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Autores: Cristina Eliopulos y José Enrique Pérez Palaci. 

Según la definición dada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) la Cirugía mayor es "todo procedimiento realizado en quirófano que comporte la incisión, escisión, manipulación o sutura de un tejido, y generalmente requiere anestesia regional o general, o sedación profunda para controlar el dolor." [i]

En países industrializados el 3 a 16% de los procedimientos quirúrgicos que requieren ingreso sufren complicaciones, con tasas de mortalidad o discapacidad permanente en torno al 0.4 – 0,8 aproximadamente.

Cinco datos sobre la seguridad de la cirugía (Fuente: OMS):

  1. Hasta un 25% de los pacientes quirúrgicos hospitalizados sufren complicaciones postoperatorias.
  2. La tasa bruta de mortalidad registrada tras la cirugía mayor es del 0,5–5%.
  3. En los países industrializados, casi la mitad de los eventos adversos en pacientes hospitalizados están relacionados con la atención quirúrgica.
  4. El daño ocasionado por la cirugía se considera evitable al menos en la mitad de los casos.
  5. Los principios reconocidos de seguridad de la cirugía se aplican de forma irregular, incluso en los entornos más avanzados.

En el marco de los Retos para la Seguridad del Paciente que constituyen los proyectos bianuales de la Alianza Mundial para la Seguridad del Paciente, se publicó en el año 2008 el Listado de Verificación de la Seguridad Quirúrgica.

El mismo tiene en cuenta los diez principales objetivos formulados por la OMS en cuanto a la seguridad del paciente durante procedimientos de cirugía mayor.

Objetivo 1: El equipo operará al paciente correcto en el sitio anatómico correcto.

Objetivo 2: El equipo utilizará métodos que se sabe que previenen los daños derivados de la administración de la anestesia, al tiempo que protegen al paciente del dolor.

Objetivo 3: El equipo se preparará eficazmente para el caso de que se produzca una pérdida de la función respiratoria o del acceso a la vía aérea, y reconocerá esas situaciones.

Objetivo 4: El equipo se preparará eficazmente para el caso de que se produzca una pérdida considerable de sangre, y reconocerá esas situaciones.

Objetivo 5: El equipo evitará provocar reacciones alérgicas o reacciones adversas a fármacos que se sabe que suponen un riesgo importante para el paciente.

Objetivo 6: El equipo utilizará sistemáticamente métodos reconocidos para minimizar el riesgo de infección de la herida quirúrgica.

Objetivo 7: El equipo evitará dejar accidentalmente gasas o instrumentos en la herida quirúrgica.

Objetivo 8: El equipo guardará e identificará con precisión todas las muestras quirúrgicas.

Objetivo 9: El equipo se comunicará eficazmente e intercambiará información sobre el paciente fundamental para que la operación se desarrolle de forma segura.

Objetivo 10: Los hospitales y sistemas de salud públicos establecerán una vigilancia sistemática de la capacidad, el volumen y los resultados quirúrgicos.

La Alianza Mundial para la Seguridad del paciente de la OMS apoya a los Estados Miembros en la formulación de políticas y prácticas para la seguridad de los pacientes y lanza un reto cada dos años, siendo el primero relativo al control de infecciones nosocomiales y el segundo referente a la seguridad durante procedimientos quirúrgicos.

No obstante constituir una buena herramienta de control y auditoría de calidad de la atención integral al paciente quirúrgico, contarse con mucha información  gratuita y disponible para su implementación y, lo más importante, disminuir en un tercio la incidencia de complicaciones y muertes perioperatorias, estudios recientes están demostrando que el listado de verificación  de seguridad no se aplica con la uniformidad y la consistencia que sería deseable, y que incluso mal aplicado puede derivar en una “falsa seguridad” en el hacer de los equipos.

Si se tiene en cuenta lo espectacular de los resultados informados por la OMS, y que el listado de verificación sólo conlleva unos pocos minutos agregados a la rutina preoperatoria, cabe plantearse éste apartado como parte especial y esencial de una gestión en Compliance que tome en cuenta las características y la idiosincrasia única de cada centro sanitario, adaptada a los procedimientos quirúrgicos específicos que se realicen en el mismo.

Porque evidentemente, más allá de lo difundido (aunque, aparentemente infra utilizado) del recurso en Cirugía mayor, si tenemos la visión de influir en el compromiso de los equipos  y ampliar la utilización del listado adaptándola a procedimientos menores según el Centro, tendremos la capacidad medible de disminuir la incidencia de complicaciones y, por ende, de reclamaciones por malos resultados, litigios y/o mediaciones, con el correspondiente beneficio agregado sobre pacientes y equipos sanitarios.

Bibliografía.

  1. Christofer Rydenfält, Gerd Johansson, Per Odenrick, Kristina Åkerman, Per Anders Larsson. Compliance with the WHO Surgical Safety Checklist: deviations and possible improvements. DOI First published online: 18 January 2013. [acceso 24/05/16]. Disponible en:

http://intqhc.oxfordjournals.org/content/25/2/182.long

  1. Christofer Rydenfält, Åsa Ek, Per Anders Larsson. Safety checklist compliance and a false sense of safety: new directions for research. BMJ Qual Saf doi:10.1136/bmjqs-2013-002168 [acceso 24/05/16]. Disponible en:

http://qualitysafety.bmj.com/content/early/2013/10/03/bmjqs-2013-002168

 


[i] OMS Alianza mundial para la seguridad del paciente. Segundo reto mundial por la seguridad del paciente. La cirugía segura salva vidas [monografía en Internet]. Organización Mundial de la Salud; 2008 [acceso 24/05/16]. Disponible en: http://www.who.int/patientsafety/safesurgery/sssl_brochure_spanish.pdf

 

 

 




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