Hechos Probados

Hoy estoy de un cierto subidón. Hace algunos días hice pública, sin rubor alguno, mi alergia natural a todo lo que sean números, cálculos y cosas propias de esta enjundia. Iluso de mi, estudié derecho pensando que me iba a librar de este tipo de trances, porque eso del derecho era de letras. Y nada menos, se me ocurre especializarme en laboral. Y entonces, te das de bruces con la realidad: Nóminas, Despidos y modificaciones contractuales por causas económicas, Indemnizaciones de todo tipo clase y color, cálculos de bases reguladoras más o menos complejas (jubilación, por ejemplo…) y un largo, larguísimo etcétera.
Con el tiempo, asumí que no me quedaba otra y tomé una, creo que, sabia decisión. Como me resulta muy farragoso esto de los números, suelo dejarme la piel detallando pormenorizadamente siempre los cálculos que hago y que luego voy a presentar en juicio. Y presento estos cálculos en una o varias hojas de Excel junto con mi prueba documental, a modo de “documentación ilustrativa”. Mi experiencia demuestra que es algo que suele gustar a los jueces porque les facilita mucho su tarea y que, además, suele tener un efecto extraordinario, puesto que si resulta que yo soy el único que presenta los cálculos pormenorizadamente detallados y las demás partes no, generalmente el Juez se acaba creyendo mis cifras, más que nada, porque tampoco suele tomarse mucha molestia en ponerse a hacer unos números que de hecho le debían aportar las partes. Todas las partes.
Lo del subidón viene porque me acaban de notificar una sentencia en la que buena parte de los hechos probados son, directamente, copia-pega de mis hojas Excel, en un asunto que iba, precisamente, de esto: De un montón de farragosos cálculos. Y como ha ocurrido en tantas otras ocasiones, resulta que fui el único letrado que se tomó la molestia de aportar los cálculos totalmente detallados al céntimo de euro. En este caso, además de ver elevadas mis modestas cifras a categoría de hecho probado, se ha dictado un fallo totalmente acorde con mi oposición a la demanda.
Ya me había ocurrido, en un par de ocasiones, que los fundamentos jurídicos de la sentencia, resultaron ser copia-pega de mi instructa, pero nunca, que una cosa que me cuesta Dios y ayuda hacer, sea elevada a los cielos del hecho declarado probado. Ya me va quedando menos para el Nobel de astrofísica.
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