A pesar de los avances logrados en los últimos años, la igualdad solo será efectiva cuando hombres y mujeres asuman las mismas responsabilidades y obligaciones, de manera que realidades como la maternidad, la creación de una familia o el cuidado de mayores y dependientes no supongan un freno en las carreras profesionales de las mujeres. Para alcanzar ese escenario, las más de 200 participantes en la X Cumbre de Mujeres Juristas han elaborado en sus conclusiones una hoja de ruta que sitúa a la corresponsabilidad en el centro del camino hacia la igualdad de oportunidades. “Se trata de compartir los mismos horizontes, partir con la misma ventaja y transitar el camino con la corresponsabilidad como bandera”, destacan en el documento presentado hoy durante la clausura del evento celebrado en la sede del Ayuntamiento de Madrid.
Organizado por el Colegio de la Abogacía de Madrid, el encuentro que arrancó ayer con el apoyo presencial de SM La Reina Letizia ha concluido este martes en presencia de la presidenta del Congreso de los Diputados, Meritxell Batet, la presidenta del Consejo General de la Abogacía Española, Victoria Ortega, y la presidenta de la Comisión de Igualdad del ICAM, Ángela Cerrillos.
Barreras invisibles
En sus conclusiones, presentadas por la vicedecana del ICAM, Begoña Castro, las mujeres juristas asumen que su tarea pasa por “remover la barrera invisible que impide a las mujeres acceder a los centros de decisión, denunciar esas situaciones y trabajar para que la igualdad sea real”. Para ello, el primer paso es incidir en el ámbito educativo para alcanzar una igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres no solo en el desempeño de la profesión, sino especialmente en el acceso a puestos directivos.
“Sólo partiendo de un escenario en el que hombres y mujeres asuman las mismas responsabilidades y obligaciones”, recoge el documento, “será posible que realidades como la maternidad, la creación de una familia, o el cuidado de nuestros mayores y dependientes no sean obstáculos ni supongan un parón en nuestras carreras profesionales”.
Aunque en la última década se han incrementado exponencialmente los regímenes de guarda y custodia compartida, la corresponsabilidad queda lejos de haberse instalado en la sociedad, lamentan. En su opinión, siguen siendo las mujeres las que solicitan mayoritariamente las excedencias para el cuidado de los hijos y las que desempeñan mayoritariamente los trabajos a tiempo parcial. Por todo ello, “la conciliación solo cabe con la implicación de toda la sociedad, que aún ignora deliberadamente que la desigualdad entre hombres y mujeres persiste”, apuntan.
En sus conclusiones, las asistentes a la Cumbre reivindican el papel de los Colegios profesionales para “implantar, impulsar, potenciar y normalizar las medidas necesarias para que el desarrollo profesional de sus colegiados y colegiadas no se vea limitado por la inexistencia de una regulación legal plena que garantice el derecho a la conciliación de la vida personal, familiar y profesional”. Finalmente, consideran imprescindible que los Colegios promuevan el consenso con Juzgados y Tribunales sobre los motivos y circunstancias en que ha de producirse la suspensión de vistas, actos o plazos procesales, ante la imposibilidad de las abogadas y abogados de concurrir a los mismos por motivos debidamente acreditados prestando una especial atención al principio de igualdad. “Porque es una cuestión de derechos humanos”, apostillan.
Acto de clausura
Tras la lectura de las conclusiones, el acto de clausura ha contado con las intervenciones de Meritxell Batet, Victoria Ortega y Ángela Cerrillos. Como mujer y como jurista que ha experimentado la evolución de la democracia en materia de igualdad, la presidenta del Congreso es muy consciente de lo que ha avanzado este país en ese terreno: “la gran revolución en España en los últimos 50 años ha sido la revolución de las mujeres, y la consolidación de la democracia ha tenido mucho que ver con la capacidad de tantas mujeres de hacer esa revolución”, ha declarado.
Un avance asentado en la Constitución, en la acción del legislador –“España a nivel internacional es vista como un autentico faro en materia de igualdad por las mujeres avances de muchos países del mundo”-, pero sobre todo “en la movilización democrática del conjunto de las mujeres y especialmente del movimiento feminista, sin cuyo impulso y perseverancia no se hubiera logrado ninguno de estos avances”, ha reconocido.
Normalizar la igualdad
Desde el feminismo, ha proseguido Batet, se nos sigue advirtiendo de que pese a los avances, la igualdad sigue sin estar totalmente normalizada en una sociedad donde las mujeres cobran menos y siguen siendo minoría en los espacios de decisión: “la corresponsabilidad es la revolución pendiente”. Tampoco está normalizada la igualdad en una sociedad en la que las mujeres continúan sufriendo la lacra de la violencia machista.
Para Batet, normalizar la igualdad “es construir un mundo más justo, en el que el género no sea una puerta que pueda cerrar caminos de desarrollo vital sino una identidad desde la que abordar estos caminos y vivirlos igualmente en plenitud”. En esa construcción de un mundo más justo, ha matizado, “las juristas estamos jugando un relevante papel en el esfuerzo compartido por alcanzar esa normalización de la igualdad, en España y en el mundo”.
Para finalizar su intervención, la presidenta del Congreso de los Diputados ha expresado públicamente su reconocimiento al Colegio de la Abogacía de Madrid porque, en su opinión, las iniciativas de instituciones privadas, acompañadas de la complicidad de las instituciones públicas, son “el camino para avanzar más rápido , ser más eficaces y hacer que la igualdad efectiva sea más pronto una realidad”.
Por su parte, la presidenta de la Abogacía Española se ha referido a la “imperiosa necesidad” de normalizar la igualdad, “la igualdad tiene que ser normal y cotidiana”, y no como algo para lograr en futuro más o menos cercano sino como una autentica exigencia en el presente.
“Tenemos una de las legislaciones más avanzadas del mundo, pero es obvio que tenemos que seguir denunciando esa diferencia entre el planteamiento legislativo y el real, y hay que reconocer que vamos un poco despacio, como si nos diera un poco de miedo”, ha manifestado Victoria Ortega. En ese sentido, ha recordado que tanto en la abogacía institucional como en el ámbito de los despachos apenas un 20% de las mujeres alcanzan los puestos de mayor responsabilidad, cuando suponen cerca de la mitad del colectivo. Para la presidenta del CGAE, la corresponsabilidad es necesaria no solo en su formulación sino en su regulación, para evitar que los avances en conciliación se conviertan en una trampa que consigue lo contrario de lo que pretende e incluso comienza a fomentar el techo de cristal.
Pasar el testigo
Por último, la presidenta de la Comisión de Igualdad del ICAM ha realizado un balance de todas las Cumbres organizadas por el Colegio, en las que “siempre quisimos poner el foco en temas candentes que afectaran a la igualdad entre hombres y mujeres y hacer patente, con su presencia, que cada vez es mayor el número de mujeres que acceden a las altas instituciones del Estado, de los organismos internacionales y de las diversas profesiones jurídicas”.
En su última Cumbre como diputada de la Junta de Gobierno y responsable de la Comisión de Igualdad, Cerrillos ha expresado su confianza en que quienes le sucedan continúen con el trabajo iniciado por la Junta anterior. “Con la misma responsabilidad institucional que tomamos el testigo de la iniciativa de la decana Sonia Gumpert, ahora lo cedemos a quienes nos sucedan cuando se celebren las próximas elecciones a la Junta de Gobierno. Deseamos que valoren, continúen y mejoren el trabajo realizado por la Comisión de Igualdad, Diversidad e Inclusión del Ilustre Colegio de la Abogacía de Madrid”.
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