Madrid, 9 jul (EFE).- El Tribunal Supremo ha condenado por un delito de imprudencia grave a una mujer que llevaba suelto y sin bozal a su perro, de raza potencialmente peligrosa, y que atacó a una niña de 5 años causándole heridas mientras jugaba en un parque infantil de Valencia en 2019.
Con esta resolución, la sala de lo Penal de Tribunal Supremo revoca la absolución de la Audiencia Provincial en 2022, recurrida por la Fiscalía y restablece la sentencia condenatoria en primera instancia dictada por el juzgado de lo penal número 17 de Valencia en 2021.
De esta forma, la mujer es condenada por un delito de imprudencia grave con lesiones, con una multa de 1.800 euros y una indemnización a la víctima de 5.366 euros.
Según los hechos probados que recuerda el Supremo, la acusada sacó el 30 de enero de 2019 a su perro de raza American Staffordshire Terrier suelto y sin bozal por las inmediaciones de la plaza Profesor Tierno Galván de Valencia, a sabiendas de que pertenecía a una raza de perros potencialmente peligrosa.
El animal corrió hacia la menor, se abalanzó sobre ella y comenzó a morderle los glúteos, mientras que su abuelo intentaba quitárselo de encima dándole golpes, sin llegar a conseguirlo hasta que llegó la dueña y logró apartar al perro del cuerpo de la niña.
Como consecuencia de la agresión la niña sufrió una mordedura de perro en el glúteo izquierdo que le provocó lesiones y una cicatriz de 6 centímetros.
El tribunal estima el recurso del fiscal y anula la sentencia de la Audiencia Provincial de Valencia que degradó las lesiones a una imprudencia al suprimir de los hechos que la dueño conocía el riesgo de que su mascota "pudiera menoscabar la integridad física de las personas".
La Sala de lo Penal del Supremo considera, sin embargo, que se trata de una imprudencia grave y que "basta un examen de la normativa administrativa que impone el cuidado y la cría de un animal de esta raza para percatarse del potencial riesgo que su descuidada tenencia puede conllevar".
Así, el presidente de la Sala y ponente de la sentencia, el magistrado Manuel Marchena afirma que hace suyo el razonamiento del juez de lo Penal de Valencia que en su resolución indicó que durante el juicio no se puso en duda de que la propietaria del perro no conociera la condición del animal
La Sala recoge también que la sentencia del juzgado afirmaba que en este mismo sentido se había pronunciado el veterinario que declaró, a instancia de la defensa, que, si bien en su consulta se comportó mansamente, es un perro de raza peligrosa y ha de tenerse cuidado.
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