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San Sebastián, 11 jul (EFE).- "Me dí cuenta de que había caído en una estafa amorosa como las de internet". "Estaba engañada y feliz", pero me quedé con la cuenta "a cero". Una víctima de un 'estafador del amor' describió así ante el tribunal el engaño por el que 102.500 euros de sus cuentas acabaron en manos de su amante, condenado ahora a dos años de cárcel por la Audiencia de Gipuzkoa.

Durante el juicio por estos hechos celebrado el pasado mayo en San Sebastián, la mujer, representada por el letrado Rubén Múgica, explicó que entre los años 2017 y 2018 hizo numerosos ingresos en la cuenta del procesado, en la creencia de que lo ayudaba a satisfacer pagos de su empresa y a mantener a sus dos hijos.

"Yo estaba enferma y muy manipulada por él", relató en la vista la afectada, quien también recordó cómo había conocido al procesado, a través de una aplicación de contactos en internet, mientras ella atravesaba una situación de depresión por distintas circunstancias personales.

La víctima explicó que en aquel momento ella se encontraba "loca" como "pirada" y "muy sola", pero tras conocer al hombre, que le dijo que tenía una empresa de "ventanas y persianas" con trabajadores, se sintió "feliz".

"Me enamoré y me enganché a él"

"Me enamoré y me enganché a él", confesó la perjudicada, quien admitió que, a partir de aquel momento, comenzó a entregarle dinero cuando él se lo pedía, para pagos a proveedores, a los trabajadores, a Hacienda o para comprar materiales, porque estaba "muy sensibilizada" hacia el acusado.

"Estaba enamorada y le creía", detalló la víctima, cuya situación mental era conocida por el hombre porque ella le había confesado "desde el principio" que iba con regularidad al psiquiatra, a lo que él le respondía que no se preocupara porque él la iba a "subir" y se le iba a pasar, de forma que ella se sentía "más contenta".

Ahora, la Audiencia de Gipuzkoa, encargada de enjuiciar estos hechos, ha otorgado total credibilidad al testimonio de la víctima y, además de las citadas penas de prisión, ha impuesto al hombre la obligación de compensarla con 102.500 euros más los correspondientes intereses legales.

En una sentencia a la que ha tenido acceso EFE, la Sección Tercera reconoce que la mujer "padecía un trastorno ansioso depresivo" y un "trastorno de alteración de la personalidad moderado" que "eran conocidos" por el acusado, de quien supo "a través de una página de contactos" y con el que mantuvo "una relación sentimental".

Enriquecimiento injusto

La resolución constata que, "prevaliéndose de esta situación de vulnerabilidad", el encausado, "guiado por el ánimo de obtener un enriquecimiento injusto" y "exhibiendo una capacidad económica de la que carecía", logró que la mujer le realizara numerosas transferencias bancarias por un importe total de 98.200 euros "con la promesa de restitución".

Asimismo, la afectada le ingresó directamente en ventanilla diferentes sumas por un total de 4.300 euros, hasta un total de 102.500 euros.

La víctima fue consciente de la estafa en enero de 2018, cuando terceras personas le aseguraron que el hombre "tenía deudas" y "era un estafador" y, aunque él se "lo negó", finalmente ella se percató de que él nunca le había devuelto "suma alguna" y cesó la relación porque se dio cuenta de que "sólo le llamaba para pedirle dinero".

Para condenar al varón, la Audiencia se apoya ahora en el testimonio de la víctima que, según refleja la sentencia, además de ser persistente en la incriminación sin mostrar "contradicciones de relevancia", resulta verosímil y carece de motivos "espurios" para incriminarlo, más allá de "el deseo de recuperar las sumas arrebatadas.

Además, la versión de la mujer cuenta con elementos que lo corroboran como el hecho de que antes de llegar a la vía penal, el hombre reconociera previamente en un juicio civil adeudar al menos 89.000 euros a la víctima. 




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