Salir de una deuda de tarjeta revolving es posible. En reclamador.es nos encargamos de ello, pero, ¿y después? ¿Qué pasa una vez conseguimos que el banco, ya sea en vía judicial o extrajudicial, haga caso a nuestra reclamación y tú consigues salir del bucle de deuda de la tarjeta revolving? Para evitar caer nuevamente en esta situación y mantenerte en el camino correcto, en este post explicaremos algunas recomendaciones para evitar recaer en una deuda por tarjeta revolving después de haber salido de ella.
1. ¡No contrates otra tarjeta de crédito en modalidad revolving!
Parece una obviedad, pero no lo es. Salir de una deuda revolving no es sencillo, muchas veces tenemos que llegar a juicio frente al banco para que esto suceda. Por ello, el primer y principal consejo que podemos darte es no contratar otro crédito en modalidad revolving.
Recuerda que conceptos como “paga tu tarjeta en cómodas cuotas” , “pago aplazado final de mes” o “cuota mensual fija”, son términos comerciales para enmascarar las tarjetas revolving.
2. Establece un fondo de emergencia
Una de las razones por las que muchas personas caen en la trampa de la deuda revolving es la falta de un fondo de emergencia. Si enfrentas un gasto inesperado, como puede ser comprar un nuevo frigorífico o lavadora, un fondo de emergencia te protegerá de recurrir a tarjetas de crédito revolving para cubrir esos gastos.
3. Realiza tus pagos con tarjeta de débito
Las tarjetas de débito te descuentan al instante de tu cuenta bancaria el importe abonado en un comercio o entidad. Por norma general, si usas una tarjeta de débito y la cuenta asociada no dispone de dicha cantidad, no te permitirá realizar la operación. Sin embargo, si usas una tarjeta de crédito (ya sea convencional o revolving), sea cual sea el saldo en ese instante en la cuenta bancaria, podrás realizar la compra, posponiendo su pago al día acordado de cada mes. Y si en dicha fecha no cuentas con el dinero suficiente en la cuenta para abonar ese y otros gastos, comienzan a aplicarte comisiones y penalizaciones.
En definitiva, con una tarjeta de débito, estás gastando dinero que ya tienes en tu cuenta bancaria. No estás tomando prestado dinero, como lo haces con una tarjeta de crédito. Esto significa que no acumularás deudas ni te expondrás a tasas de interés elevadas. Por tanto, las tarjetas de débito te ayudan a mantener un control más estricto de tus gastos, ya que solo puedes gastar lo que tienes disponible en tu cuenta bancaria.
4. Reduce tus gastos
Identifica áreas donde puedas recortar gastos discrecionales, como comer fuera de casa habitualmente o compras innecesarias. Destina estos fondos al ahorro para que en el futuro no tengas que recurrir nuevamente a créditos con elevados intereses.
Para ello, como consejo, en reclamador.es te informamos que puedes, por ejemplo, plantearte un presupuesto mensual en el que reflejar tus ingresos y tus gastos esenciales, incluyendo en estos últimos el pago de otras deudas o préstamos. Así sabrás de qué dinero dispones y cuál es la cifra que te puedes asignar como ahorro y para gastos.
5. Educación financiera continua
La educación financiera es clave para evitar la deuda revolving. Dedica tiempo a aprender sobre inversiones, manejo del crédito y estrategias de ahorro. Cuanto más comprendas tus finanzas, mejor podrás tomar decisiones informadas.