Imagen: Miren Sáenz de Valluerca La crisis financiera que estamos atravesando ha golpeado fuertemente a muchos sectores, entre ellos al sector legal. Si bien es cierto que no ha sido uno de los más golpeados por su propia naturaleza, en los próximos meses, los directivos se enfrentarán a importantes desafíos para hacer frente a esta situación.
En primer lugar, la llegada del teletrabajo y la deseada flexibilidad de los abogados ha supuesto un importante choque cultural en un sector reconocidamente tradicional. Esta forma de trabajo (que ha venido para quedarse) sufrirá quizás, ajustes una vez pase la pandemia y la totalidad de los empleados vuelvan a sus puestos de trabajos, si es que este hecho se da. La defensa de la flexibilidad y el teletrabajo en unos casos y el deseo de un trabajo presencialista en otros, puede suponer que esta nueva forma implique choques culturales y generacionales.
En este contexto, se observa una fuerte corriente donde las nuevas generaciones reclaman a sus empresas conciliación y nuevas formas de trabajo que muchas veces difieren de la forma de hacer de generaciones anteriores. Si bien es cierto, que al no estar en grandes oficinas y edificios podrá suponer un importante ahorro para las empresas y despachos de abogados por lo que puede ser interesante llegar a un punto intermedio entre el teletrabajo y el trabajo presencial que beneficie a todos.
Por otro lado, nos podremos encontrar con ajustes de plantilla o reestructuraciones en determinados departamentos fruto de la crisis financiera que estamos atravesando. Sin embargo, el fin de la moratoria concursal y las reestructuraciones implicaran un claro aumento en la contratación de directivos y equipos especializados en estas áreas de práctica.
A su vez, la llegada de nuevas firmas internacionales, así como las firmas de servicios legales alternativos supondrán la presencia de nuevos actores dentro del mercado que implicarán un aumento de la competitividad en según qué nichos de mercado. Esto puede suponer que algunos despachos puedan ajustar los fees o den mayor importancia a las nuevas tecnologías, la eficiencia o el trabajo enfocado a la excelencia.
Como se puede observar, han surgido nuevos modelos de negocio en el sector legal que rompen por completo con los estereotipos de los grandes despachos, donde los jóvenes abogados pueden participar directamente en la facturación de los asuntos en los que trabajan, algo que hasta la fecha solo estaba reservado a los que tenía condición de socio.
Además, algunos despachos que no podrán sobrevivir a esta crisis se verán absorbidos por otros con lo que implicará importantes reestructuraciones por la duplicidad de puestos que implicaran estas operaciones.
Otro desafío importante que se van a encontrar los directivos del sector legal es el retraso en los años de jubilación de los Socios en los despachos implicando así una importante extensión de las carreras de los abogados senior que no acaban de ver un hueco y un plan de carrera claro en estas compañías.
Por un lado, nos encontramos con abogados senior con una clara orientación a la sociatura que, por la coyuntura o las rígidas estructuras de los despachos, no consiguen generar una importante cartera de clientes y tienen sueldos, a veces, elevados para ser igualados por empresas contratantes. Por otro lado, nos encontramos con despachos de abogados cada vez más exigentes con la cartera que aporten las nuevas incorporaciones de Socios por lo que cada vez se complica más la contratación de abogados seniors sin un claro business plan.
Además, la poca presencia de mujeres en los puestos de sociatura de las plantillas de los despachos, es sin duda un claro reto para los próximos años en el sector. El actual debate interno de las grandes firmas es si el simple paso del tiempo equilibrará esta desproporción o la situación exige la implementación de medidas concretas como las cuotas, mejores medidas de conciliación o formación para erradicar los sesgos. La experiencia en otros sectores muestra que estas medidas ayudan a lograr este objetivo, pero cada vez más, la exigencia viene por parte de los clientes y esta es una palanca aún más poderosa. Cada vez más compañías incluyen entre sus condiciones de contratación que existan Políticas de Igualdad, lo que hace irreversible este movimiento.
En definitiva, aunque el sector no se ha visto demasiado afectado por esta crisis, los próximos meses los directivos del sector legal se enfrentarán a importantes desafíos como el teletrabajo, la llegada de nuevos actores al sector, un alto número de abogados senior sin un plan de carrera claro en los despachos y la paridad en los puestos de dirección.
Saul el 04/08/2021, h.
La paridad es una estupidez supina y solo es un problema cuando discrimina talento por una cuota.