Carpeta de justicia

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Koh Samui (Tailandia), 24 abr (EFE).- La Fiscalía y la coacusación han reconocido la "dificultad" de demostrar la premeditación en el juicio al español Daniel Sancho por el supuesto asesinato del cirujano colombiano Edwin Arrieta, tras concluir este miércoles su turno con la participación de una treintena de testigos.

"Lo he dado todo en el caso y estoy satisfecho. No estoy seguro de si se llegará a la acusación de asesinato premeditado. De todos modos, fue difícil desde el principio", aseguró a EFE el fiscal del caso, Jeerawat Sawatdichai.

"Puede ser premeditado o no, porque el camino de la investigación para llegar a la premeditación es difícil. No solo en este caso, sino en todos los de asesinato premeditado en general", añadió el fiscal.

La Fiscalía acusa a Sancho, de 29 años, del asesinato premeditado de Arrieta, castigado en Tailandia con una condena máxima de pena de muerte, y de otros dos delitos: la ocultación del cuerpo, por el descuartizamiento del cadáver, y destrucción de documentación ajena, en cuanto a la desaparición del pasaporte del colombiano.

En la primera sesión del juicio oral el pasado 9 de abril en el Tribunal Provincial de Samui (sur de Tailandia), Sancho se declaró no culpable del asesinato premeditado y aceptó los otros dos cargos.

Por su parte, el abogado en España de la familia de Arrieta, el hispanocolombiano Juan Gonzalo Ospina, quien declaró hoy como único testigo de la coacusación en representación de los allegados de la víctima, subrayó antes de entrar en la sala "la dificultad" del proceso a la hora de demostrar la premeditación.

"El Ministerio Fiscal y la coacusación estamos solicitando que sea condenado por un asesinato con premeditación o sin premeditación. Es importante porque la familia considera que lo que hizo Sancho fue acabar con la vida de Edwin con una idea preconcebida antes de viajar a Phangan", dijo Ospina.

"Sin embargo, esto es la dificultad que tiene este procedimiento y no tenemos ningún interés personal en la causa, simplemente que se haga justicia (...) Y que el juez determine si lo que hizo Sancho tuvo un plan prestablecido o no", añadió.

Ospina testificó hoy en el juicio al no poder hacerlo los padres de Arrieta, Ana Marcela Arteaga y Leovaldo José Arrieta, y con el objetivo de aclarar los detalles de la solicitud de indemnización al acusado.

Sancho confesó el asesinato premeditado en la comisaría de Phangan, isla cercana a Samui en la que tuvo lugar el supuesto crimen el pasado 2 de agosto, si bien se declaró después no culpable y defiende que la muerte de Arrieta, con quien quedó en la isla tailandesa, se debió a un accidente.

La Fiscalía ha llamado a declarar desde el pasado 9 de abril y hasta hoy, cuando ha concluido su turno, a 28 personas, entre ellas agentes policiales, forenses y testigos de la compra de cuchillos, una sierra, bolsas de basura y otros elementos por parte de Sancho el día antes de que tuviera lugar el supuesto asesinato.

En referencia a estas adquisiciones y otras pruebas aportadas por la Fiscalía, Ospina afirmó que "todo lleva a pensar que lo que ocurrió el 2 de agosto es parte de un plan".

"Si esto no se puede demostrar lo aceptaremos, como no puede ser de otra manera", añadió.

Si la premeditación no llegase a ser demostrada se descartaría la pena de muerte, pues Tailandia la contempla para el asesinato con premeditación pero no sin ella, y se produciría una rebaja considerable de la posible condena.

Tras el turno de la Fiscalía la defensa toma mañana en principio el relevo llamando a declarar a Daniel Sancho al comienzo de la sesión, alrededor de las 9 hora local (GMT+7), y después podrían testificar su padre, el actor Rodolfo Sancho, y dos policías.

La defensa tiene previsto llamar a unos veinticinco testigos desde mañana hasta el 3 de mayo, cuando en principio concluye el juicio oral contra el español. 




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