Violeta Molina Gallardo

Madrid, 23 nov (EFE).- El aislamiento dificulta que las víctimas de violencia de género puedan salir de la espiral del maltrato, un aislamiento aún mayor cuando residen en el extranjero. La Fundación del Consejo General de la Abogacía Española tiende la mano a estas mujeres para ayudarlas a volver a España.

Las violencias machistas son estructurales y ubicuas, es perpetrada por hombres y afecta a mujeres de todo tipo de estrato social, con independencia de sus ingresos, su formación, su nivel económico o su residencia. Hay violencia contra las mujeres en todos los países del mundo y afecta a españolas dentro y fuera de nuestras fronteras.

Por ello, la Fundación del Consejo General de la Abogacía Española y el Ministerio de Exteriores firmaron en el año 2020, en plena pandemia, un convenio de colaboración para prestar asesoramiento y asistencia legal a víctimas españolas de violencia machista que residan en el extranjero y estén sopesando o hayan decidido regresar a España, lejos de su agresor.

Cuando una mujer española está en esa situación y acude a una embajada o consulado a pedir ayuda, se pone en marcha la maquinaria diplomática con el objetivo de brindarle asistencia letrada y de facilitar su repatriación y la de sus hijos e hijas, en el caso de que los tenga.

Volver a España

El presidente de la Subcomisión de Violencia sobre la mujer del Consejo General de la Abogacía Española y decano del Colegio de la Abogacía de León, Fernando Rodríguez Santocildes, explica en una entrevista con Efe que desde 2020 se ha asistido jurídicamente a unas 45 mujeres, la mayoría de ellas víctimas de violencia en el ámbito de la pareja o la expareja, pero también a víctimas de violencia sexual, de violencia vicaria (sustracción de menores) y de matrimonio forzoso.

"Es una manera de acoger a las mujeres que sufren una mayor victimización por encontrarse lejos del territorio y brindarles la posibilidad de que sean acogidas en su país de origen y de recibir la mejor atención, con profesionales especializados y formados en violencia de género", sostiene Rodríguez Santocildes.

La atención, "personalizada", comienza antes del retorno, en el país extranjero en el que residan, gracias a la mediación de una embajada o consulado. La Subcomisión de Violencia del Consejo de la Abogacía pone en contacto a la víctima con una letrada que trabaje en la región española a la que planea desplazarse la mujer.

El asesoramiento abarca cuestiones varias como son la interposición de denuncia en España o en el país extranjero (en el caso de que la víctima quiera denunciar), gestionar la custodia de los hijos menores o el traslado de personas dependientes a su cargo, buscar un centro de acogida, informar de las prestaciones y servicios a los que puede acceder la víctima...

 Desde finales de 2020, cuando este convenio de la Fundación del Consejo de la Abogacía y el Ministerio de Exteriores se puso en marcha, se ha prestado asistencia letrada a 46 mujeres en el extranjero (un caso en 2020, 12 en 2021, 12 en 2022 y otros tantos en lo que va de 2023), "un balance muy positivo", a juicio de Rodríguez Santocildes.

El experto señala la importancia de la abogacía para la erradicación de las violencias machistas y defiende que es un "orgullo" que España cuente con profesionales especializados y con formación continua para garantizar una atención adecuada a las víctimas.

Víctimas vulnerables

La vulnerabilidad de las víctimas que residen en el exterior es elevada. Están lejos de su familia y sus seres queridos, en muchas ocasiones sin red social que las sustente, son frecuentes los casos en los que no hablan el idioma y desconocen la legislación local, así como el contexto en el que viven.

Según el Ministerio de Asuntos Exteriores, las embajadas y consulados han atendido 739 casos de violencia de género entre 2020 y 2022. De 2019 a 2022 se repatrió a 67 mujeres víctimas y entre 2020 y 20222, a 31 menores que vivían en contextos de violencia machista.

Se trata de casos de violencia de género en el ámbito de la pareja, violencia sexual, intrafamiliar, matrimonio forzoso, trata, mutilación genital femenina e incluso feminicidios.

Exteriores puso en marcha una línea específica de ayuda a víctimas de violencia machista en el extranjero con el objetivo de cubrir los gastos realizados tanto en el país (por ejemplo, para asistencia letrada) como en la repatriación de la mujer y las personas dependientes que estén a su cargo.