- Los juzgados han reconocido este derecho por las limitaciones orgánicas y funcionales que sufren muchas personas de este colectivo sensible, condenando a la Seguridad Social a conceder una pensión
Hoy 9 de marzo, como segundo jueves del mes, se celebra el Día Mundial del Riñón en nuestro país. La Sociedad Española de Nefrología (SEN), la Organización Nacional de Trasplantes (ONT), la Federación Internacional de Fundaciones Renales (IFKF) y la ,Sociedad Española de Enfermería Nefrológica (SEDEN) encabezan esta iniciativa. Pero en un día como hoy nos hemos preguntado cómo es el medio de vida de los afectados por enfermedades renales graves. Aún existen pocos tratamientos para este tipo de patologías, y las soluciones suelen ser la diálisis y el trasplante. Según los expertos del centro médico-jurídico Tribunal Médico, las pensiones de incapacidad permanente son en estos casos la solución para estas personas si, debido a su dolencia y sus secuelas, no pueden trabajar.
El Día Mundial del Riñón tiene como objetivo concienciar, sobre todo, de las medidas de prevención ante las enfermedades renales. Éstas influyen considerablemente en la calidad de vida. La ingesta abundante de agua y líquidos es una de las medidas que se promueven en este día, de cara a prevenir las patologías asociadas a los riñones. “Con una Insuficiencia Renal Crónica, y sobre todo tras un trasplante de riñón, se puede solicitar a la Seguridad Social -con bastantes probabilidades de éxito- una incapacidad permanente absoluta, lo que supone una pensión vitalicia por no poder ejercer ningún tipo de trabajo”, informa Alejandro Rusiñol del centro Tribunal Médico.
En este centro han ganado diversas sentencias reclamando ante los tribunales este tipo de prestaciones que, a priori, había denegado la Seguridad Social. Hemos tenido acceso a una de ellas donde un administrativo comercial obtuvo la incapacidad permanente absoluta tras un trasplante de riñón, recibiendo entonces tratamiento inmunosupresor. En ella, los magistrados hacen constar que “el efecto conjunto de las lesiones padecidas, en sustancia el trasplante renal […] determinan en conjunto una disminución de la capacidad de esfuerzo […] de lo que ha de concluirse conforme la sentencia recurrida que no puede realizar trabajo alguno con la necesaria eficacia y habitualidad”. El texto legal reconoce a la demandante una pensión del % de su base reguladora, que asciende a 2.527,19 €.
Este es un ejemplo de cómo, tras un trasplante de riñón, se puede conseguir una incapacidad permanente como sustento de las personas con enfermedades renales graves. Hay que tener en cuenta que las personas con esta enfermedad ven muy perjudicada su calidad de vida. Los tratamientos posteriores inmunosupresores implican normalmente que el paciente se vea incapacitado -temporal o definitivamente- para desarrollar cualquier tipo de prestación. En la actualidad, según datos de la Fundación Renal Íñigo Álvarez de Toledo, en España casi 5 millones de personas, un 10% de la población, padece Insuficiencia Renal Crónica (IRC).
Hoy, Día Mundial del Riñón, el centro de la campaña que están realizando las asociaciones es concienciar a la población de cómo prevenir esta dolencia. Lo esencial es seguir pautas saludables que eviten que se dañen nuestros riñones. Entre ellas están sobre todo beber dos litros de agua diarios, reducir el consumo de bebidas alcohólicas y realizar ejercicio regularmente. Paralelamente, las personas diabéticas deben controlar sus niveles de azúcar y presión arterial, ya que la diabetes es la razón más habitual del fallo renal crónico. Las personas mayores de 60 años son las que más padecen esta enfermedad.