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  • Lo agitó con violencia para que cesara de llorar y el niño, de cuatro meses, quedó inútil de por vida, incapaz de valerse por sí mismo

La Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha condenado a dos años y medio de prisión a un vecino de Arona (Tenerife) que dejó incapacitado a su bebé de cuatro meses al “zarandearlo bruscamente” porque no paraba de llorar. El fallo le condena como autor de un delito de lesiones con las atenuantes de dilaciones indebidas y confesión.

Además de la condena penal, el acusado deberá indemnizar a la madre del pequeño con 330.035,56 euros por las lesiones causadas, que lo han dejado incapacitado de por vida para valerse por sí mismo.

La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife ha notificado hoy la sentencia, que declara probado que sobre las 12 horas del 25 de junio de 2013, el acusado, mientras se se encontraba en su domicilio cuidado de su hijo de apenas cuatro meses, como quiera que el menor empezó a llorar insistentemente, “con ánimo de menoscabar” su integridad física “lo zarandeó bruscamente en reiteradas ocasiones, con el fin de que cesara en el llanto”.

Como consecuencia de esta acción violenta, el niños sufrió diversas lesiones graves, entre otras hemorragias intracraneales y retinianas, hipoxia cerebral, estatus epiléptico, atrofia cerebral y fractura costal, “lo que se conoce como síndrome del niño sacudido”.

Según detalla la Sala, como consecuencia de esta agresión, al menor le han quedado diversas secuelas de carácter permanente, entre ellas un retraso del desarrollo psicomotor “severo” que le incapacita de por vida para desarrolar las funciones diarias y le obliga a estar asistido para siempre por una persona, “no siendo capaz de cuidar de sí mismo”. Para moverse necesita una silla de ruedas.

La sentencia, que condena el costas al acusado, es susceptible de recurso ante el Tribunal Supremo.




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