Culmina así la batalla en los tribunales del abogado asturiano Miguel Ángel Rodríguez Vacelar para conseguir que su hija pequeña pueda tener la unión “Rodríguez-Vacelar” como primer apellido. De esta manera podrá conservar el apellido en extinción y transmitirlo a otras generaciones.
El proceso comenzó cuando su mujer se quedó en estado: “Ya tenía pensada la unión de los apellidos. Así que me moví rápido y me ocupé de acreditar lo esencial para poder tramitar este cambio antes de que naciera mi hija y así no me pusiesen pegas alegando prejuicio en el interés del menor”. De esta manera, se encargó de buscar toda la información que corroborase que se trataba de un apellido en peligro de desaparición y que era de origen español, para lo cual contrató los servicios de una empresa de genealogía.
En el momento en que interpuso la demanda, en 2017, había en toda España solo 9 personas que lo ostentaran como primer apellido -y, por tanto, “en teoría”, con capacidad de transmitirlo- y 11 que lo tenían de segundo, como es el caso del demandante.
Con todos los informes en mano, solicitó que su descendiente pudiera tener como primer apellido “Rodríguez-Vacelar”, es decir, los dos apellidos del padre unidos en uno.
Normalmente, la Dirección General de Registros y Notariado concede unir apellidos de manera discrecional y sin tener que ir a juicio acreditando el “uso” de estos. Pero en este caso, se ha conseguido alegando la especial protección de un apellido español en vías de desaparición.
Esta sentencia del Tribunal Supremo destaca que un apellido español en peligro de desaparecer es una “justa y legítima causa de cambio”. Además, indica que una forma de cambio es unir los apellidos y que un apellido compuesto está formado por dos apellidos, por lo que “salvaguarda cada uno de ellos”. Por tanto, queda reconocido en dicha sentencia que puede llevar a cabo dicho cambio ya que constituye un “bien a proteger” y con ello salvar un apellido español a punto de desaparecer.
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