Comienza el curso escolar, y con el un verdadero suplicio para muchos niños y adolescentes que sufren, de una forma u otra, algún tipo de acoso en su centro educativo. A pesar de toda la información que se publica al respecto, aún son muchos los padres que se preguntan cómo deben actuar ante este tipo de problemas. Prevenir siempre es mejor que curar, pero por desgracia se siguen produciendo casos, así que desde ABA Abogadas, Julia Clavero, especialista en Derecho de Familia y Derecho Penal, nos comenta los pasos a seguir para poder hacerles frente desde un punto de vista legal.
El acoso escolar, que siempre ha existido, se ha visto agravado con las nuevas tecnologías. Ahora bien, no estamos indefensos; está en manos de padres y educadores y, en último término, de los tribunales, aprender a hacer frente a estas duras situaciones.
Algunas medidas preventivas Se considerará acoso escolar toda actuación repetitiva, continuada en el tiempo y deliberada, consistente en agresiones físicas o psíquicas a un alumno por parte de otro u otros que se colocan en situación de superioridad.
Nuestro sistema educativo está basado en el principio del respeto a los demás, pero ello parece insuficiente a la hora de inculcar a nuestros adolescentes un valor tan importante, no solo para la vida escolar, sino para su vida en sociedad. Su etapa educativa, tanto en casa como en el colegio, es la base del futuro de nuestros hijos.
En el centro escolar, aunque se cuenta con algunas medidas como el protocolo de actuación ante el acoso, sería conveniente una prevención activa. Dotar a los centros de medios para impartir una hora a la semana una clase de igualdad y respeto: qué principios rigen la convivencia en comunidad y qué consecuencias puede conllevar la vulneración de los mismos. Los padres podrían participar en estas clases.
De las medidas a tomar en casa, es bien sabido que predicar con el ejemplo es la herramienta más efectiva. Los menores suelen repetir conductas que ven o se permiten en su casa; debemos ser los adultos quienes eduquemos a nuestros hijos, tanto para tratar adecuadamente a los demás como para protegerse y poner medios ante otro niño que no le trate bien. Recordemos: 7 de cada 10 niños víctimas de acoso, lo sufren a diario. La información es clave para evitar conductas inadecuadas entre menores, explicarles las consecuencias de sus actos, tanto penalmente como para la víctima. La empatía debe ser un valor a inculcar en nuestros jóvenes.
Respuesta ante situaciones concretas de acoso escolar Si, a pesar de las medidas de prevención, un menor es víctima de acoso escolar, los centros y las instituciones deben dar respuesta inmediata a la situación, en aras de proteger a la víctima. Hay que combatir la tendencia a aislar al niño acosado y a cambio poner medios de protección o correctivos sobre el acosador.
A la vista de los dramáticos casos sucedidos el pasado curso escolar, incluido el presunto suicidio de un menor, es evidente que nos encontramos con un sistema torpe y lento ante la detección del problema. Esto conlleva que en muchas ocasiones sea la víctima la que termine cambiando de colegio, para poner fin a una situación condenable de la que él no tiene ninguna culpa.
¿Qué medidas podemos tomar si sospechamos que nuestro hijo está siendo acosado ó incluso si pudiera ser un acosador?
1.- Detectar el problema. Interpretar los signos externos (heridas, hematomas, deterioro en la ropa o en los libros, pérdidas o robos) y los signos psicológicos (mutismo, reserva, llanto, tristeza). El diálogo y la confianza es el primer paso, en aras de conseguir que el niño cuente por lo que está pasando para poder ayudarle.
2.- Recabar todos los medios de prueba de los que se pueda disponer. Nombre de los testigos, correos electrónicos si el menor es acosado por este medio, mensajes de whatsapp, publicaciones en redes sociales, partes médicos que objetiven lesiones, fotografías, etc.
3.- Acudir a los servicios de atención primaria para que el menor sea explorado por un psicólogo y reciba la ayuda psicológica necesaria.
4.- Interponer una denuncia escrita en el centro escolar a fin de que comiencen a investigar sobre los hechos, aportando todos los medios de prueba de los que se disponga. Todos los centros deben cumplir con un protocolo ante un posible caso escolar pudiendo acordar medidas de protección del menor acosado mientras se lleva a cabo la investigación, a fin de evitar que se produzcan nuevos acosos.
Si el centro hace caso omiso a la denuncia, el centro podrá encontrarse con una demanda de responsabilidad civil, en la que los padres reclamen una indemnización por la falta de actuación y protección del mismo. Por ejemplo en la Comunidad de Madrid, los centros escolares tienen la obligación de poner en marcha un protocolo contra la situación de acoso, en aplicación del Decreto 15/2007 de 19 de abril, que regula la convivencia en los centros docentes.
5.- Interponer una denuncia en Fiscalía de Menores, en paralelo a la denuncia en el centro, a fin de que se depuren las responsabilidades penales y civiles correspondientes ante el acosador e incluso medidas de protección para el menor acosado, las cuales serán acordadas por el Juzgado de Menores correspondiente.
Finalmente, y en todo caso, es importante asesorarse con un abogado parar poder seguir los pasos adecuadamente y conseguir medidas efectivas de protección a la víctima.
Conclusión El acoso escolar afecta a todos los miembros de la comunidad educativa y no solo a las víctimas del acoso. Recordemos las palabras de la Fiscalía General del Estado en su Instrucción 10/2005, en la que se alerta de “La nocividad del acoso escolar alcanza incluso a los menores que como testigos mudos sin capacidad de reacción lo presencian, pues por un lado se crea un ambiente de terror en el que todos se ven afectados como víctimas en potencia, y por el otro, estos menores están expuestos al riesgo de asumir una permanente actitud vital de pasividad, cuando no de tolerancia, hacia la violencia y la injusticia.”