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A la hora de valorar empresas o negocios, hay que tener en cuenta que una empresa no es un ente aislado de la realidad o del entorno. Todo eso se refleja en el llamado coste de capital, que puede tener una importancia capital (valga la redundancia) a la hora de la valoración.

¿QUÉ ES EL COSTE DE CAPITAL?

El coste de capital, conocido también como coste medio ponderado del capital (CMPC o sus siglas anglosajonas WACC), no es más que la medida del rendimiento mínimo que una empresa debe obtener para satisfacer a sus inversores o accionistas, dada su estructura de financiación. Matemáticamente es una media ponderada entre coste de recursos propios y ajenos.

Todo esto, que suena muy rimbombante, al final se reduce a que a si a una empresa le cuesta financiarse un 5%, debe obtener más rentabilidad que esa cantidad para ser rentable, o de lo contrario, nadie querría invertir en ella. Ese 5% del ejemplo, sería el coste de capital

RECURSOS AJENOS VS RECURSOS PROPIOS

Teniendo en cuenta esa definición, uno puede caer en el error de tener en cuenta el coste de los recursos ajenos de la empresa, porque es algo más intuitivo y fácil de medir. Si una empresa tiene un préstamo al 4% como fuente de financiación, uno puede pensar que dando una rentabilidad del 4,5%, cualquier inversor podría estar interesado en la misma, racionalmente hablando. Es más, ese coste es luego deducible como gasto financiero en el impuesto de sociedades, con lo que el coste neto es aún inferior.

Esto no es así. Si fue así, por reducción al absurdo, si la empresa no tuviera préstamos o financiación ajena con coste (como muchas, que se autofinancian con recursos propios o con financiación espontánea), su coste de capital sería 0 y todo el mundo querría invertir en ese negocio si diese una rentabilidad al menos de un 0,1%. Y esto no se da.

Debemos, por tanto, tener en cuenta que:

  • Los recursos propios tienen un coste implícito. Y es que cualquiera que invierte en un negocio, busca una rentabilidad. Esto se aplica al capital de los socios, otras aportaciones o los resultados que consigue la propia empresa. Si no se da una rentabilidad mínima, esos fondos “huirán” a otras inversiones con mejor binomio rentabilidad-riesgo, si se comportan de manera racional.
  • Este coste de los recursos propios es muy difícil de medir, y no es objeto del presente post el entrar en detalle en cómo hacerlo correctamente, pero forzosamente será superior a la rentabilidad de inversiones libres o de bajo riesgo. Recordemos que, a mayor riesgo, mayor rentabilidad exigida, por lo que si algo de bajo riesgo (por ejemplo, bonos del Tesoro, alquileres de plazas de garaje…) dan una rentabilidad x%, en un negocio con riesgo, la rentabilidad debe ser superior para obtener recursos propios.

EL COSTE DE CAPITAL EN LA VALORACIÓN

A título meramente informativo, la expresión matemática del coste de capital es:

Ese coste de capital va a influir en las valoraciones de negocios. Como ya comentamos, aparte de los múltiplos de EBITDA, se utiliza el DCF para valorar empresas, en base a las expectativas de futuro de un negocio, descontadas a día de hoy. Y si a día de hoy la situación general es de incertidumbre, el coste de recursos propios será más alto y por extensión, el coste de capital también lo será, y el valor del negocio a día de hoy será menor, que con un coste de capital inferior.

El coste de capital es uno de los factores que explica que dos negocios parecidos (no hay dos negocios iguales, quién diga lo contrario, seguramente mienta ????) se valoren de forma diferente. Bien porque tengan grados diferentes de recursos propios y ajenos, porque sus inversores midan su rentabilidad mínima exigida de diferente forma…

Por tanto, su cálculo de forma objetiva, siendo fundamental conocerlo para muchos aspectos de gestión de la empresa, cobra importancia si nos referimos a la valoración del negocio. En muchos informes de valoración, se pasa de puntillas sobre él, e incluso no se justifica su método de cálculo. En multitud de ocasiones, se limitan a indicar cuanto es, no dándole la importancia que se merece, ya que influye de manera decisiva en la valoración.

Si quieres tener una correcta valoración de tu negocio, teniendo en cuenta estos factores que describimos en este post, así como como en otros anteriores, deja que nuestro equipo de expertos te asesoren, contacta con nosotros.

El coste de capital en la valoración de empresas

Asesor Fiscal

 



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