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El Ilustre Colegio de la Abogacía de Barcelona (ICAB) ha presentado, en el cierre del 9º Congreso de la Corporación, dos iniciativas pioneras y complementarias que buscan formar a los profesionales del Derecho tanto en el uso de la palabra como de la inteligencia artificial. Se trata de la primera Escuela de Oratoria creada por un colegio de la abogacía y del proyecto ALIAT, que tiene por objetivo poner a disposición de las personas colegiadas las nuevas aplicaciones jurídicas de big data y aprendizaje automático que sistematizan y facilitan las tareas de asesoramiento legal.

La Escuela de Oratoria ICAB nace bajo el lema “El poder de la palabra” y busca promover y desarrollar la habilidad de la oratoria y la comunicación efectiva en el ámbito jurídico y empresarial, así como fomentar la formación continuada de los abogados y abogadas en técnicas avanzadas de comunicación. Esta escuela pionera en el sector organizará cursos, talleres, seminarios y conferencias sobre oratoria y comunicación contando con profesorado especializado en estas materias.

El proyecto ALIAT surge desde la Biblioteca colegial y el Observatorio para la Transición a la Ciberjustícia para proyectar el ejercicio de la abogacía en el entorno digital y big data. Esta iniciativa facilitará de manera gratuita a todas las personas colegiadas el acceso a las diferentes herramientas de inteligencia artificial creadas por las editoriales jurídicas. Además, orientará y asesorará a los profesionales del Derecho en el uso y el alcance de estos sistemas informáticos de computación.

El decano del ICAB, Jesús M. Sánchez, ha explicado que “la abogacía moderna requiere una doble preparación ineludible. Por un lado, necesitamos dominar el uso de la inteligencia artificial para que nos ayude a simplificar nuestro trabajo en ámbitos tan importantes como el documentalista, el análisis avanzado de datos y jurisprudencia, la comparación de textos o la redacción de escritos y documentos oficiales. Por otro lado, ahora más que nunca se requiere que, en tiempos de automatización de procesos digitales, destaquemos como juristas en el uso de la palabra, que es nuestro mayor valor ante los órganos judiciales, las administraciones y nuestros clientes”.

Sánchez ha concluido que “la inteligencia artificial ya se ha integrado en los colectivos jurídicos como una herramienta indispensable para la eficiencia, pero nunca podrá reemplazar el razonamiento y la empatía de los seres humanos. Pero es necesario que la abogacía progrese decididamente en todo aquello que nos diferencia de los sistemas automatizados y, en este sentido, la oratoria ha sido, es y será siempre un aspecto principal para nuestra profesión”.




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