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Madrid, 10 oct (EFE).- La dimisión de Carlos Lesmes como presidente del CGPJ abre una crisis institucional sin precedentes en el Poder Judicial, con una batalla abierta por su presidencia, un Consejo fracturado y en funciones, con el Tribunal Constitucional sin renovar y con la duda de si ahora renunciarán algunos vocales.

Este domingo Lesmes cumplió su amenaza de dimitir "en semanas" si socialistas y populares no retomaban las negociaciones para renovar el Consejo General del Poder Judicial, que lleva más de 1.400 días con el mandato caducado, aunque todo se puede precipitar tras el encuentro de urgencia entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, que se reúnen este lunes en Moncloa para tratar la crisis abierta.

Porque resulta que un poder el Estado ha quedado descabezado y con su órgano de gobierno todavía en funciones, lo que arroja un panorama incierto con múltiples crisis sobre la mesa pendientes de resolver, más allá de una renovación que sigue en manos de Moncloa y Génova.

¿HAY BATALLA POR LA PRESIDENCIA DEL CGPJ Y DEL SUPREMO?

El asunto más inmediato es quién sustituye a Lesmes en ambos órganos y de hecho es la máxima prioridad entre los vocales del Consejo, que tratarán en el pleno extraordinario de este jueves, que iba a ser monográfico sobre la renovación del Constitucional, un asunto que ahora pasa a segundo plano, informan a EFE varios vocales.

Lesmes encargó un informe al gabinete técnico del Supremo, que concluyó que su sustituto en ambas instituciones será, de manera automática al día siguiente de publicar su renuncia el BOE, el presidente de Sala más antiguo del tribunal, Fernando Marín Castán, muy próximo a su figura y a quien respaldó por unanimidad la Sala de Gobierno del alto tribunal.

Pero no ocurre así en el Consejo. Prácticamente ningún vocal acepta lo que todos ven como la última maniobra presidencialista de Lesmes. Todos quieren tener voz. Los conservadores no quieren que les impongan un presidente mientras que los progresistas quieren que Rafael Mozo, uno de los suyos y el vocal más antiguo, presida el Consejo.

¿Y QUÉ OCURRE AHORA CON EL CONSTITUCIONAL?

Que ya no es una prioridad. La renuncia de Lesmes complica aun más los nombramientos de los dos magistrados del Constitucional que debe hacer el CGPJ, un asunto en el que se había implicado especialmente. El inmovilismo del bloque conservador ha impedido todo acuerdo con los progresistas, pero el asunto corre riesgo de quedar enquistado.

Porque los conservadores siempre dijeron que si Lesmes se marchaba, los nombramientos pasarían a un segundo plano y sin tránsfugas en sus filas no hay posibilidad de acuerdo. Y esto no gusta nada en Moncloa, que ve cómo se puede alejar esa ansiada mayoría progresista en el tribunal. Al pleno del jueves, que se convocó para evaluar el resultado de las negociaciones, se llegará sin acuerdo ni candidatos que votar.

Y sin un árbitro aceptado por todos y con la incógnita de qué sucederá ahora con la renovación del Consejo, los vocales pueden no sentirse concernidos ni presionados para resolver este asunto.

¿CÓMO QUEDA AHORA EL CONSEJO?

Precisamente los últimos acontecimientos que han implicado al Consejo han fracturado la relación entre los bloques progresista y conservador, este último con duras acusaciones de actuar como un reducto de oposición al Gobierno, especialmente por su rol en las negociaciones para renovar el Constitucional, que ahora mismo se dan por rotas.

En público la tensión es palpable pero en privado las críticas arrecian. No sentó bien el reciente apoyo de una vocal progresista al indulto del expresidente de la Junta de Andalucía José Antonio Griñán, ni el comunicado hecho público después por los conservadores. Menos aún que los progresistas traten de buscar un vocal rebelde que rompa la cohesión de los conservadores para votar los nombramientos en el TC. Este último paso les ha alejado aun más.

¿HABRÁ MÁS DIMISIONES EN EL CGPJ?

Esta pregunta revolotea en la judicatura, donde nadie descarta que en las próximas horas o días otros vocales puedan acompañar al presidente y dimitir. Sin embargo, las fuentes señalan que hay que ver qué sale de la reunión en Moncloa, que puede cambiarlo todo.

Con todo, Lesmes ya dejó claro que una dimisión en bloque sería poco responsable porque la institución puede funcionar sin él pero no sin el conjunto de los vocales. Además, podrían incurrir en un delito de abandono de servicio público, pero siempre y cuando la decisión fuera colectiva. Por el momento, muchos vocales permanecen el Consejo sin despegarse del teléfono en todo la mañana.

¿QUIEN REPRESENTA AL PODER JUDICIAL EN LA FIESTA NACIONAL?

Aunque se trata de una cuestión menor y protocolaria, no deja de ser relevante que el acto de la Fiesta Nacional asoma en dos días y cabe la posibilidad de que un poder del Estado no esté representado. En los últimos días, esta era una cuestión que algunos vocales habían trasladado a Lesmes para que aguantara en el cargo, al menos, hasta el día 13, pero esto ya no será así.

Sin embargo, las fuentes explican que nunca un poder del Estado puede quedar descabezado. La cuestión es que hasta el día siguiente de publicarse en el BOE la dimisión no será efectiva y entonces, en principio, lo sustituirá automáticamente Marín Castán. Es decir, que el representante del Poder Judicial el 12 de octubre podría ser aún Lesmes si su relevo no se publica antes en el BOE.




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