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Lorena Arbués lleva ocho años en el Turno de Oficio. Uno de los casos que más recuerda es el de una mujer enferma con tres hijos a su cargo. Su marido había abandonado el domicilio familiar  e intentó deshacerse de todo su patrimonio para simular no tener bienes ni dinero con los que contribuir a la pensión de alimentos. Con su buen hacer, Lorena consiguió que todo se descubriera y el juzgado fijara una pensión alimenticia en base a los bienes que el padre tenía y a las ganancias que había logrado con su venta.

Pregunta.- ¿Puede resumir  brevemente el caso de divorcio que llevó por Turno de Oficio?

Respuesta.- Mi defendida se encontraba en una situación de mucha necesidad. Además de estar enferma, su marido había abandonado el domicilio familiar hacía unos años lo que provocó que la madre tuviese que hacerse cargo de sus tres hijos, sin tener medios para ello. Dado que se produjo un desequilibrio en la economía familiar y siendo la situación patrimonial de su marido más desahogada, éste intentó durante ese tiempo deshacerse de todo su patrimonio para simular no tener ni bienes ni dinero con los que contribuir a la pensión de alimentos de sus hijos. Finalmente, logramos descubrir cómo se había desprendido de todo y el juzgado fijó una pensión alimenticia en base a los bienes que esta persona tenía y a las ganancias que había logrado con su venta.

P.- ¿Por qué está en el Turno de Oficio? ¿Qué le aporta, profesional y personalmente, que no tenga en su ejercicio profesional?

R.- El turno de oficio, en el que llevo ocho años, es totalmente vocacional, algo que ya de por sí tiene la profesión de abogado. Me ha aportado grandes alegrías y un gran enriquecimiento profesional, a la vez que personal. Desde luego forma parte de mi experiencia como abogada, y me aporta la motivación que requiere defender a quien necesita una especial protección por no tener medios económicos suficientes.

P- ¿Recuerda algún caso que le haya marcado especialmente?

R.- Los asuntos que más me han marcado están relacionados con la familia y con algún episodio de violencia de género o doméstica. Algunos te impactan especialmente y te hacen tomar contacto con la realidad, quizá más dura de nuestra sociedad, lo que supone un reto para nuestra capacidad de actuación.

P.- ¿Dedica el mismo tiempo y los mismos recursos a un caso que le llega por el Turno de Oficio que a uno privado?

R.- Por supuesto cada asunto, independientemente que sea del Turno de Oficio o privado, requiere el tiempo necesario en función de su complejidad. La distinción entre asuntos no varía en función de si proviene del Turno o es un asunto de un particular. Mi lema es que “cada cliente merece siempre una hora más de tu tiempo”, y esto es así, sea quien sea. No distingo entre clientes, sino el fondo de cada asunto. Hay guardias de las que derivan asuntos urgentes, en los que las personas deben ser atendidas en ese instante, y es después cuando se estudia si tienen derecho a asistencia gratuita jurídica o no. Por tanto desde el primer momento los atiendo con la misma dedicación, tengan o no derecho a la asistencia jurídica gratuita posteriormente.

P.- Como abogada del Turno de Oficio, ¿se sientes valorada socialmente?

R.- Me siento valorada por los clientes y por los compañeros de profesión, tanto los que están inscritos en el Turno como los que no lo están. Sin embargo, creo que hay un gran desconocimiento en general del Turno de Oficio, especialmente por quienes nunca han utilizado este servicio.

Algunas personas tienen la falsa creencia de que trabajas para el Estado que es quien te paga y es tu obligación, o que se emplea a “abogados de segunda”, pero lo que desconocen es que el servicio es voluntario, que se exigen años de experiencia y la superación de determinados cursos y pruebas y que lo que recibimos, es una “compensación económica” que en muchos casos para nosotros es simbólica, y que desgraciadamente a veces no compensa toda la responsabilidad profesional que hay detrás de un asunto. Desde luego, en mi opinión, y creo que en la de la mayoría de mis compañeros, nunca me planteé como una prioridad la remuneración económica. Humanamente sí que compensa, porque a mí me motiva defender a las personas que necesitan especial protección.

P.- ¿Por qué cree que la Justicia Gratuita y el Turno de Oficio están menos valorados socialmente que otros servicios públicos como sanidad o educación?

R.- Por un lado quizás solo se acude a un abogado cuando es totalmente necesario, no con la obligatoriedad que conlleva la educación, por ejemplo. Por otro seguramente es debido a la falta de información. Esto se soluciona dando a conocer el buen trabajo de los profesionales del turno, dejando al cliente satisfecho.

Los abogados que ejercemos en el turno somos los mismos que ejercemos en nuestro despacho particular, nuestro conocimiento es el mismo, no cambias, es imposible. Hay buenos médicos que entregan su buen hacer tanto a la sanidad pública como en  consultas particulares. ¿Por qué con los abogados va a ser distinto? Los compañeros que prestamos servicio en el Turno estamos muy bregados, nos ha tocado ver mucho, seguramente también los que no lo están, pero tenemos un plus de vocación de servicio a las personas que no tienen medios.

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