Seguro que habéis reflexionado muchas veces sobre las actitudes que las personas traen al trabajo cada día y cómo una actitud positiva o negativa afecta al rendimiento de otras personas y al servicio que se da a los clientes.
Es interesante conocer que la actitud y estado de ánimo que tienes en el trabajo impacta directamente en todos los aspectos de lo que haces y en cómo lo haces. Las actitudes conducen nuestro comportamiento. Impactan en nuestra productividad y casi siempre terminamos llevándolas también del trabajo a casa.
Si nuestra actitud nos condiciona tanto y afecta también a los demás, por qué no intentamos tener una actitud positiva.
El increíble impacto de la positividad
En nuestro cerebro hay cuatro elementos neuroquímicos que son los principales controladores de nuestras emociones: dopamina, serotonina, oxitocina y las endorfinas.
- El sentimiento de ganas de hacer cosas, conseguir objetivos o actuar de forma correcta lo genera la dopamina.
- El recuerdo de triunfos y logros pasados y la práctica de la gratitud lo genera la serotonina.
- Cuando trabajamos de forma exitosa en equipo, tanto internamente como con clientes, confiando los unos en los otros segregamos oxitocina. También cuando un compañero o un cliente nos regala algo.
- La risa activa nuestras endorfinas.
De hecho, un estudio médico de la Universidad de Harvard concluye las personas con una actitud positiva viven más años. ¡Increíble, verdad!
Qué ocurre cuando eres un negativo recalcitrante
Ahora, veamos la situación contraria. La actitud negativa. Digamos que trabajas en un ambiente tóxico. La sustancia que segrega nuestro cerebro cuando experimentamos sensaciones negativas es el cortisol.
La negatividad continua nos corroe y consume.
Si esto no es una motivación suficiente como para no expresar más gratitud y reírnos más no sé cuál podrá serlo más.
Por lo tanto, si una persona del despacho está con actitud negativa por las previsiones económicas, por las facturas, por los clientes descontentos y transmite esa actitud a una persona fácilmente influenciable adivina lo que pasa. Se crea una reacción química. De ahí vienen expresiones como “la infelicidad ama la compañía”, “mal de muchos consuelo de tontos”, etc.
Ser feliz ayuda a conseguir que las cosas se hagan
Cuando decides abrazar la felicidad y el positivismo, con independencia de lo que pase durante tu jornada laboral, algo increíble pasa. Eres más productivo y consigues sacar más trabajo adelante.
¿Cómo es esto posible?.
Piensa en la última vez que tuviste que centrarte en terminar un expediente. Continuamente interrumpido por llamadas telefónicas, correos electrónicos, personas que entran a preguntar cosas. ¿Estabas escuchando música?. Escuchamos música para concentrarnos y motivarnos en el trabajo de la misma forma que se hace cuando se realiza algún deporte. Cuando escuchamos música nuestro cerebro responde segregando dopamina.
Cuanto mejor nos sintamos más capaces de hacer cosas somos. Cuanto más negativos estamos menos cosas somos capaces de sacar adelante (y además culparemos de ello a quienes nos rodean).
Tienes que hacer una elección respecto a tu actitud
Todos tenemos la opción de elegir respecto a nuestra actitud. Se que todos tenemos vidas estresantes pero cada mañana cuando suena el despertador tenemos que decir “hoy a va ser un gran día”. Elijamos ser positivos. Elijamos ser felices. Con ello además influiremos en la vida de otros.
Digamos a nuestros compañeros y empleados que el trabajo que hacen importa. Y digámoslo porque de verdad que es cierto. Las palabras son importantes. Verbalizar estas ideas también importa. Las palabras que usamos cuando hablamos con otras personas importan. No podemos realmente conseguir nuestras más importantes metas sin elegir el positivismo y la felicidad. Y sé que estoy en lo cierto diciendo esto porque la ciencia también lo dice.
Tarea para mañana. Esparce algo de felicidad
Mañana por la mañana cuando te levantes actúa como te he indicado y fíjate en qué pasa. Sonríe más, expresa gratitud a quienes te rodean. Esparce positivismo en el despacho.
Si eres el dueño o socio director del despacho piensa seriamente en lo que te cuento en este artículo y piensa en cómo crear este tipo de atmósfera en el despacho. El impacto a largo plazo te sorprenderá. Incrementarás la facturación, los clientes harán más uso de tus servicios, y tendrás clientes nuevos. Incluso me atrevo a predecir que muchos de tus clientes pasarán de ser clientes a convertirse casi en fans tuyos.