La Audiencia Provincial de Valladolid ha condenado a un hombre por acosar a una empleada de un supermercado de la capital a la que realizaba gestos obscenos y perseguía con el coche.
La Sección Segunda rechaza el recurso interpuesto por el acusado y confirma la pena impuesta por el Juzgado de lo Penal número 1, que le condenó por un delito de acoso a cinco meses de cárcel y a una multa de 240 euros por el delito leve de lesiones. La Sala, además, le mantiene la prohibición de acercarse y comunicarse con la víctima, a quien, además, tendrá que indemnizar con 2.500 euros.
Los hechos se remontan a diciembre de 2017. El acusado, según relata la sentencia, acudía a diario al supermercado en el que trabajaba la mujer, en muchas ocasiones más de una vez al día, llegando incluso a personarse seis y ocho veces al día. Realizaba compras de un mínimo importe o no compraba nada, pero miraba constantemente a la cajera "y le hacía gestos obscenos pasándose la lengua por los labios e indefectiblemente pasaba por la caja en la que estaba trabajando (la víctima) aunque otros cajeros no tuvieran clientes o fueran menos que los que esperaban en la caja de la víctima" a quien en una ocasión persiguió con el coche a la salida del trabajo.
Como consecuencia de este acoso, la mujer se vio forzada a cambiar sus rutinas e, incluso, en dos ocasiones tuvo que recibir asistencia sanitaria tras sufrir una crisis de ansiedad. A este respecto, la resolución señala que sintió un "el temor racional de que pudiera causarla algún mal, lo que provocó que a partir de estos hechos acudiera al trabajo todos los días acompañada de su pareja o de familiares y que sus compañeros de trabajo la acompañaran todos los días a la salida a retirar el vehículo, modificando sus hábitos de vida y los de su pareja, eludiendo el pasar fuera de las horas de trabajo por el barrio de Parquesol en el que éste se encuentra, solicitando el cambio de centro de trabajo por esta circunstancia, lo que se llevó a cabo a finales del mes de diciembre de 2018".
A consecuencia de la sensación de miedo y angustia que la conducta del acusado le generaba, la mujer cudió al centro de Salud los días 15 de marzo y 23 de mayo de 2018, con un cuadro de ansiedad reactiva. Tuvo que tomar ansiolíticos.
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