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  • Libertad vigilada y 40 horas de trabajos sociales por un delito de trato degradante por vejar a la docente, a quien llamaban insistentemente por teléfono.
  • Realizaron pintadas insultantes contra la maestra en distintas zonas del centro educativo. Deberán indemnizarla con 5.000 euros por los daños morales
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La Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Alicante ha condenado a dos menores de edad a libertad vigilada y 40 horas de trabajo en beneficio de la comunidad por realizar pintadas insultantes contra una profesora de un centro educativo en San Miguel de Salinas (Alicante), a la que además acosaban telefónicamente.

El Tribunal ha condenado con más severidad a la chica, que fue quien llamó por teléfono en más de 30 ocasiones a la docente, colaboró en la realización de pintadas ofensivas y la insultó en la calle en presencia de otras personas. La Sala le impone la medida de un año de libertad vigilada por un delito de trato degradante a la profesora.

En algunos de sus actos contó con la colaboración de otro menor, que realizó pintadas de contenido sexual contra la profesora en el aparcamiento y en la sala de Cultura del centro educativo donde junto al nombre de la profesora aparecían expresiones como “pedófila”, “zorra” o “asquerosa”. Ha sido condenado a ocho meses de libertad vigilada por el mismo delito. Ambos deberán realizar cuarenta horas de trabajos en beneficio de la Comunidad.

La Audiencia confirma así la sentencia dictada en enero por el Juzgado de Menores Número 1 de Alicante, que fijó una indemnización de 5.000 euros para la profesora por daños morales sufridos por el acoso. El pago lo asumirán los menores en cuotas de 70% y 30% en función de su grado de participación en los hechos. La docente reclamaba una indemnización de más de 20.500 euros.

Desprecio a su autoridad

La sentencia subraya que “la gravedad de los hechos en sí mismos considerados, la exposición de los insultos a la vista de gran número de personas y de menores del centro educativo, la circunstancia de que se vertieran contra una profesora, lo que conlleva también un desprecio a su autoridad, la reiteración y la prolongación en el tiempo, son susceptibles de causar un sentimiento de humillación, angustia y malestar, que hacen obligada la indemnización de los perjuicios y el daño moral causado”.

El relato de hechos probados explica que entre diciembre de 2013 y marzo de 2014 la menor realizó treinta y tres llamadas al teléfono de la docente, que era la jefa de estudios, en las que emitía gritos o balbuceaba. En octubre de 2014, la condenada se cruzó por la calle con la maestra y su pareja, a quien se acercó para insultarla.

Cuando la víctima se encontraba en la Guardia Civil para denunciar desperfectos que había sufrido su coche, la menor pasó en varias ocasiones por la puerta del cuartel, gesticulando con los brazos y pronunciando frases relacionadas con los hechos, hasta que un agente la identificó y la niña abandonó el lugar.

Previamente a estos hechos, la menor, bien sola o bien con otros alumnos, envió más de 80 mensajes insultantes y amenazantes a la profesora a través de la red social Facebook. La víctima denunció estos hechos en 2011, por lo que se abrió una causa diferente a la de esta sentencia, que finalmente se archivó cuando la docente retiró la denuncia. Tras ese episodio tuvo que recibir asistencia médica por ansiedad, nerviosismo, cefaleas, insomnio, problemas estomacales y problemas en la piel de origen psicosomático.

La sentencia también destaca otras pintadas insultantes realizadas en el aparcamiento del centro escolar y en el propio coche de la profesora, y mensajes de whatsapp enviados a familiares de la maestra, hechos de los que se desconoce la autoría.




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