Más de lo mismo con vistas al próximo trimestre. La coyuntura irá a peor para un 46,5% de los encuestados, frente al 10% que esperan que mejore. En cambio, las perspectivas para dentro de un año son algo más positivas, con un 40,5% de respuestas que confían en una mejora, aunque todavía hay un 30% de opiniones pesimistas.
Si traducimos estas estimaciones a cifras, lo que observamos es que la previsión de crecimiento del PIB para 2022 ha caído sensiblemente respecto al anterior Consenso, aunque quizás menos de lo que sugieren las impresiones sobre la evolución de la coyuntura económica. Ahora, los encuestados esperan que este año la economía crezca un 4,3%, frente al 5,2% estimado nuestro Consenso del trimestre pasado, y un 3,9% en 2023. Se trata de un aumento del PIB todavía sólido en términos históricos, pero hay que tener en cuenta que venimos de una caída muy profunda de la actividad en 2020 y que se esperaba que el ejercicio actual se completaría la recuperación que ya se inició en 2021, cuando el PIB aumentó un 5%.
La inflación es el otro foco de preocupación que revelan los resultados de la encuesta. La mediana de las previsiones para junio y para final de año prácticamente se duplica. Si en el anterior Consenso los encuestados entendían que la tasa de aumento de los precios sería en esas fechas del 3,4% y del 2,5%, respectivamente, ahora se dispara hasta el 6,6% para 2022 y del 4,7% para 2023. Esas estimaciones son congruentes con la progresiva escalada de los precios en los últimos meses (hemos pasado del 4,0 de septiembre al 7,6% de febrero), y eso a pesar de que todavía no se han contabilizado los efectos disruptivos de la invasión rusa de Ucrania. Las movilizaciones de los sectores más críticamente castigados por la subida de los precios demuestran que el impacto será notorio.
Eso sí, de las respuestas de los panelistas se deriva que existe poca preocupación por los efectos de la segunda ronda de la inflación en los salarios, pese a ser unos de los riesgos más señalados por gobiernos y supervisores. Cuando se les pregunta si creen que el BCE será capaz de conseguir su objetivo de situar la tasa de inflación en torno al 2% a mediados de 2023, sólo el 13% de los encuestados considera que no lo logrará por la presión al alza de los salarios.
¿Qué se plantean hacer las empresas ante este tirón de la inflación? Aquí no hay matices. El 61,9% de las respuestas señalan que su política será subir los precios. Es el porcentaje más alto de la serie histórica, aunque ya en las anteriores ediciones de la encuesta había ido ganando mucho peso esta opción. La causa principal de esta inclinación mayoritaria a aumentar los precios es el incremento de los costes no salariales. Casi ocho de cada diez respuestas apuntan en esa dirección.