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Con el gran desarrollo de la globalización y economía a nivel internacional, los agentes económicos buscan implementar nuevas formas de realizar todo tipo de transacciones desde diversas partes del mundo. En efecto, si bien cada día los empresarios buscan rapidez al momento de realizar las compras y ventas de los distintos productos o servicios que ofrecen y demandan en el mercado, la seguridad jurídica y la confianza han sido temas de vital importancia en el mundo de los negocios a lo largo de los años, temas sobre los cuales han surgido nuevas necesidades, y que la figura de los “Contratos Inteligentes” o “Smart Contracts” parecen resolver.

Tradicionalmente, para realizar diversas transacciones como, por ejemplo, realizar la compra-venta de un bien inmueble, las partes - comprador y vendedor - deben redactar un documento en papel en donde todos los acuerdos de dicha transacción (el precio de venta, la identificación del inmueble, la forma de pago, entre otros) se encuentren especificados en cláusulas, las cuales rigen la ejecución del contrato.

En la suscripción de estos contratos tradicionales, normalmente las partes acuerdan el medio de resolución de conflicto que pudiera devenir en el futuro – mediante Conciliación, Mediación, Arbitraje o Juzgados - así como el lugar donde el mismo deberá resolverse, y la legislación aplicable. Con la finalidad de obtener seguridad jurídica, estos contratos muchas veces deben ser legalizados y/o apostillados.

Sin embargo, con el surgimiento del comercio electrónico – que día a día es más frecuente – los usuarios no están completamente a salvo de ser víctimas de fraude o de que alguna de las partes incumpla su obligación, siendo tedioso en muchos casos resolver estos tipos de disputas, sin dejar de mencionar los costos en los que deberán incurrir.

Los Contratos Inteligentes o Smarts Contracts han surgido como medios de comercio electrónico que se consideran serán los medios de las transacciones económicas del futuro, respecto de los cuales todos los abogados deberán tener conocimiento.

En este sentido, se entienden por Contratos Inteligentes a los acuerdos entre dos o más partes para realizar transacciones económicas que, a diferencia de los contratos tradicionales, son autoejecutables. Es decir, estos acuerdos en vez de estar escritos en un documento en papel, se encuentran escritos de manera digital en lenguaje informático (códigos de programación), lo que hace que, al cumplirse cierta cláusula o acuerdo entre las partes, la obligación inmediata y automáticamente se ejecute.

Para entender mejor en qué consisten los Smart Contracts, la doctrina actual los equipara con las máquinas dispensadoras de golosinas. Cuando un comprador desea adquirir, por ejemplo, una galleta en una de estas máquinas, al introducir el precio de la galleta, la máquina dispensadora automáticamente la arroja; es decir, hay un acuerdo entre quien provee la galleta y quien decide comprarla en que, al momento de realizar el pago por el comprador, se ejecutará la obligación (por medio de la máquina) de dar la galleta.

Lo mismo sucede con los Contratos Inteligentes. Estas cláusulas están redactadas de tal forma mediante códigos que, al acontecer algún acuerdo pactado, inmediatamente se ejecuta la obligación. Esto es posible mediante el uso de la tecnología Blockchain, lo que principalmente se ha relacionado con el uso de las Bitcoins, pero que no es su única utilización.

En efecto, a diferencia de la suscripción y ejecución del contrato de compra-venta en los contratos tradicionales, en los contratos inteligentes las partes en vez de redactar un contrato en papel, legalizarlo ante notario público e inscribirlo en los registros públicos, las partes pueden ir a una plataforma de Smart Contracts y programar a través del lenguaje informático cada una de las cláusulas, para que cuando el comprador haya cumplido con pagar el total del precio de venta, por ejemplo, la escritura pública inmediatamente se inscriba en los Registros Públicos a nombre del comprador o, por el contrario, que si el comprador no realiza el pago pactado en el tiempo establecido, inmediatamente se ejecute la penalidad pactada, sin la necesidad de intermediarios como el notario, el registrador, y sin necesitar algún medio de resolución de conflicto.

Se puede definir al Blockchain como una red digital que permite almacenar registros de información de manera encriptada, conocidos como bloques. Cada uno de estos bloques está relacionado a un bloque precedente lo que hace que se forme una red de bloques. La doctrina y especialistas comparan la tecnología Blockchain con el Libro Mayor utilizado para operaciones contables, el cual en vez de estar vigilado por una o más personas está resguardado por la red de computadoras que utilizan este sistema. Esto hace que si alguien pretende alterar la información de algún registro debe alterar la información de cada una de las computadoras y en todos los bloques.

Si eres abogado o estudiante de derecho necesitarás saber sobre los Smarts Contracts y sobre la tecnología Blockchain, pues se apunta a que la contratación tradicional se vaya dejando de lado en el futuro, sin la intervención de los notarios, árbitros, jueces, entre otros profesionales del derecho.

 

Autor: Fernanda Zevallos – Especialista en Derecho Corporativo y Propiedad Intelectual

Estudio: OMC Abogados & Consultores




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