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  • La mujer de Ribeira, en el momento de su detención, profirió amenazas contra un agente de la Guardia Civil

El Juzgado de Instrucción número 1 de Carballo, en funciones de guardia, ha condenado al pago de una multa de 360 euros, como autor de un delito de desobediencia, a un hombre por incumplir el confinamiento decretado con motivo del estado de alarma derivado de la crisis sanitaria del Covid19. El acusado reconoció los hechos que le imputaba la Fiscalía y llegó a un acuerdo sobre la pena, por lo que la sentencia fue dictada bajo la conformidad de todas las partes implicadas en el procedimiento.

El investigado fue sorprendido hoy sobre las nueve y media de la mañana por agentes de la autoridad cuando conducía un vehículo a la altura del lugar de Os Pinos (Carballo). Tras ser identificado y advertido de que no podía circular por vía pública debido al estado de alarma, fue requerido por los funcionarios para que se dirigiese a su domicilio de forma inmediata. Además, según consta en la sentencia, le informaron expresamente de que, en caso contrario, podría incurrir en un delito de desobediencia.

A pesar de ello, el acusado volvió a ser sorprendido, tan solo diez minutos más tarde, intentando acceder al mismo camino forestal. Los agentes comprobaron que ya había sido denunciado administrativamente en otras dos ocasiones el día anterior por haber incumplido la orden de confinamiento.

El juzgado, tal y como recomienda la Comisión de Seguimiento de la crisis sanitaria Covid-19 del TSXG, utilizó medios telemáticos para la celebración del juicio rápido de conformidad. Tanto el detenido, desde el cuartel de la Guardia Civil de Carballo, como su letrada intervinieron por videoconferencia.

El Juzgado de Instrucción número 1 de Ribeira también ha impuesto el abono de una multa de 810 euros a una mujer por cometer un delito continuado de desobediencia y un delito leve de amenazas La acusada, que se mostró conforme con la pena, admitió que los días 19, 20, 21, 22, 24, 26, 29, 30 y 31 de marzo y el 1 de abril incumplió en Pobra do Caramiñal, de forma reiterada, la obligación de confinamiento. En el momento de su detención, profirió amenazas contra un agente de la Guardia Civil, a quien le dijo que se quedaba “con su cara” y que se iba “a acordar de ese día”.




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