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Antonio Broto

Ginebra, 10 dic (EFE).- Naciones Unidas celebra hoy el 75 aniversario de la adopción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, un texto creado para evitar que se repitieran los horrores de la II Guerra Mundial pero que aún se incumple de forma flagrante en guerras contemporáneas como las de Gaza o Ucrania.

El 10 de diciembre de 1948, la Asamblea General de la ONU en París -Nueva York no sería la sede permanente de esas reuniones hasta 1952- adoptó un texto que quería recoger los diferentes derechos del ser humano, empezando por la vida, la libertad y la seguridad, primeros en ser mencionados en su artículo 3.

"Nació de lecciones aprendidas tras dos guerras mundiales, el Holocausto, la destrucción atómica, la profunda devastación económica y generaciones de explotación colonial, opresión e injusticia", afirma el alto comisionado de la ONU para los Derechos Humanos, Volker Türk, quien mañana lunes presidirá los actos de conmemoración del 75 aniversario en Ginebra.

Similares relaciones de derechos se habían incluido en documentos legales a lo largo de toda la historia, desde la Carta Magna inglesa de 1215 o la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano en la Revolución Francesa, pero el texto de 1948 perseguía tener un carácter más universal que no excluyera, como textos anteriores, a mujeres, personas de determinados credos o grupos sociales enteros.

De ahí el tono universalista de su artículo 1: "todos los seres humanos nacen libres e iguales en dignidad y derechos y, dotados como están de razón y conciencia, deben comportarse fraternalmente los unos con los otros".

Algunos historiadores ven como uno de los principales precedentes en este afán universal el debate ético y filosófico que en la Escuela de Salamanca del siglo XVI encabezó el fraile dominico Francisco de Vitoria, ante los abusos sufridos por los indígenas en los primeros años de la conquista de América.

Nueve autores presididos por una mujer

La Declaración Universal de Derechos Humanos fue redactada entre 1947 y 1948 por un comité de nueve expertos presidido por Eleanor Roosevelt, viuda del presidente de Estados Unidos Franklin D.Roosevelt, fallecido en 1945.

El jurista canadiense John Peters Humphrey y su colega francés René Cassin elaboraron los primeros borradores, y en un comité que buscaba representantes de todo el mundo la aportación latinoamericana la puso el abogado y diplomático chileno Hernán Santa Cruz.

A él se atribuye el hecho de que la declaración incluya algunos derechos socioeconómicos (a la educación, a la seguridad social, a "igual salario por un mismo trabajo"...) pese a las reticencias de algunos países occidentales.

La declaración, en una ONU de la que España aún no formaba parte (entraría en 1955), fue aprobada por 48 votos a favor y ocho abstenciones, en su mayoría procedentes de países del bloque socialista como la Unión Soviética, Polonia o Checoslovaquia, que al parecer querían en el texto una condena más clara al fascismo.

También se abstuvo Arabia Saudí, en desacuerdo por el artículo en el que se defendía el derecho de cualquier persona a cambiar de religión, o Sudáfrica, que ese mismo año instauró el "apartheid", probablemente uno de los sistemas legales más alejados de la idea de que todos los hombres tuvieran iguales derechos.

Inspiración para convenciones internacionales

La Declaración Universal de Derechos Humanos no tiene carácter vinculante, pero sí inspiró textos internacionales que sí lo son, como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, en vigor desde 1976, o diversas convenciones para la defensa de la mujer, la protección de la infancia o la lucha contra la tortura, entre otras.

"Inspiró el movimiento de descolonización, la lucha antiapartheid, y a defensores de la libertad de todo el mundo, en materia de género, derechos LGBTIQ, contra el racismo... Necesitamos honrar todos esos logros", asegura Türk.

El alto comisionado, que recibirá a mandatarios y ministros de Asuntos Exteriores de todo el mundo en los actos de conmemoración, reconoció que no es el mejor de los tiempos para celebrar el aniversario, en un mundo con más de medio centenar de conflictos abiertos, un número casi inédito desde que naciera la ONU en 1945.

"Sin embargo, creo que es precisamente ahora, en un tiempo en el que tenemos tantos desafíos, cuando tenemos que pensar que sin la declaración podríamos estar en una situación aún más grave, carentes de un estándar universal para que el mundo salga de las desigualdades, la miseria y la guerra", afirmó.

Con 30 artículos en un lenguaje conciso, el breve texto es el documento traducido a más idiomas de la historia, con por ahora 555 versiones oficiales de la declaración: este año se unió, entre otras, la traducción a la lengua valenciana. 




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