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Un accidente laboral puede ser, además, un accidente in itinere. Esto significa que ha tenido lugar fuera del lugar de trabajo, pero cuando el empleado se dirigía allí desde su domicilio. O cuando volvía a este (a grandes rasgos).

Pero la normativa actual de los accidentes in itinere no es tan sencilla como parece. Puede haber multitud de situaciones que lo sean y otras muchas que no. Por eso, en este artículo hemos recopilado un listado de casos reales que ha recogido la jurisprudencia y que han sido catalogados como accidentes de trabajo in itinere.

Veremos, en definitiva, cómo se define un accidente in itinere y qué tipos puede haber según esta casuística. Porque, de hecho, la noción ampliada de accidente in itinere es algo que se ha ido desarrollando poco a poco en los propios juzgados.

Accidente in itinere: definición

Un accidente laboral in itinere tiene su razón de ser en el supuesto de que, de no haber habido la necesidad de que el accidentado acudiera a su centro de trabajo -o que volviera de él-, no se habría producido. Ni, por lo tanto, habría habido ninguna lesión por ese motivo. Se podría afirmar que esta es una descripción “a la inversa”.

Una definición más clásica sería la de que un accidente que tiene lugar en el trayecto, sea de ida o de vuelta, a la oficina o lugar donde se ejerce la actividad laboral.

Pero, además, existen otros requisitos. Estos son:

  • Que el accidente haya ocurrido en un tiempo razonablemente próximo a la hora de entrada o salida del trabajo.
  • La finalidad principal y directa del viaje debe estar determinada por el trabajo.
  • El punto de llegada o de partida puede ser o no el domicilio del trabajador, siempre que no se rompa el nexo necesario con la actividad profesional. ¡Más adelante nos extenderemos en este punto!

Accidente in itinere: ejemplos vistos en juicios

Por lugar cercano al domicilio

Comencemos por situar al detalle en qué supuestos se considera accidente de trabajo, y en cuáles no, si tenemos en cuenta que el incidente ocurre muy cerca del domicilio del trabajador. En primer lugar, queremos confirmar que diversas sentencias de altos tribunales han señalado que no hay duda de que se trata de un accidente de trabajo in itinere el de un trabajador que se cae o lesiona al bajar las escaleras del portal de su inmueble cuando se disponía a personarse en su empresa.

Asimismo, también en los límites de la vivienda, se ha aceptado como accidente in itinere la caída desde una motocicleta dentro de la finca propiedad del afectado, ya que lo relevante aquí, conforme indican los jueces, es que “ya se había comenzado el trayecto hacia el centro de trabajo”.

Por el contrario, no se podría alegar accidente de trabajo en una caída o lesión que se produzca dentro de la vivienda. Ni siquiera en el porche o en un jardín privado. El requisito es que, pese a su íntima cercanía con el domicilio, sea un sitio de libre acceso a otras personas.

Vacaciones y fin de semana

No solo el domicilio habitual está relacionado con los accidentes de trabajo in itinere; también lo es el que sucede en el desplazamiento de vuelta del fin de semana yendo directamente al trabajo, por ejemplo un lunes por la mañana temprano.

Del mismo modo, también será accidente de trabajo el que sobreviene en el camino -de ida o de vuelta al trabajo- desde una segunda residencia en vacaciones o verano.

Desvíos permitidos

Comprobemos ahora qué pasa si el trayecto no es directo. La clave aquí es que la desviación no sea casual, sino frecuente. Por ejemplo, se calificaría como accidente de trabajo in itinere el que acaece al ir a buscar a los hijos al colegio al salir del trabajo.

Otro caso muy similar fue el de un padre que se desvió del camino trabajo-casa para recoger a su pequeño en la guardería, al considerarse que ello era necesario para la conciliación de su vida familiar y laboral.

Por otro lado, igualmente sería accidente de trabajo in itinere el acontecido tras tomar una desviación para dejar en casa a un compañero de trabajo.

Provocados por terceros

No habrá accidente de trabajo si hay una agresión y esta responde “rencillas personales, ajenas al trabajo”. En cambio, sí lo habrá cuando el agresor no tenga relación alguna con el trabajador pero el incidente tenga lugar en el trayecto al trabajo. Para verlo más claro, por ejemplo hablaríamos de accidente in itinere si lo ocasiona una banda criminal, como en caso de un acto terrorista. O a resultas de un robo cuando se regresa al domicilio desde el centro de trabajo.

Queremos recordar aquí una situación impactante que fue aceptada como accidente de trabajo in itinere por el Tribunal Supremo: un trabajador que, esperando en la parada del autobús para volver a su domicilio a la salida del trabajo, sufrió un disparo a manos del asesino de la baraja.

Estancia en hotel por viaje de trabajo

En este quinto y último apartado que vamos a exponer, hay varias visiones que conviene analizar, conforme a lo han venido dictando los diferentes juzgados. Las enfermedades cardiovasculares constituyen el principal punto conflictivo en este asunto.

Los magistrados han reconocido como accidente de trabajo in itinere, por ejemplo, el infarto de miocardio de un conductor de autocar que conduce por rutas europeas, cuando está pernoctando en un hotel en el extranjero. O el de un directivo sometido a estrés en el hotel de otra ciudad para participar en unas jornadas profesionales. Aquí, como se puede observar, el elemento en común es la estancia en hoteles fuera de la ciudad o país donde se desarrolla normalmente la actividad laboral.

En contrapartida, no se han admitido como accidentes in itinere las situaciones que resumimos a continuación:

  • Infarto en hotel tras haber finalizado su jornada laboral dentro de España, para reanudar el trabajo al día siguiente.
  • Ataque al corazón con antecedentes de tabaquismo, hipercolesterolemia, hiperuricemia e hipertensión arterial, que fallece en un establecimiento hotelero.
  • Por entender que no hay base para suponer que el esfuerzo (o especial concentración) y estrés que exige su profesión hayan provocado el problema cardiovascular.
  • Infarto de miocardio en un hotel durante un viaje de negocios o de un trabajador desplazado.

Conclusión

Todos estos tipos de accidentes in itinere pueden ser causa de incapacidad permanente si, tras agotar los tratamientos recomendados, quedan secuelas que inhabiliten para trabajar con normalidad. Es la llamada incapacidad por accidente de trabajo. Una de sus ventajas es que no se exigen requisitos de cotización para cobrarla, al igual que cuando se trata de un accidente no laboral o una enfermedad profesional. Por último, aclarar que cuando la persona está fuera de la empresa efectuando un encargo realizado por el empresario, no habría accidente in itinere, sino un accidente laboral convencional.




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