Según datos de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), desde hace diez años, la capacidad de atracción de inversiones extranjeras de la zona, de un modo directo, ha tenido un papel protagonista y creciente. Los datos varían tanto por países, como respecto a la relevancia de estas inversiones en el Producto Interno Bruto (PIB) de cada uno de los Estados.
En este escenario de negocios, las estructuras societarias internacionales ayudan a hacer posible una actividad ágil y estable. Se trata de instrumentos pensados en un enfoque multijurisdiccional, que, utilizados con rigor por parte de los profesionales de la abogacía en una región como Centroamérica, con clima proclive a los negocios, pueden facilitar y dinamizar las actividades, reduciendo los costos.
La Secretaría de Integración Económica Centroamericana (SIECA) puja para que los proyectos empresariales pronto se desarrollen en el seno del Proceso de la Integración Económica Centroamericana. Ya se han desarrollado normativas regionales de soporte, integrando las diversas propuestas de políticas públicas con las leyes.
Tal y como se afirma desde SIECA, “se ha contribuido a una adopción de normativas regionales en apoyo, considerando así propuestas de políticas públicas, normas, reglamentos y procedimientos en temas propios del Subsistema Económico. Esto se refleja en avances en el ámbito comercial, infraestructura regional, movilidad y logística, clima de negocios, recaudación fiscal y devolución de impuestos, política monetaria, turismo, pymes, temas agropecuarios, etc.”
Es conocido que la presencia de un alto volumen de exportaciones no va unido necesariamente a un alto poder adquisitivo de la población; pero es un inicio de garantía del desarrollo de una nación y, si la burocracia y el sistema jurídicos logran mantener un alto flujo de exportaciones a mercados amplios, constantes y diversificados, puede garantizarse el aumento de la calidad de vida generalizado.
Búsqueda de estructuras societarias de tipo flexible
Una de las mayores dificultades que se presentan en el desarrollo de las operaciones a nivel regional es constituir y mantener las diversas estructuras societarias en cada estado, y hacer posible una coordinación real entre ellas, que no dificulte el fin para el que fueron creados y permitan una integración regional profunda.
En este escenario, las diversas dificultades que presenta el comercio internacional y sus dinámicas obligan a los empresarios a entrar a la búsqueda de estructuras societarias de tipo flexible, que se adapten a las particularidades del objeto del negocio y su mercado; diferentes a las estructuras estrictamente nacionales. Las estructuras societarias internacionales mejoran sustancialmente la operatividad de las corporaciones. Se trata, principalmente, de establecimientos permanentes, filiales y sucursales, entidades de tenencia de valores extranjeros, y estructuras Off Shore.
Según se demuestra a nivel estadístico, las corporaciones suelen elegir la figura del holding en el Estado de donde parte la operación que exige crear una sociedad -normalmente Panamá, Costa Rica o Guatemala- y trabajan en las demás jurisdicciones a través de filiales. Los costes de transacción suelen ser elevados, no obstante en la zona se trabaje normalmente con sintonía empresarial. Apostemos por crear y sacar adelante las estructuras societarias que, dentro de la ley y los criterios de los organismos internacionales, mejoren la rapidez y la estabilidad de las operaciones en nuestra región.
Utilicemos los instrumentos que nos brinda el derecho para ofrecer confianza a las redes de importación y exportación, de manera que Centroamérica aproveche al máximo las ventajas competitivas de las que cuenta: situación geográfica propicia, clima de negocios abierto, y predisposición para la operatividad.
