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  • Las CCAA que potencialmente perderían más competitividad por efecto de la pandemia son Islas Baleares, Cataluña, Canarias, Comunidad Foral de Navarra y País Vasco
  • En el grupo formado por Galicia, Región de Murcia, Extremadura, Castilla-La Mancha, Cantabria y Andalucía, se espera una menor pérdida
  • Comunidad de Madrid, Comunidad Foral de Navarra y País Vasco se mantienen como las CCAA más competitivas en 2019
  • Se confirma la atonía competitiva de Cataluña, frente al leve y moderado dinamismo, respectivamente, de Comunidad de Madrid y País Vasco, y el intenso crecimiento de Comunidad Foral de Navarra

Esta mañana se ha llevado a cabo la presentación en formato online del Informe de la Competitividad Regional en España 2020, editado por el Consejo General de Economistas de España y que cuenta con el patrocinio de Banco Sabadell. A partir de la explotación del Índice de Competitividad Regional 2019 –ICREG-2019–, el Informe recoge el mapa de la situación de la competitividad territorial en España, comparando la brecha de competitividad existente entre las CCAA, así como realizando un análisis dinámico para detectar las tendencias y evolución de la competitividad estructural. Igualmente, en esta edición se lleva a cabo una primera aproximación a la posible incidencia de la pandemia en los niveles competitivos regionales.

Principales resultados del Informe de la Competitividad Regional

Entre los principales datos analizados destacan los siguientes:

- La competitividad promedio de las 17 CCAA creció un 3,2% respecto a 2018.

- En el año 2019, Comunidad de Madrid, Comunidad Foral de Navarra y País Vasco vuelven a ser –por este orden– las CCAA más competitivas, manteniendo los primeros lugares del ranking e integrando el grupo de competitividad relativa ALTA.

- Extremadura, Andalucía, Canarias, Islas Baleares, Castilla-La Mancha, Región de Murcia y Principado de Asturias presentan los menores valores del ICREG, y forman el grupo de competitividad relativa BAJA.

- En los estratos intermedios, Cataluña y La Rioja conforman el grupo de competitividad relativa MEDIA-ALTA, mientras Aragón, Castilla y León, Galicia, Cantabria y Comunidad Valenciana integran el grupo de CCAA con nivel competitivo relativo MEDIO-BAJO.

- La ordenación de las CCAA y la composición de los grupos muestran variaciones relevantes respecto a la edición de 2018. Aragón, Principado de Asturias e Islas Baleares pierden una posición, mientras La Rioja, Comunidad Valenciana, y Castilla-La Mancha “escalan” una posición. Por lo que se refiere a la composición de los niveles, La Rioja vuelve a ubicarse en el nivel MEDIO-ALTO, abandonando el nivel MEDIO-BAJO, mientras Aragón y Principado de Asturias descienden de nivel y se ubican en 2019 en los niveles MEDIO-BAJO y BAJO, respectivamente.

- Dentro del “triángulo competitivo”, tal como se apuntaba en la anterior edición del Informe, se confirma la atonía competitiva de Cataluña, frente al leve y moderado dinamismo, respectivamente, de Comunidad de Madrid y País Vasco, y el intenso crecimiento de Comunidad Foral de Navarra. En el caso de Cataluña, la crisis institucional vivida a finales del año pasado ha incidido negativamente en varios indicadores que conforman el ICREG o ha frenado su mejoría en otros, provocando el estancamiento de su índice.

- Los ejes relativos a Eficiencia empresarial (eje 6) y Entorno institucional (eje 4) son aquellos en los que un mayor número de comunidades muestran descensos respecto a los resultados obtenidos en 2018. Los ejes relativos a Capital Humano (eje 3), Innovación (eje 7) y Mercado de trabajo (eje 2) son los que presentan avances más importantes respecto a los resultados obtenidos en 2018.

- El dinamismo competitivo relativo es INTENSO en Canarias, La Rioja, Castilla-La Mancha, Región de Murcia, Andalucía y Comunidad Foral de Navarra; es MODERADO en Castilla y León, País Vasco y Comunidad Valenciana; el dinamismo es LEVE en Islas Baleares, Comunidad de Madrid y Galicia. En Cataluña, Cantabria y Extremadura, el ICREG permanece SIN CAMBIOS y solo en Aragón y Principado de Asturias DESCIENDE.

- A tenor de los indicadores seleccionados, las CCAA cuya competitividad se vería más severamente afectada en 2020 por efecto de la pandemia serían Islas Baleares, Cataluña, Canarias, Comunidad Foral de Navarra y País Vasco.

- Galicia, Región de Murcia, Extremadura, Castilla-La Mancha, Cantabria y Andalucía formarían el grupo de CCAA en las que, aun siendo afectadas negativamente por la pandemia, el impacto final sería relativamente menor.

- Finalmente, las CCAA con una incidencia intermedia serían La Rioja, Comunidad de Madrid, Aragón, Comunidad Valenciana, Castilla y León y Principado de Asturias.

Atendiendo a los resultados obtenidos, el coordinador del Informe, Patricio Rosas Martínez, ha indicado que “la competitividad estructural aumentó en promedio un 3,2% en 2019, en sintonía con la desaceleración generalizada que muestran los datos de la Contabilidad Regional de España. No obstante, este crecimiento agregado del ICREG se sitúa por encima de la variación media del periodo 2008-2019, aunque por debajo de la alcanzada en la etapa de recuperación y dos puntos menor a la de 2018”. En este punto, añade que “El ICREG aumentó en 12 de las 17 CCAA, descendiendo su valor solo en Aragón y Principado de Asturias y no mostrando cambios significativos en tres regiones”.

Respecto al comportamiento de las CCAA, Rosas destacó que “se han producido algunos cambios en la composición de los grupos competitivos, intercambiando Aragón y La Rioja sus posiciones y perdiendo Principado de Asturias un nivel”. A pesar de ello, “Comunidad de Madrid, Comunidad Foral de Navarra y País Vasco continúan siendo las CCAA más competitivas, mientras Extremadura, Andalucía y Canarias siguen ocupando los tres últimos lugares del ranking”.

Igualmente, ha señalado que, tal como se apuntaba en la anterior edición del Informe, se confirma la atonía competitiva de Cataluña, frente al leve y moderado dinamismo, respectivamente, de Comunidad de Madrid y País Vasco, y el intenso crecimiento de Comunidad Foral de Navarra. En el caso de Cataluña, la crisis institucional vivida a finales del año pasado ha incidido negativamente en varios indicadores o ha frenado su mejoría en otros. Como resultado, el ICREG de esta comunidad apenas varía respecto al obtenido en 2018, evidenciando un cierto estancamiento.

Por su parte, José Carlos Sánchez de la Vega, director técnico del Informe, ha señalado que “la evolución del ICREG muestra un perfil claramente procíclico y que los ejes relativos a Capital Humano (eje 3), Innovación (eje 7) y Mercado de trabajo (eje 2) son los que presentan en 2019 los avances más importantes”. En este contexto, concluye que “solo se observa un descenso significativo en el eje referido a la Eficiencia empresarial (eje 6)”.

En relación al programa Next Generation EU (NGEU), el presidente del Club de Exportadores e Inversores Españoles y vocal del Consejo Consultivo del ICREG, Antonio Bonet, ha señalado que “los fondos no deberían obtenerse únicamente con presentar proyectos, sino que deben encajar con las directrices marcadas por la Unión Europea y correlacionar con cada uno de los ejes estratégicos”, y ha añadido que “la eficiencia de los fondos dependerá de numerosos factores, tales como la definición del tipo de proyectos que cualifiquen para beneficiarse de las ayudas o el diseño operativo de la ejecución de los programas. En definitiva, dependerá de las políticas que diseñen las autoridades autonómicas de los fondos NGEU que reciban y la gestión que hagan de los mismos.”

A juicio del presidente del Consejo General de Economistas, Valentín Pich, “la Covid-19 está teniendo un muy negativo e intenso efecto social y económico a nivel mundial, y de manera preocupante en España y sus Comunidades Autónomas, mostrando en todo caso impactos territoriales muy dispares”.

Según Pich, “la emergencia sanitaria, social y económica que genera la pandemia hace imprescindible elaborar estrategias claras y flexibles para promover que nuestro país no sólo recupere el estado previo a la aparición del virus, sino que aumente su competitividad y emprenda una nueva etapa de desarrollo a la mayor brevedad posible ante un mundo que ha cambiado”. Para el presidente de los economistas, “es necesario dar continuidad a las políticas inmediatas del corto plazo adoptadas, como la liquidez transitoria a las empresas, la flexibilización del mercado de trabajo a través de los ERTEs, la concesión de ayudas directas a sectores, y el apoyo a trabajadores, familias y colectivos más vulnerables”.

Por otro lado, Valentín Pich indico que “es fundamental la implementación de políticas del medio y largo plazo que marquen el camino hacia una recuperación fuerte y sostenible. Los fondos europeos Next Generation constituyen un fuerte empuje para financiar las reformas y actuaciones necesarias para la modernización de España”.

Según el presidente del Consejo General de Economistas, “el conjunto de medidas a adoptar debe ir orientado a estimular un crecimiento económico regional que implique un cambio de modelo hacia una economía más sostenible y basada en el capital humano, el conocimiento y la tecnología. En este sentido, las regiones podrán recuperar su agenda de desarrollo realizando proyectos basados en la sostenibilidad, la digitalización y la ecología como pilares fundamentales”.

Competitividad y COVID-19

En esta edición del Informe, por razones obvias, se ha considerado oportuno llevar a cabo una primera aproximación al impacto que la pandemia puede tener en los niveles de competitividad regional. Como apunta Sánchez de la Vega, la crisis del Gran confinamiento “presenta rasgos distintivos importantes respecto a otras anteriores, que van desde el origen (una emergencia sanitaria sin precedentes), a su carácter global (superior al de la “Gran Recesión”), pasando por su incidencia sectorial asimétrica (no afecta a todos los sectores por igual) o por el histórico desplome de la actividad económica”.

Si bien ha puntualizado que no se trata de una primera estimación del ICREG relativo al año en curso, sí se pretende identificar tres grandes grupos de CCAA en función del mayor o menor grado de incidencia que puede tener la pandemia en sus niveles de competitividad estructural. Para lo cual, se ha llevado a cabo una selección de variables e indicadores directa o indirectamente relacionados con el ICREG. Los niveles de ocupación o desempleo, las previsiones de crecimiento, la estructura productiva, las cifras de trabajadores en ERTE o los indicadores sanitarios de seguimiento de la pandemia son algunas de las variables que han sido utilizadas.

A pesar de que la evolución cambiante de los indicadores obliga a una constante actualización, Sánchez de la Vega considera que “los bloques parecen bien definidos”. Así, las CCAA cuya competitividad se vería más severamente afectada por efecto de la pandemia serían Islas Baleares, Cataluña, Canarias, Comunidad Foral de Navarra y País Vasco.

Por el contrario, Galicia, Región de Murcia, Extremadura, Castilla-La Mancha, Cantabria y Andalucía formarían el grupo de CCAA en las que, aun siendo afectadas negativamente por la pandemia, el impacto final sería relativamente menor.

Finalmente, las CCAA con una incidencia intermedia serían La Rioja, Comunidad de Madrid, Aragón, Comunidad Valenciana, Castilla y León y Principado de Asturias.

Índice de Competitividad Regional (ICREG)

El diagnóstico recogido en el informe se realiza a partir de los resultados del Índice de Competitividad Regional (ICREG) que se ha elaborado para las 17 Comunidades Autónomas a partir de 53 variables o indicadores estructurados en torno a siete ejes competitivos que permiten identificar las fortalezas y debilidades competitivas: entorno económico, capital humano, mercado de trabajo, entorno institucional, infraestructuras básicas, eficiencia empresarial e innovación. El Informe incorpora una ficha por Comunidad Autónoma que indica su perfil competitivo.

El informe ha sido realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Murcia que han identificado, por una parte, los ámbitos de la economía en los que existen ventajas o deficiencias a nivel regional –con la finalidad de detectar oportunidades que fortalezcan la productividad empresarial y el bienestar de los ciudadanos, así como el crecimiento económico y la generación de empleo– y, por otra, han analizado las deficiencias estructurales de la competitividad regional y observado las tendencias y cambios experimentados en los diferentes ejes de competitividad, constituyendo una herramienta útil para la toma de decisiones en el ámbito de la política económica.




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