La Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Valencia ha condenado a penas que oscilan entre los diez años y siete meses y los doce años de prisión a cuatro hombres que causaron la muerte de otro tras darle una paliza y acuchillarle en el barrio de Velluters de la ciudad de Valencia.
El magistrado que presidió el juicio por estos hechos el pasado mes de marzo ha dictado la sentencia a partir del veredicto de culpabilidad emitido por un jurado popular.
El fallo establece que los cuatro acusados cometieron un delito de lesiones con la agravante de alevosía en concurso con un delito de homicidio imprudente. Por estos delitos, dos de ellos han sido condenados a diez años y siete meses de cárcel, otro a 11 años y medio y el cuarto a 12 años de prisión.
Además, el magistrado ha impuesto a uno de los agresores otros tres años y siete meses de cárcel por un delito de robo con violencia con la agravante de reincidencia. Los cuatro condenados deberán indemnizar conjunta y solidariamente con 70.000 euros a cada uno de los dos padres de la víctima.
Los hechos ocurrieron durante la noche del 14 de octubre de 2017, cuando la víctima, de 29 años y enfermo de esquizofrenia, comenzó a discutir con tres de los acusados en la calle Viana del barrio de Velluters, en Valencia. Durante la pelea, uno de los agresores, que ha resultado condenado a 12 años de prisión, clavó una pequeña navaja a la víctima hasta prácticamente arrancarle el ojo izquierdo.
El agredido cayó al suelo, lo que aprovecharon el acusado ya citado y otros dos procesados para darle numerosas patadas y golpes en la cabeza y otras partes de cuerpo y asestarle múltiples puñaladas en un costado. El cuarto condenado se incorporó a la agresión a continuación y, además de golpear a la víctima, le robó una pequeña riñonera con unos 300 euros. Según detalla la sentencia, el fallecido, de 29 años y aquejado de una esquizofrenia, había ingerido tal cantidad de alcohol y drogas que casi no podía tenerse en pie.
Aunque las heridas por arma blanca no afectaron a órganos vitales y no eran en principio mortales, el agredido sufrió una hemorragia aguda y un hemotórax que desembocaron poco después en su fallecimiento. De acuerdo con la resolución judicial, no puede descartarse que esa última lesión, el hemotórax, fuera resultado de las maniobras que los médicos tuvieron que realizar al agredido “de forma necesaria y urgente siguiendo los protocolos al efecto”.
La sentencia, tal y como declaró probado el jurado en su veredicto, admite que los condenados no tenían intención de acabar con la vida de la víctima, pero matiza que actuaron con una “manifiesta imprudencia ante el previsible riesgo de que las lesiones causadas presentaran complicaciones en su curación y provocaran finalmente su muerte, como así vino a suceder”.
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