Una patente farmacéutica es un conjunto de derechos exclusivos concedidos por un Estado al inventor de un nuevo producto o tecnología farmacéutica, susceptible de ser explotado comercialmente, por un período limitado de tiempo.
Desde el punto de vista jurídico, la patente es un título de propiedad industrial que concede a una persona una serie de privilegios y derechos sobre una invención, esta concesión garantiza al titular que ningún tercero pueda explotar su inversión sin su consentimiento por un periodo de tiempo.
Por su contenido, la patente se caracteriza por ser un documento técnico en el cual se incluye toda la información relacionada con la invención y resulta ser un documento muy útil pues el carácter de la información que se otorga es especializada y técnica.
Particularidades sobre invenciones de medicamentos
Dentro del mundo farmacéutico existe una peculiaridad sobre las invenciones de medicamentos puesto que es posible que se patenten medicamentos con la misma fórmula farmacéutica que otros.
Los medicamentos innovadores u originales son medicamentos que resultan de un largo proceso de investigación de alrededor de 10-15 años y de elevado coste económico.
Por otra parte, los medicamentos genéricos son medicamentos que ya han sido desarrollados a partir de un medicamento innovador, la diferencia recae en que el coste económico y el tiempo utilizado son significativamente menores.
Los primeros medicamentos podrán ser objeto de patente mientras que los segundos no
La coexistencia de estos medicamentos es posible gracias a la Cláusula Bolar, que permite que los fabricantes genéricos presenten la documentación necesaria para experimentar y fabricar medicamentos protegidos por los derechos de una patente. Se permite solo que se experimente y la comercialización se aprueba para el momento en el que haya vencido la patente inicial.
Tipos de patentes: patente de producto y patente de procedimiento
En el sector farmacéutico existen dos tipos de patentes por excelencia: (1) la patente de producto, que otorga la protección al medicamento en sí y prohíbe la utilización del mismo con fines comerciales y (2) la patente de procedimiento, que protege los derechos sobre el procedimiento utilizado por las empresas para la elaboración de un medicamento, lo que implica que otras empresas pueden llegar a obtener el mismo fármaco siempre y cuando no sigan el mismo procedimiento patentado.
Requisitos para patentar una invención
Para patentar una invención es necesario el cumplimiento de los siguientes requisitos:
- Invención nueva.
- Actividad inventiva, esto es, que su invención no resulte evidente.
- Susceptible de aplicación industrial, es decir, que pueda ser fabricada o utilizada.
- Descripción suficiente.
Así, toda invención que no cumpla estos requisitos no será patentable.
Invenciones no patentables
A pesar de ser cierto que patentar una invención requiere que esta última cumpla el conjunto de requisitos señalados con anterioridad, hay una serie de invenciones que no son patentables como garantía de los derechos de protección de la dignidad humana y el derecho a la integridad de las personas:
- Teorías científicas.
- Métodos matemáticos.
- Procedimientos de clonación de seres humanos.
- Modificación de la identidad genética germinal del ser humano.
- Utilización de embriones humanos con fines industriales y comerciales.
- Modificación de la identidad genética de los animales y los animales resultantes de tales procedimientos.
- Invenciones cuya explotación comercial sea contraria al orden público o a las buenas costumbres.
- El cuerpo humano en los diferentes estadios de su constitución y desarrollo.
Las variedades vegetales como las razas animales o los procedimientos esencialmente biológicos de obtención de animales o vegetales.