En reconocimiento a la labor realizada en favor de la igualdad de los derechos de las mujeres, el Ayuntamiento de Madrid instalará placas conmemorativas en la fachada de los domicilios donde desarrollaron su trabajo profesional algunas de las abogadas que más se significaron en esta materia.
A propuesta del Colegio de la Abogacía de Madrid -a través de su Comisión Delegada de Igualdad, presidida por la diputada del ICAM Ángela Cerrillos-, juristas de la talla de Raimunda Peñafort, María Telo, Mercedes Formica, Matilde Huici y Beatriz Monasterio Chicharro serán las primeras homenajeadas de una lista que incluye también a Concha Peña Pastor, Carmen Cuesta del Muro, Concha Sierra Ordóñez y Gloria Begue Cantón. Todas ellas abogadas colegiadas en Madrid y comprometidas a lo largo de su carrera con el avance de los derechos de las mujeres.
La iniciativa, que ha sido impulsada a nivel municipal por los grupos de Ciudadanos y el Partido Popular, se pondrá en marcha inicialmente en los distritos de Centro, Chamartín y Salamanca. Así, el Pleno del Distrito Centro aprobó por mayoría la proposición presentada conjuntamente por Raúl González Martín, del Grupo Municipal Ciudadanos-Partido de la Ciudadanía, y Manuel de la Torre Rodríguez-Magariño, del Grupo Municipal Partido Popular, a fin de “instar a la Junta de Distrito a que se proceda a la instalación de una placa homenaje a Mercedes Formica en la fachada del domicilio de Madrid donde desarrolló su trabajo profesional, Paseo de Recoletos número 19, en reconocimiento a la labor realizada en favor de la igualdad de los derechos de las mujeres”.
Por su parte, la fuerzas políticas con representación en el Distrito de Chamartín aprobaron por mayoría la propuesta del Grupo Municipal Ciudadanos para que se instale una placa conmemorativa a nombre de la abogada Raimunda Peñafort Lorente Martínez, “en reconocimiento a su relevancia en la lucha por los derechos de la mujer”, en el edificio donde desempeñó su trayectoria profesional, sito en la calle Victor de la Serna, 31, con la siguiente leyenda: "En este edificio tuvo su desempeño de abogada, Raimunda Peñafort Lorente Martínez, comprometida en la lucha por la igualdad de los derechos de la mujer", siempre que se cuente con la autorización de la familia y la comunidad de propietarios.
Finalmente, el Pleno del Distrito de Salamanca decidió por mayoría aprobar la proposición presentada conjuntamente por Ciudadanos y el Partido Popular con el siguiente texto: “Que la Junta del Distrito coloque placas conmemorativas en homenaje a las abogadas Matilde Huici Navaz, María Telo Núñez y Beatriz Monasterio Chicharro en reconocimiento a la labor realizada en favor de la igualdad de las mujeres y por haber ejercido su actividad profesional en el Distrito de Salamanca colocándose las placas en los domicilios profesionales”.
JURISTAS HOMENAJEADAS
Matilde Huici Navaz
Pamplona, 3 de agosto de 1890 – Santiago de Chile, 13 de abril de 1965
Incorporación al ICAM: 30 de julio de 1926; Número cronológico: 10.991.
Domicilio de colegiación: Calle de Hermosilla, 73, 3º
Mercedes Formica Corsi-Hezode
Cádiz, 9 de agosto de 1913 - Málaga, 22 de abril de 2002
Incorporación al ICAM: 7 de octubre de 1950; Número cronológico: 14.101; Domicilio de colegiación: Paseo de Recoletos, 19. 4º.
María Telo Nuñez
Cáceres, 8 de octubre de 1915-Madrid, 5 de agosto de 2014
Incorporación al ICAM: 4 de octubre de 1952; Número cronológico: 14.469
Despacho profesional: Francisco Silvela, 79, 2º
Beatriz Monasterio Chicharro
Incorporación al ICAM: 20 de marzo de 1975. Número cronológico: 22.675
Domicilio: Gurtubay nº 3.
Raimunda de Peñafort Lorente Martínez
Incorporación al ICAM: 22 de enero de 1975. Número cronológico: 22.473
Número de colegiada: 13.187
Domicilio colegiación: Víctor de la Serna, 31
Biografía
Raimunda de Peñafort Lorente Martínez (Baza, 25 de julio de 1952) ejerció como abogada penalista durante ocho años hasta su incorporación a la Administración de Justicia como Secretaria Judicial, accediendo solo tres años después al cuerpo de la judicatura.
En su trayectoria como juez, especialmente relevante fue su enérgica contribución en evidenciar la lacra de la violencia de género materia a través de su libro “Una juez contra el maltrato” (Debate, 2005), en la que relata la historia real de 12 mujeres y de su labor como titular del Juzgado número 1 de Violencia Sobre la Mujer en Madrid (2005-2009).
Llegó a este juzgado tras varios años trabajando en juzgados de instrucción (1987-2002) y en la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional (2002-2005), dedicada al enjuiciamiento de delitos de terrorismo, económicos y de narcotráfico. Lo que muchos considerarían un descenso profesional, para Raimunda supuso un nuevo reto que asumió por elección propia y la oportunidad de trabajar con un colectivo con el que se sintió especialmente comprometida.
No era la primera vez que abría camino. En 1996 fue la primera juez en autorizar la emisión por televisión (Tribunal TV) de sus juicios desde la firme convicción de que “la Justicia debe verse” por la ciudadanía para generar cercanía y confianza en ella (1996-2002). En 1999 también fue atrevida al emitir la primera orden de detención internacional contra un padre por llevarse a sus dos hijas al extranjero, algo que, hasta ese momento no se consideraba delito, logrando que el padre retornara a las menores a España. Este precedente fue el germen de lo que terminaría tipificándose como delito de secuestro parental.
Raimunda se convirtió en un referente para las asociaciones de mujeres que encontraron en ella un apoyo en la lucha por la igualdad efectiva de las mujeres y su protección frente a los malos tratos.
Compaginó su trabajo como juez con su vocación docente y comunicativa impartiendo clases en la Universidad Complutense de Madrid (1993-2012), el Instituto de Criminología (1992-2012), Universidad Pontificia de Comillas (1997-2001) e Instituto de Empresa (1999-2001) así como con la exposición de conferencias.
La carrera de Mundi –como la conocían sus colegas y amigos– estuvo llena de experiencias profesionales y humanas que la llevaron a ser, parafraseando a Machado, “más que una mujer al uso que sabe su doctrina, en el buen sentido de la palabra, buena”.
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