A veces, lo que hacemos o decidimos en nuestro día a día puede llevar a resultados que no esperábamos. Por ejemplo, podríamos, sin querer, lastimar a alguien físicamente. Esto se llama "lesiones por imprudencia" cuando hablamos del Código penal. Señalan nuestros abogados penalistas que esta actuación puede tener trascendencia penal. 

Este texto explica cómo un descuido puede convertirse en algo más serio y terminar siendo un asunto legal, especialmente si la imprudencia fue muy grave o no tan grave, pero igual importante.

¿Qué entendemos por imprudencia?

Ser imprudente significa no tener suficiente cuidado o no prestar la atención necesaria cuando hacemos algo. A veces, esto no causa problemas grandes, pero otras veces puede llevar a daños importantes. Cuando esto pasa, puede convertirse en un problema legal, donde alguien podría tener que enfrentar consecuencias tanto en lo civil como en lo penal.

Grados de gravedad en el delito de lesiones

Cuando alguien se lastima porque otra persona no tuvo cuidado, hay diferentes niveles de seriedad, desde lo más leve hasta lo realmente grave. Esto depende de cuánto se alejó la persona de lo que se esperaría de alguien actuando con cuidado, y también de qué tan serio fue el daño.

Imprudencia grave

Ocurre cuando alguien no presta la atención o el cuidado necesario de manera muy evidente, algo que una persona cuidadosa habría previsto. Este tipo de descuido suele llevar a lesiones graves y la ley es bastante estricta al respecto, exigiendo que se compense de manera justa por el daño causado.

Imprudencia menos grave

Por otro lado, una imprudencia menos grave es cuando la falta de cuidado es menor, no tan clara o extrema como en los casos serios. Aunque las consecuencias de estos actos pueden no ser tan graves, todavía hay una necesidad de compensar a quien resultó afectado.

La Responsabilidad Civil en Juego

No importa qué tan grave haya sido el descuido, si se causan lesiones por no prestar la atención debida, se tiene que asumir una responsabilidad civil. Esto significa que quien causó el daño tiene que hacerse cargo de arreglarlo, ya sea pagando una compensación, cubriendo los gastos médicos, o ambos. El objetivo es tratar de volver a poner en la mejor situación posible a la persona que resultó lastimada

¿Cómo se convierte la negligencia en delito?

No todo acto de descuido termina en problemas legales serios, pero si ese descuido lleva a lesiones importantes o pone en riesgo serio a alguien, puede ser considerado un delito según las leyes. Lo que suele determinar si un descuido se considera un delito o no es qué tan serias son las consecuencias y si se podían prever.

Ejemplos cotidianos que pueden derivar en delitos

Situaciones tan comunes como accidente de coches por ir demasiado rápido, no seguir las normas de seguridad en el trabajo, o no cuidar adecuadamente a los niños, pueden tener consecuencias legales graves si alguien resulta herido. En estas situaciones, las leyes no solo buscan castigar a la persona responsable, sino también proteger y ayudar a la víctima. Las lesiones causadas a una víctima reportan una indemnización por responsabilidad civil. 

En un accidente de tráfico podemos causar una muerte y se puede ser condenado por delito de homicidio por imprudencia. 

Prevención y conciencia

En un mundo ideal, todos actuaríamos con la diligencia y cuidado necesarios para evitar causar daño a los demás. Sin embargo, los errores y descuidos son inherentes a la condición humana. Lo importante es ser conscientes de las potenciales consecuencias de nuestros actos y esforzarnos por prevenir situaciones que puedan derivar en lesiones por imprudencia.

La legislación en materia de imprudencia, en lugares como España, intentan mantener un equilibrio entre proteger a la gente y asegurar que las víctimas puedan recibir una compensación justa. Por lo tanto, es muy importante que, como comunidad, promovamos la prevención, la educación y, especialmente, que cada uno de nosotros como grupo seamos responsables de nuestras acciones y las consecuencias que puedan tener.