Pamplona, 25 mar (EFE).- A menudo se compara a la Inquisición española con las modernas redes sociales por su tendencia a la "ejecución" pública de quienes expresan puntos de vista heterodoxos, pero la realidad es la contraria, ya que el Santo Oficio actuó precisamente contra esos "linchamientos injustificados", ha afirmado la escritora Elvira Roca Barea, autora de la novela "Las brujas y el inquisidor".
Roca, ganadora con esta obra del Premio Primavera 2023, destaca en una entrevista con EFE que la realidad "tiene la mala costumbre de no responder a arquetipos" y en casos como el de la localidad navarra de Zugarramurdi de 1609, la realidad es que el Santo Oficio "actuó contra esas creencias que llevaban a la gente a acusar a sus vecinos de cosas terribles".
En una entrevista en el interior de la cueva de Zugarramurdi, donde supuestamente se llevaban a cabo los "akelarres" de brujas, Roca ha hecho una defensa del sacerdote e inquisidor Alonso de Salazar, un abogado que en este caso se atuvo a la ley y a las pruebas y rechazó las acusaciones sin sentido y las supercherías.
Pregunta - ¿Cuál fue su motivación para escribir una novela sobre brujería?
Respuesta - Este asunto yo llevaba mucho tiempo con él. Es que tengo unas digestiones muy largas de los temas. Hace muchos años que tropecé con el asunto de Zugarramurdi, después tropecé con el inquisidor, Alonso de Salazar, que me pareció un personaje grandioso, y realmente si seguí con el asunto de Zugarramurdi fue por él, más que por la brujería.
Hay un momento en el que realmente pensé que después de la publicación del libro de (Gustav) Henningsen "El abogado de las brujas" no había mucho que decir históricamente sobre él, pero eso no había significado que fuera más conocido o reconocido, y pensé que merecía la pena intentar una novela que explicara la importancia de su intervención en el caso de Zugarramurdi y cuánto se le debió a él en cuanto al cambio de leyes, de desactivar un episodio de histeria colectiva que pudo ser muy peligroso.
P - ¿Cómo se puede definir a Salazar?
R - Alonso Salazar ante todo es un abogado y, como tal abogado, un amante de la ley y, por lo tanto, de las pruebas y de la razón en el sentido de que no se puede dar por buena cualquier cosa que se dice delante de un juez. Hacen falta pruebas, en ese sentido es un escéptico.
P - ¿Por qué un escéptico?
R - Es un hombre que se enfrenta a una situación en la que comprende que todo lo que hay a su alrededor son miles de palabras, miles de testificaciones, pero que tiene pocos hechos a los que agarrarse. Nadie puede probar las cosas que está afirmando y entonces él se agarra a ese hilo de razón que es el que realmente había que seguir, y lo extraordinario es que no se viene abajo en ningún momento y consigue un cambio de legislación que en Europa tardará casi un siglo en ser general.
P - ¿Fue un adelantado a su tiempo?
R - Los hombres como él son siempre unos adelantados a su tiempo. (...) Finalmente la Inquisición siguió su criterio, que eso es también muy notable, pero gente así es siempre rara en todas partes. No es que en aquel momento fuese rara, es que raro hubiese sido él tres siglos antes o tres siglos después.
P - Salazar recuerda al Guillermo de Baskerville de "El Nombre de la Rosa".
R - Es mucho mejor que Guillermo de Baskerville porque Alonso de Salazar es real.
P - ¿Hay realismo en esa película?
R - La película tiene algunos deslices importantes, como un episodio de brujería en una época en la que aún no había comenzado la persecución de la brujería. Esto empezó antes probablemente por culpa del cine, pero proyecta una idea medieval de la caza de brujas, cuando es un episodio de la modernidad.
P - ¿Qué pasó realmente en Zugarramurdi?
R - Casi todos los episodios de brujería se desarrollan siguiendo una pauta que se reproduce. Zugarramurdi o Salem, en Massachusetts (EEUU), son comunidades pequeñas y empiezan siempre con gente muy joven o niños, y a partir de ahí se desencadena un fenómeno de acusaciones en cadena de unos con otros y salen a flote todos los enconos vecinales, las rencillas entre parientes.
P - ¿Las redes sociales son la Inquisición moderna?
R - No, en este caso la Inquisición realmente actuó contra eso, actuó contra esos linchamientos injustificados, actuó contra esas creencias que llevaban a la gente a acusar a sus vecinos de cosas terribles o a linchar. Es que hubo varios linchamientos en los pueblos de alrededor de gente que era acusada por sus vecinos y en un momento determinado sus vecinos se tomaban la justicia por su mano.
P - ¿Sabe que va a contracorriente de los estereotipos existentes sobre la Inquisición?
R - Lo sé, pero qué le vamos a hacer... Es que la realidad tiene la mala costumbre de no responder a arquetipos y en este caso es así. No hay más remedio. En contra de lo que se piensa, innovar es muy trabajoso. La mayor parte de la gente prefiere ir detrás de los arquetipos porque es el camino trillado y conocido, y los innovadores en líneas generales lo pasan mal.
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