Desde el año 2018, los bancos españoles están obligados por el Código de Comercio a incluir, en sus Estados de Información No Financiera (EINF), datos significativos sobre el impacto de su actividad en el medio ambiente. Sin embargo, aún se omite una gran cantidad de información, según se desprende del último informe del Instituto Internacional de Derecho y Medio Ambiente (IIDMA), que analiza el grado de cumplimiento de Bankinter, BBVA, CaixaBank, Sabadell y Santander en 2021.
El estudio, titulado La banca española y el reporte de cuestiones ambientales: Análisis de los Estados de Información No Financiera 2021, señala que, a pesar de que la banca ha aportado más información ambiental que en años anteriores, la ausencia de indicadores clave sigue impidiendo entender el impacto real de su actividad financiera.
El IIDMA destaca la omisión generalizada de algunos datos clave, como las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) atribuibles a sus productos financieros, o el impacto de su actividad en la biodiversidad y el medio ambiente. Esto último, exigido no solo por la ley de 2018 del Código de Comercio, sino por los Principios de Ecuador relativos a la gestión de los impactos ambientales de los proyectos financiados por la banca, iniciativa internacional voluntaria a la que todas las entidades analizadas se han adherido.
Por otro lado, la ausencia de una información más detallada impide que inversores, empresas financieras y público en general conozcan con claridad la exposición a los riesgos climáticos de cada banco. Es decir, el riesgo de devaluación de sus activos por no adaptarse a las medidas de descarbonización de la economía, estipuladas por diversos tratados internacionales, como el Acuerdo de París.
En concreto, la banca está altamente expuesta al riesgo climático de transición por la acumulación de activos en sectores intensivos en carbono. En este sentido, el informe hace referencia al estudio “Fossil Fuel Finance Report 2022” de RAN y BankTrack, que revela que, entre 2016 y 2021, los 60 principales bancos a nivel mundial destinaron 4,6 billones de dólares a empresas vinculadas a los combustibles fósiles, de los cuales, 742.000 millones se invirtieron en 2021.
“La divulgación de datos relevantes y comparables es esencial para identificar qué actores del sector bancario apoyan una descarbonización real de la economía”, señala Quentin Aubineau, abogado ambiental del IIDMA. Sin embargo, el informe apunta que una gran parte de los datos publicados en los EINF de la banca se centran en la huella ambiental de sus propias oficinas, cuyo impacto es completamente marginal en comparación con las emisiones de GEI que pueden producir las empresas que financian.
AUDIO: Declaraciones de Q. Abineau
Asimismo, el IIDMA pone de manifiesto que existe prolija información respecto a los proyectos de finanzas sostenibles que los bancos apoyan, pero la falta de otros datos impide comparar el porcentaje que estos proyectos representan dentro del conjunto de carteras de la banca española.
Hacia un marco jurídico europeo más exigente
Las carencias de los EINF de las grandes empresas también han sido identificadas por la Comisión Europea y por la Comisión Nacional del Mercado de Valores. De hecho, ya está en tramitación una nueva directiva europea sobre informes de sostenibilidad corporativa que incorpora muchos más requisitos de transparencia, cuya entrada en vigor está prevista para 2024.
Sin embargo, el IIDMA sostiene que las directrices de la CE publicadas en 2019 en materia de divulgación de información sobre el clima ya suponen una guía muy completa. “Se comprende un periodo de adaptación a la normativa, pero tras cuatro años de su entrada en vigor, los EINF de la banca no cumplen con todos los requisitos previstos en la legislación vigente”, señala Ana Barreira, abogada y directora fundadora del IIDMA.
Recomendaciones del IIDMA
El IIDMA concluye su informe con una serie de recomendaciones, entre las que destaca la utilización de indicadores clave, relevantes y comparables, la divulgación de datos sobre las emisiones de GEI de sus productos financieros y la exposición de sus carteras a sectores intensivos en carbono, y la medición del impacto de su actividad en la biodiversidad y el medio ambiente.
Informe completo del IIDMA sobre los EINF 2021
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