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Zamora, 12 feb (EFE).- La Audiencia de Zamora ha absuelto a un hombre de un delito de agresión sexual continuada a su expareja por el que la Fiscalía le pedía 18 años de cárcel y le ha condenado a dos años y medio de prisión por dos delitos de violencia física y otro de amenazas a la víctima -diez meses por cada uno de esos delitos-.

La sentencia, difundida este lunes por el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León y contra la que cabe recurso, condena además al acusado, de nacionalidad portuguesa y que residió con la víctima en Zamora, a 20 días de trabajos en beneficio de la comunidad por un delito leve de injurias y vejaciones.

La absolución de la acusación por agresiones sexuales, que según la víctima se habían producido en al menos en cinco o seis ocasiones en las que ella se negó a tener relaciones sexuales con él pese a ser pareja, se debe a la aplicación del principio de "in dubio pro reo" (en caso de duda a favor del reo) y al ser el testimonio de la mujer la única prueba directa de la acusación.

Ese principio lo aplica el tribunal al apreciar que el relato ofrecido por la víctima es "sesgado e impreciso" y ofrece "variaciones sustanciales a lo largo de las distintas declaraciones prestadas".

Además, existen contradicciones entre su versión y la de los testigos propuestos para apoyarla, por lo que el tribunal estima que no puede condenar al encausado por las violaciones ni por un delito de maltrato habitual ni por uno de los tres episodios de violencia física en el ámbito familiar por los que fue juzgado.

Sobre el maltrato y uno de los casos de violencia física denunciados, el tribunal ha advertido de que la víctima no pudo concretar si sucedieron en España o en Portugal, ya que la pareja vivió en ambos países mientras mantuvieron la relación, ni existen partes médicos, ni testigos ni evidencias físicas, dado que personas amigas de la víctima nunca le vieron moratones, arañazos o signos que denotaran la existencia de maltrato.

La Audiencia Provincial de Zamora ha estimado en cambio que en septiembre de 2022 el acusado agarró fuertemente del cuello a la víctima y el 22 de enero de 2023 la empujó y golpeó a la altura de las costillas tras una discusión.

Al día siguiente también discutieron cuando estaban en el domicilio la hermana y la madre de la víctima y él la amenazó con pegarla y llevarse a su hijo si llamaba a la policía, según los hechos probados establecidos en la sentencia. 




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