el cliente, la concepción del problema jurídico, llega a afectar de muy diversas formas al cliente.

Los hechos que suelen afectar con mayor intensidad el estado de ánimo de las personas son, por lo general, los relativos a las relaciones personales y profesionales. Así, las especialidades del derecho matrimonial, laboral y penal, son las que suelen tratar con clientes que ven afectado el estado de ánimo del cliente con mayor intensidad. Aunque, como digo, todo depende del propio cliente.

Los problemas relativos  al derecho matrimonial, se basan en gran medida, en  las relaciones afectivas y, por su propia naturaleza, afectan al aspecto más personal del cliente y desestabilizan la objetividad con la que las personas, deben analizar los hechos que les afectan en la vida. Se juzgan los hechos desde el ego, en el que los sentimientos se perciben malheridos, y las relaciones personales se deterioran. Así, aunque en la mayoría de las ocasiones en estos asuntos, se terminan discutiendo cuestiones económicas, el ego las preside; los hijos se convierten en moneda de cambio y la suspicacia reemplaza el amor que se sintió por la pareja.

En el ámbito del derecho penal, el reproche jurídico y social y las consecuencias (privación de libertad etc.), son las circunstancias que  determinan una presión en el ánimo del cliente.

Pero, ¿Por qué el ámbito laboral afecta tanto a las personas?,  porque en el trabajo está su sustento y el de sus familias.

Piénsalo de este modo: en trabajar se emplean ocho horas normalmente,  la tercera parte de cada día, es decir, la tercera parte  la vida de las personas. A su vez, de esta tercera parte se obtienen los recursos económicos para la estabilidad de las otras dos terceras partes: el sueño, unas ocho horas de cada día, se altera si estas preocupado; y las ocho horas de vida que restan, también se ven afectadas por la falta de recursos. Si no tienes ingresos, no puedes salir a cenar, no puedes pagar tus facturas etc. Y el temor que produce esta falta de recursos, afecta a la vida del cliente y a la de los suyos.  Por ejemplo, tener que cambiar a los hijos de  un colegio privado a uno público, es un trauma para los hijos, pero también lo es para los padres que sienten el fracaso, como primordial elemento de su complejo de culpa.

Las personas con problemas tienen el ánimo y la percepción emocional alterados, se encuentran más sensibles que los que no los tienen.

Por ello, el abogado debe aliñar su consejo, con el ungüento de la paz, de forma que serene en lo posible  el ánimo del cliente.

Introducción al problema jurídico:

El Problema jurídico se sustenta en la comparación de las conductas y los comportamientos humanos frente  a las normas jurídicas.

El enfrentamiento de las partes en conflicto, se resuelve aplicando el derecho, mediante la ciencia y técnica jurídica.

Eso es dice el Art. 1 del Estatuto de nuestra profesión pero lo que no dice, ni nadie se encarga de aclarar, es en que consiste la ciencia y técnica jurídica.

La técnica  jurídica:

A mi entender la técnica jurídica comienza con tres de reglas muy simples que tenemos que recordar los abogados en la entrevista con nuestro cliente.

La primera: Que el cliente no es abogado. (Por lo general. Y que Dios te ampare cuando lo sea). Y por esa razón, no sabe distinguir que hechos son importantes y cuales no lo son para su defensa.

La segunda: Que la mitad de la verdad del asunto, suele esconderse en la versión de la otra parte. Y la misión del abogado consiste en averiguarla, antes de enfrentarse en el juicio.

La tercera: Los asuntos no son blancos o negros: Desde una doble perspectiva:

A)   La razón del cliente: raramente el cliente tiene toda la razón y el contrario no la tiene y viceversa.

B)   Raramente un asunto solo tiene implicaciones jurídicas de una sola materia o jurisdicción. (Un asunto laboral puede tener implicaciones en el ámbito penal, como los accidentes de trabajo, los despidos por hurtos etc. Y casi todos tienen implicaciones fiscales y tributarias etc.)

Ante estas tres realidades, la técnica jurídica comienza en la primera visita del abogado con su cliente, tratando de encuadrar esos hechos, analizando  jurídicamente la historia que nos cuenta, y haciéndole ver al cliente que hechos son relevantes para su defensa, para que de un modo general, pueda el propio cliente, tener claros los criterios.

Pero no hay que olvidar que el ánimo perturbado del cliente, puede distorsionar la percepción de los hechos que nos cuenta. Puesto que su versión, es la interpretación subjetiva de la realidad que ha pasado por el tamiz de su ego alterado.

Hay supuestos en los que el cliente se sofoca tanto por el problema que no ve la realidad. Trata de justificar su proceder, inventando en ocasiones justificaciones inciertas de su conducta, o reproches del proceder del contrario que pueden estar justificados. O simplemente, considera de gran relevancia conductas del adversario que juzga de gran interés, porque le han molestado, pero que no tienen importancia jurídica en su asunto.

Centrar el problema jurídico:

El primer paso en la entrevista con el cliente es centrar el problema jurídico, definir el perfil jurídico del asunto y sus implicaciones, (un despido con implicaciones penales y fiscales, una separación con implicaciones fiscales por la liquidación de bienes, etc.) e ir concretando poco a poco los hechos jurídicamente relevantes, haciéndole ver al cliente, una vez hemos centrado el problema, cual es el criterio que define esa relevancia de los hechos, para que lo entienda y colabore con su abogado, aportando a la historia del asunto, la información jurídicamente relevante.

No se puede olvidar, que cuando el asunto tiene implicaciones en diversas jurisdicciones, debe atenderse con prioridad la que más pueda perjudicar al cliente. Así, en el ejemplo anterior de un despido con implicaciones penales y fiscales, habrá que analizar cuál de estas implicaciones puede ser más trascendente para los intereses del cliente, para darle prioridad.

Para centrar el problema jurídico, pueden observarse las siguientes reglas:

1.- Ver jurisprudencia de casos similares:

Hoy con las bases de datos es muy sencillo, y se obtiene una enorme cantidad de información imprescindible, para analizar mejor los requisitos del asunto.

2.- Analizar los requisitos generales de este tipo de asuntos y las normas aplicables.

Del estudio de otros supuestos ya resueltos, se extraen los hechos que valoraron los jueces y tribunales en disputas similares, así como las normas y leyes aplicables.

3.- Comparar con nuestro caso.

Haz dos columnas: A un lado pon los requisitos generales, al otro los hechos de tu caso. Observa los supuestos de hecho que se cumplen en tu caso, si se cumplen o no, los requisitos generales en tu caso. Analiza los hechos  favorables y los perjudiciales para tu cliente.

4.- Preparar y prever la prueba precisa para el caso.

Una vez vistos los requisitos generales y las normas aplicables, procede compararlos con el caso y plantear como probar cada uno de los requisitos necesarios para el asunto concreto.

Prever las pruebas esenciales de los casos, es uno de los elementos esenciales de la ciencia jurídica. (Realizar un requerimiento notarial, o pedir al cliente que aporte documentos que acrediten los hechos esenciales, harán más fácil arropar con pruebas la razón del cliente, tanto en una negociación, como ante los tribunales.)

Recuerda, para ganar un pleito hacen falta tres cosas: tener la razón, saberla demostrar… y que te la quieran dar. (Lamentablemente la única que cuenta es la tercera.).

Por ultimo no debes olvidar analizar el supuesto concreto desde los grandes pilares de los derechos fundamentales, si han sido vulnerados o pueden serlo, suelen ser grandes argumentos de defensa.

5.- Preparar la negociación con la parte contraria: No solo para resolver el asunto de forma amistosa,  sino también para detectar la mitad de la verdad de la otra parte y poner en valor este “Feedback” (retroalimentación) con el cliente, contrastándolo con su versión de los hechos.

De la verdad del contrario, debemos extraer los hechos que nuestro cliente no ha contado,para contrarrestarlos con nuevas pruebas, y plantear un acuerdo. Pero si esa versión del contrario se pone de manifiesto en el juicio, y no vas preparado, pueden producirse sorpresas terribles y terminar en fracaso.

6.- Plantea la estrategia del asunto: 

a) Prepara tu presupuesto y haz tu hoja de encargo.

b) Concreta con el cliente la forma de pago.

c) Analiza los costes del proceso: tus honorarios, los del procurador, peritos, tasas judiciales, depósitos para posibles recursos. etc.

d) Prevé lo riesgos del proceso.  El importe de las costas del contrario y de la condena con sus intereses y gastos.

e) Prepara y anticipa la prueba.

f) Decide: Negociar.  Negociar e intentar un acuerdo extrajudicial. Esperar. No hacer nada. Demandar. No demandar y esperar a ser demandados para  reconvenir. Etc.

(Nota: a mi entender en todo caso debes negociar antes de demandar. Recuerda: más vale un mal acuerdo que un buen pleito.)




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