Carpeta de justicia

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  • Laura González recibió el caso de su defendido cinco minutos antes de que tuviera que declarar ante el juez. Se agachó en un banco del pasillo del Juzgado de Segovia y se puso a leer. “Mientras intentaba generar la mejor estrategia para mi defendido su mujer empezó a increparme y me dijo que me abría muy bien de piernas”.

Así comienza Laura, abogada del turno de Oficio de Segovia, a relatar los acontecimientos que terminaron con una agresión por parte de la mujer de su propio defendido. “Entramos, asistí al hombre en la declaración y cuando salimos, no me pude quedar callada y le dije que tuviera más respeto y educación con la persona que estaba defendiendo a su marido”.

La agresora terminó de encender la mecha y comenzó a insultar a la abogada. La llamó gilipollas, puta y comenzó a darles golpes con el pecho. Poco a poco la iba acorralando contra el banco en el que momentos antes había estudiado el caso y le dio un golpe en la pierna contra el mismo.

A pesar de lo incómodo o incluso inseguro que ha resultado este hecho, la abogada no ha presentado denuncia “por temor a las represalias que puedan ejercer ella y su familia”. Sin embargo, Laura explica que “los juzgados de Segovia no son seguros, el penal no tiene ni arco de seguridad y hay pocos efectivos de seguridad para los edificios, que en ocasiones no están ni juntos”.

“Este incidente lo voy a dejar pasar por mi integridad física pero no le voy a coger miedo a la profesión”, sentencia la letrada, “pero la frustración está en que los abogados de turno de oficio no tenemos la condición de autoridad a pesar de estar desempeñando un servicio público”.

AGRESIÓN EN ALBACETE

En Hellín (Albacete), otro abogado del turno de oficio ha presentado una denuncia por agresión física después de que un hombre al que acusó de violencia de género le diera una paliza en la calle.

Juan Carlos Díez relata que la acusación se le hizo en 2016 al agresor y desde ese entonces “me ha estado hostigando por la calle”.  El letrado lo dejó pasar, pero en agosto de 2020 le dio un golpe en la espalda mientras caminaba, aunque tampoco denunció.

La violencia fue escalando hasta que el 4 de octubre de 2020 el agresor le lanzó una botella, que por suerte, no llego a impactar contra él. Y el 19 de enero de 2021, Juan Carlos recibió un golpe por la espalda que le tiró al suelo y empezó a recibir puñetazos y patadas.

Tras el incidente “me siento desprotegido. Llamé a la policía para que se personase pero me dijeron que no tenían efectivos y en el juzgado le han puesto una orden de alejamiento, pero yo ya no salgo por las noches por miedo”, confiesa el abogado. El Colegio de Abogados de Albacete se ha presentado como acusación particular en este caso en apoyo a su colegiado.




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