Carpeta de justicia

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No hay un perfil tipo para describirlo. Se trata de una delincuencia compleja que usa la alta tecnología y que tiende cada vez más a la sofisticación y profesionalización.

Muchas de las personas que cometen los delitos informáticos poseen ciertas características específicas tales como la habilidad para el manejo de los sistemas informáticos o la realización de tareas laborales que le facilitan el acceso a información de carácter sensible.

En algunos casos la motivación del delito informático se relaciona con el deseo de ejercitar, y a veces hacer conocer a otras personas, los conocimientos o habilidades del delincuente en ese campo. Cualquier tipo de información que se envié por medios electrónicos puede ser alcanzada por un ciberdelincuente, el cual no busca siempre un beneficio económico con su actividad delictiva, sino que en algunos casos solo busca poner a prueba su inteligencia.

Muchos de los “delitos informáticos” encuadran dentro del concepto de “delitos de cuello blanco“, término introducido por primera vez por el criminólogo estadounidense Edwin Sutherland en 1943. Esta categoría requiere que: (1) el sujeto activo del delito sea una persona de cierto estatus socio-económico; (2) su comisión no pueda explicarse por falta de medios económicos, carencia de recreación, poca educación, poca inteligencia, ni por inestabilidad emocional. Son individuos con una gran especialización en informática, que conocen muy bien las particularidades de la programación de sistemas computarizados, de forma tal que logran un manejo muy solvente de las herramientas necesarias para violar la seguridad de un sistema automatizado. 

El delincuente informático va desde jóvenes obsesionados por el medio informático e Internet, muy hábiles y conscientes de su potencial, hasta el perfil de un empleado descontento con su empresa que busca venganza sin fines lucrativos inmediatos. Ojo, porque a veces estos actos sin ánimo de lucro movidos por venganza, en cuanto de sistemas informáticos se trata, pueden ser los más cuantiosos económicamente hablando.

En la mayoría de los casos, los sujetos activos, normalmente son personas del sexo masculino con un rango de edad entre los 15 y 40 años,  con habilidad para el manejo de los sistemas informáticos y generalmente por su situación laboral se encuentran en lugares estratégicos donde se maneja información de carácter sensible.

En la actualidad cualquier persona con conocimientos mínimos de informática y que esté habituado al uso de lasredes sociales, sistemas de mensajería y correo electrónico, y que en su día a día utilice dispositivos móviles e informáticos para el ocio o el trabajo puede convertirse en un delincuente informático, la clara intención de dañar será lo que marque la diferencia. Desde una ex-pareja dolida que hace “las mil y una” para entrar en los perfiles y cuentas del otro, sin importar la edad que tenga… Hasta un adulto poco habituado pero que sea eficaz encontrando información técnica y aprendiendo de manuales y tutoriales que encuentre en Internet… El peligro puede nacer en cualquier persona y de cualquier perfil.




Comentarios

  1. Benjamín Zarat

    muy buena información, creo que será de mucha utilidad en mi investigación.

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