José, el árbitro que fue agredido el domingo en Aranda por el padre de un jugador de fútbol que competía en la categoría cadete, continúa recuperándose en el Hospital Universitario de Burgos.
Es una noticia de hace unos días y ha sido impactante por la gravedad de las heridas infringidas al árbitro por el padre de un jugador. Sin embargo, es una constante la agresividad de algunos progenitores, en general, en los partidos de futbol de sus hijos e hijas. Llama especialmente la atención que son niños o adolescentes los que tienen que vivir en primera persona la agresividad de sus progenitores y por eso la primera pregunta que me surge ¿qué les estamos enseñando a nuestros hijos? ¿qué valores les transmitimos con esta violencia inusitada?
Sería necesario valorar que más allá del reproche penal que esta acción pueda tener para el agresor, debemos repensar qué medidas son necesarias para prevenir estas conductas. Y si fuera necesario y se dan situaciones violentas qué promover en el ámbito no penal para generar responsabilización, sanación y evitar que se repitan. Que el sistema penal se ponga en marcha no evita que nosotros como comunidad debamos buscar formas de fortalecernos ante la violencia.
JUSTICIA RESTAURATIVA EN LA COMUNIDAD
El otro día ya comentaba que se puede hacer justicia restaurativa más allá del ámbito penal incluso con independencia de lo que suceda en los juzgados. La justicia restaurativa de hecho surgió en la comunidad y su función no es solo repararla sino también construirla y fortalecerla. Pero si se producen daños más allá de lo que haga el sistema penal de justicia nosotros podemos responsabilizarnos e implementar mecanismos y programas que puedan ayudar a las personas a entender sus acciones y que por otro lado den voz a la víctima y favorezcan la reflexión sobre las consecuencias de la violencia en nuestra vida cotidiana. Estoy hablando de espacios restaurativos comunitarios para ayudar a la comunidad a sanar tras el episodio de violencia y que a su vez promueva un sentimiento de pertenencia para evitar que se repitan en el futuro.
El sistema penal puede gestionar el reproche de la sociedad ante un acto terrible pero el daño que ha generado en la comunidad, en los niños y niñas que allí estaban en la victima y su familia, en la familia del agresor no se van a sanar con el derecho penal. Los daños no sanan en contextos legales solo dan seguridad a la sociedad, los daños se curan en contextos emocionales, restaurativos y transformadores.
Hablo de comunidad que en este caso sería deportiva pero podemos hablar de comunidad escolar, universitaria, familiar, comunidad laboral, comunidad de vecinos, comunidad penitenciaria etc. .
Y es que según el diccionario comunidad es una agrupación o conjunto de personas que habitan un espacio geográfico delimitado y delimitable, cuyos miembros tienen conciencia de pertenencia o identificación con algún símbolo local y que interaccionan entre sí más intensamente que en otro contexto. Y desde el momento en que nos relacionamos con otras personas podemos dañar y en estos casos podría aplicarse la justicia restaurativa. Muchas personas piensan que no se debería llamar justicia y si acaso prácticas restaurativas, sin embargo, estoy convencida que el elemento justicia como dice Howard Zehr no se debe perder en nuestras relaciones, al final queremos hacer lo correcto y es importante no perder este elemento de justicia que no es por supuesto la misma que buscamos cuando vamos a los tribunales.
Además en este caso habría que diferenciar como ya se hace en el ámbito penal la mediación deportiva de la justicia restaurativa en el deporte. Igual que en otros contextos no es igual y aplicaría en situaciones diferentes. La mediación deportiva aplicaría cuando existe conflictos co construidos y hay cierta corresponsabilidad, como vemos igual que en otros ámbitos como el civil o familiar. Mientras la justicia restaurativa se usaría en situaciones como el de la noticia donde se ha producido un daño que genera desequilibrio (más allá del proceso penal y su resultado) No estoy hablando de realizar una práctica concreta de justicia restaurativa para este caso sino de generar programas restaurativos que desde el momento en que sucede un acto de violencia como este pueda gestionarse de forma comunitaria, diferentes espacios restaurativos para que complementando la via penal puedan ayudar a la comunidad deportiva a sanar tras el daño. Incluso estos programas pueden tener una parte de prevención utilizando las metodologías restaurativas para construir y fortalecer comunidad. Para entender esto, hay que saber qué es justicia restaurativa y las diferencias con la mediación. Ambas se usan para pacificar las relaciones pero el objetivo y su aplicación como he dicho son diferentes.
JUSTICIA RESTAURATIVA EN LAS FAMILIAS
De todos modos y siendo conveniente que la justicia restaurativa se pueda entender como la justicia de la comunidad, cada vez se hace más necesaria en las familias. La familia es el núcleo más importante de los seres humanos, en ella establecemos nuestros primeros lazos y nos educan, sin duda, la justicia restaurativa familiar debería ser esencial no solo para ayudar a sanar a los miembros de una familia cuando ha habido daños sino para prevenirlos. Programas restaurativos para familias puede ser algo que ayuda a los progenitores con los hijos e hijas adolescentes pero también puede ser un cauce para generar espacios donde los miembros de la familia puedan tener voz y hablar sobre sus necesidades, sus sentimientos y sus historias. Muchas veces la vida actual no genera espacios para compartir y dialogar, si se ha perdido este hábito los programas restaurativos familiares pueden ayudar a la familia a generarlos para fortalecerse.
No hablo de dar un curso a padres y madres sobre justicia restaurativa porque últimamente parece que todo se soluciona así, transmitir conocimientos es bueno para que la gente pueda entender en qué consistirá el programa . Pero los programas suponen un trabajo de campo en cualquier ámbito no solo el familiar, una intervención encaminada a conseguir ciertos resultados en el caso de la familia generar espacios restaurativos que los ayuden a comunicarse, cerrar heridas si las hay y visibilizar las historias no contadas de cada miembro de la familia.
Como dice Richard Stone: “La cultura ha sido devastada por la pérdida de la narración como herramienta para comunicar, transmitir valores, aprender y curar” y esto es lo que rescatamos con la justicia restaurativa la narración para generar espacios que ayuden a las personas a conectar, comunicarse, aprender y sanar.
Y esta justicia restaurativa familiar sería de gran ayuda cuando las familias se enfrentan con adolescentes que entran en conflicto con la ley porque sin duda, una forma de potenciar la reinserción de los adolescentes infractores es la conexión con su entorno. Como decía Braithwaite es la vergüenza de los ojos de los que te quieren los que te pueden hacer cambiar. En este sentido, se trata de dar un apoyo alto y un control alto a estos adolescentes. Se les dice no hay que ser perfectos pero si hay que asumir los daños que cometemos. En justicia restaurativa somos duros con el delito pero blandos con la persona que hay detrás. Por supuesto, para esto se necesita tiempo, dinero y no pensar que es una respuesta mágica y rápida.
CONCLUSIONES
La justicia restaurativa no es la solución a todos los problemas, por supuesto que no. Pero en mundo “tocado” por la violencia, el proceso penal tradicional no satisface todas las necesidades de las personas impactadas por ella. Sin duda el reproche penal es necesario pero se hace indispensable buscar fórmulas para fortalecernos como comunidad en mundo cada día más desconectado. Para que la justicia restaurativa y los diferentes programas funcionen se necesita no pensar en tiempos cortos, ni que puede ser algo rápido y mágico, construir y reparar comunidad lleva tiempo porque los seres humanos somos complejos. Y por supuesto, igual que los mediadores son estrictos con la formación, en justicia restaurativa los facilitadores debemos tener formación adecuada. Esta formación adecuada es complicada mientras se piense en mediación como conceptos equivalentes. Con la justicia restaurativa buscamos mejorar el sistema penal pero también queremos una justicia restaurativa como movimiento social y como forma de vida que nos haga no solo ser víctimas sino agentes responsables en la búsqueda de un mundo más pacífico.
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