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Santa Cruz de Tenerife, 4 ago (EFE).- La Sala de lo Penal del Tribunal Supremo (TS) ha hecho firme la sentencia que condena a 34 años de cárcel a un hombre de Gran Canaria que abusó de sus cinco nietos desde el año 2014 hasta 2020.

En total se le considera responsable de cinco delitos sexuales por los que se le impone cuatro penas de entre cinco y seis años y otra de 12, por cada una de las víctimas según la gravedad de sus comportamientos, según la sentencia del Supremo.

El condenado deberá hacer frente a indemnizaciones que suman un total de 93.000 euros y que oscilan entre un mínimo de 3.000 euros y un máximo de 40.000.

Una vez que salga de prisión deberá permanecer 10 años en libertad vigilada, no se podrá acercar a menos de 200 metros ni comunicarse con cada uno de ellos, debe participar en un curso de educación sexual y tendrá prohibido durante una década desempeñar cualquier trabajo que suponga contacto directo con menores.

De esta manera finaliza un procedimiento judicial que se inició en 2021 cuando la Audiencia Provincial de Las Palmas emitió un fallo idéntico, al considerar probado que el hombre nacido en 1953 abusó de tres nietas menores y dos niños aprovechándose de su condición de abuelo y del respeto y cariño que éstos le tenían.

La primera víctima fue una niña nacida en 2007 y consistió en tocamientos que se llevaron a cabo en el domicilio de los abuelos e incluso en presencia de su esposa y finalizaron cuando estaban en un apartamento en el sur de la isla.

El hombre le decía a la niña que se trataba de cosas normales, que ella era su favorita pero que si no accedía a cumplir sus deseos dejaría de serlo.

Otro tanto ocurrió con su nieto nacido en 2009, desde que tenía seis años y entre 2014 y 2017 también fue víctima de estos comportamientos otra menor nacida en 2002, quien había llegado desde Argentina y residía en la casa del procesado y a quien convenció para que durmieran juntos momento en el cometía los abusos.

Hechos parecidos ocurrirían con una niña nacida en 2002 y un niño de cinco años, que es considerado el caso más grave.

Como resultado de estos abusos, una de las niñas sufre alucinaciones, está sometida a una fuerte medicación y llega a creer que su abuelo la persigue, el niño asiste al psicólogo y otra menor sufre muchos cambios de humor, no come ni duerme bien, se ha distanciado de la madre, llora y busca fotos de una tía con la que estaba muy unida.

Una más sufre de intensas ansiedades, toma pastillas porque padece de parálisis de sueño, dejó de estudiar porque lloraba, llegó a autolesionarse, estaba muy arisca y junto con su madre asisten a terapia.

A finales de 2021 la Sala de lo Penal del Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) confirmó el fallo en todos sus términos al considerar “apabullantes” las pruebas en contra del condenado y “verosímiles” las declaraciones de las víctimas.

En el Supremo se intentó a aplicar la nueva legislación de la ley denominada de solo sí es sí, pero los magistrados concluyen que el reo no puede beneficiarse de estas modificaciones ya que las penas se sitúan en los márgenes marcados por la ley orgánica.




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