Virginia Domingo de la Fuente
INTRODUCCIÓN
Las víctimas necesitan ser escuchadas, atendidas pero sobre todo respetadas. Comenzaremos diciendo esto porque es algo esencial, que la justicia tradicional trata de hacer pero que en muchas ocasiones falla y por eso precisamente surgió la justicia restaurativa. Una justicia restaurativa que aunque ahora está de moda, pocas personas saben qué es. Asistimos con estupor a actividades como trabajos en beneficio de la comunidad, reparaciones extrajudiciales que dicen tener enfoque restaurativo, sin saber qué para que así sea estos trabajos, deben tener relación con el delito cometido, sino será una actividad pedagógica y educativa muy interesante para el adolescente o adulto pero no será justicia restaurativa.
El problema que hay con la justicia restaurativa es algo habitual en otros ámbitos, por ejemplo; para elaborar la ley de protección animal, no han tenido en cuenta a veterinarios, lo cual es del todo ilógico, porque lo normal es contar con los que saben y están en contacto diario con los animales. De igual manera, no se entiende que los expertos que asesoran al Defensor del pueblo para investigar los abusos en la iglesia sean teóricos de la justicia restaurativa, esto no estaría del todo tan mal sino fuera porque siempre el Defensor habla de diseñar programas de justicia restaurativa, del enfoque restaurativo…..pues mal van a poder hacer eso, si en ese comité de expertos no hay nadie que sepa diseñar un programa y mucho menos facilitar un proceso restaurativo en estos delitos más graves. Y este afán por ser el adalid de la justicia restaurativa está dañando seriamente a las víctimas. Y traemos como ejemplo la siguiente noticia:”Los Salesianos intentan comprar el silencio de una víctima de abusos sexuales con 40.000 euros. El protocolo para las víctimas de abusos en esta congregación católica incluye cláusulas de confidencialidad que impiden divulgar información a la “prensa” y a sus “propios familiares”, para que accedan a una indemnización, que se evalúa “en función de la gravedad de la conducta” desde los 5.000 euros” Y lo peor es que uno de los miembros del comité de expertos del Defensor del pueblo supuestamente lleva ya varios años facilitando procesos restaurativos en esta congregación. Este es el problema que cuando no sabes cómo facilitar justicia restaurativa y mucho menos en delitos graves, cuando eres un profesor probablemente con buenas intenciones pero sin formación puedes causar serios daños a las personas que querías ayudar: las victimas.
JUSTICIA RESTAURATIVA EN DELITOS GRAVES COMO LAS AGRESIONES SEXUALES
La justicia restaurativa da voz a la historia de las víctimas, es especialmente importante escuchar lo que nos quieran contar sobre lo que les pasó, asimismo nos interesa sus necesidades y expectativas del proceso. Esto es esencial porque si sabemos que sus expectativas no se pueden cumplir no se iniciaría un proceso de justicia restaurativa. En este caso la congregación parece haber encargado el protocolo de actuación a una firma de abogados y estos lo que han hecho es elaborar como si de un acuerdo de colaboración o un contrato en exclusiva se tratara, unas clausulas en las que primero dan por hecho que lo único que desea la víctima es el dinero y en segundo lugar la hacen firmar confidencialidad. Es cierto que las sesiones de justicia restaurativa son confidenciales salvo que las personas consientan que se de publicidad a lo que se ha hablado pero nunca puede prohibirse a una persona hablar de lo que le pasó, y sobre todo prohibir que vuelva a tocar el tema. Han equiparado su dolor con dinero, han mercantilizado el daño y así piensan que se ha hecho justicia.
Pero es que otra de las necesidades de las víctimas es saber que la persona se responsabiliza y qué medidas están tomando para que no se repitan los hechos sin embargo, la víctima en la noticia dice: “Lamenta, asimismo, que la institución no le haya pedido perdón por los hechos denunciados y que tampoco haya obligación de informarle sobre las medidas impuestas a su abusador” Es increíble que ni siquiera la víctima pueda saber más sobre su abusador, qué medidas está tomando para asumir el daño, que posibles sanciones le van a imponer nada….absolutamente nada. Han hecho justo lo contrario a la justicia restaurativa, creer que con dinero lo solucionan todo. Diríamos que la justicia tradicional es lo que hace pero no es cierto, la justicia tradicional aunque no tiene en cuenta las necesidades de las víctimas al menos si da publicidad a lo sucedido y la víctima sería informada de las medidas impuestas a su abusador. Por tanto, han intentado hacer justicia restaurativa para satisfacer a la victima y lo que han hecho es menos que lo que haría la justicia tradicional.
LO QUE NO SE HACE EN JUSTICIA RESTAURATIVA
Y el problema es lo que dice la congregación: que acudieron “a una entidad ajena” para “que prestara un servicio de mediación en un caso de abuso”. Esta entidad ajena debe ser una firma de abogados, eso nos da igual, el problema es que lo hicieron para prestar un servicio de mediación en abuso. Tanto hablar de justicia restaurativa y seguimos pensando en mediación. Es lógico que esto haya salido así de mal, y que la víctima se sienta engañada y defraudada. Nunca se debe hacer una mediación en un caso de delito y menos cuando es grave, como hemos explicado mil veces, con la mediación se parte de una co responsabilidad y de cierto equilibrio entre las partes, con la justicia restaurativa cualquiera que sea su herramienta se tiene en cuenta que una persona sufrió un daño y otra lo causó, no hay equilibrio y precisamente se usa el proceso para empoderar a la víctima. Con esto de la mediación se comprende el acuerdo alcanzado, parece que esta firma de abogados ha tratado el caso como si de un proceso de mediación mercantil o civil se tratará y como es importante llegar al acuerdo, se ofrece este dinero. Lo peor es que pensaran que la mediación (que no la justicia restaurativa), ha sido exitosa porque ha habido acuerdo y las partes lo han firmado.
Simplemente se ha aprovechado de una víctima que por el motivo que fuere puede necesitar dinero, han solucionado solo una parte del problema pero el aspecto emocional del delito, el daño que ha podido causar un trauma no lo han abordado, y esto es de lo que trata la justicia restaurativa. Es un ejemplo de cómo confundir mediación y justicia restaurativa puede revictimizar a las víctimas.
Además este protocolo continua así reiterándose en la confidencialidad: “el documento alerta de que si se produce “algún tipo de fuga de información/documentación, las personas directamente autoras de ello serán responsables ante la Inspectoría Salesiana María Auxiliadora, la cual tendrá el derecho de solicitar el resarcimiento de los daños y perjuicios ocasionados como consecuencia de la vulneración del deber de confidencialidad, con independencia de las acciones civiles y penales que pudieren corresponder”.
Sorprende que esta congregación de la Iglesia quiera gestionar los abusos producidos en su seno de forma restaurativa y luego surjan noticias como estas, que nos hacen ver que no tienen interés en hacer justicia restaurativa porque así así fuera la encargarían a personas preparadas ( es fácil probar la preparación: formación, experiencia práctica, participación en programas restaurativos…etc. lo que si no te hace estar preparado es haber escrito un libro, un artículo o ser un eminente penitenciarista por poner un ejemplo)
Lo más sorprendente es que la noticia también dice: “El sacerdote denunciado “está llevando adelante un proceso de justicia restaurativa”. Nos gustaría saber qué proceso está llevando cuando a las víctimas las silencian y les dan dinero sin posibilidad de volver a hablar del tema ni tan siquiera de saber qué está pasando con su agresor. Si está haciendo un proceso de justicia restaurativa, lo lógico es que las víctimas estén informadas y llegado el caso si fuera posible se les preparara a ambos (víctima y agresor) para una reunión conjunta. Parece que desvinculan el proceso restaurativo de la víctima. Y entonces es cuando surge la pregunta cómo consiguen que vean el daño causado, su impacto si alejan a las víctimas del proceso. Lo lógico es que como parte de este protocolo de reparación se hubiera preguntado a la víctima si desea participar en un proceso de justicia restaurativa. Nunca se debe olvidar que la justicia restaurativa debe ser un derecho para las víctimas, otra cosa es que luego la víctima piense que no es adecuado para ella o prefiera no tomar parte . Aun así si el agresor estuviera participando en justicia restaurativa (no toda la justicia restaurativa son encuentros conjuntos), lo lógico sería informar a sus víctimas, si así lo desean, del proceso que está llevando, y cuáles son las acciones que va a tomar para mitigar el dolor causado (aunque sean simbólicas), pero según el acuerdo de confidencialidad esto es imposible para las víctimas. Por tanto, qué están haciendo, lo que suelen hacer las personas que no asumen responsabilidad intentar pagar con dinero y así lavar conciencias. Lo más sorprendente es que hace unos años un experto del comité del Defensor del pueblo ya decía que había hecho encuentros entre víctima y agresor en esta misma congregación. Se nos escapa el motivo por el que primero hablan con una firma legal para hacer mediación en abuso y luego por separado dicen que está haciendo justicia restaurativa.
Como valoraran el resultado exitoso del proceso restaurativo sería una pregunta importante por cuanto si no saben la diferencia entre mediación y justicia restaurativa, mucho nos tememos que el agresor está haciendo terapia y listo ya habrá hecho su proceso restaurativo.
CONCLUSIONES
Cualquier institución hoy en día no se cansa de hablar de programas de justicia restaurativa y de trabajo con enfoque restaurativo. Sin embargo, la práctica una y otra vez nos habla de que lo que se hace es todo lo más alejado posible a la realidad puesto que no solo no se hace justicia restaurativa sino que se revictimiza a las víctimas, se mercantiliza su dolor y además se las prohíbe saber qué pasará con su abusador. Si la iglesia y cualquier otra institución o administración quisieran realmente realizar una labor de justicia restaurativa con las víctimas de abusos debería elaborar programas de justicia restaurativa y no protocolos jurídicos para reparar el daño. Debería tener a verdaderos expertos en justicia restaurativa en abusos para poder ayudar a las víctimas a sanar, consiguiendo a la vez que los abusadores vean y reconozcan sus acciones y los daños causados. Y esto no es terapia, no es trabajar en la escucha, no es coaching, no es asesoramiento legal…es justicia restaurativa (la gran desconocida pero también de moda en España)