Hoy, 18 de noviembre, se celebra el Día Mundial de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica (EPOC). Esta fecha se conmemora con el fin de concienciar a la sociedad de los peligros del tabaco, que pueden desembocar en una enfermedad incurable como esta. La EPOC genera una serie de incapacidades a los que la padecen, según los profesionales del centro médico-jurídico Tribunal Médico,que pueden llevar al afectado a cobrar una pensión de la Seguridad Social por incapacidad permanente, siempre que se demuestre que el afectado no puede ejercer eficazmente su profesión o ninguna otra.
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica altera la respiración de una persona, no se cura y es potencialmente mortal, pues va más allá de lo que popularmente se conoce como "la tos del fumador". El año 2012 murieron por esta causa más de 3 millones de personas en todo el mundo, lo cual representa un 6% de todas las muertes registradas ese mismo año. Más del 90% de las muertes por EPOC, por otro lado, se producen en países de bajos y medianos ingresos. La principal causa de esta enfermedad es el humo del tabaco, afectando tanto a fumadores activos como pasivos, aunque también lo es la contaminación del aire en general. En la actualidad, la EPOC afecta casi por igual a ambos sexos, en parte debido al aumento del consumo de tabaco entre las mujeres, y está considerada como una patología incurable y, en materia de pensiones de la Seguridad Social, limitante.
¿Puede, por tanto, la EPOC ser certificada como incapacidad permanente? Según los juristas de Tribunal Médico, dependerá del estado de la enfermedad y de si ésta incapacita al afectado para desarrollar su trabajo, o incluso, cualquier otra profesión, pues la EPOC provoca un cansancio anormal a quien la padece, -debido a la falta de aire- a menudo incompatible con el ritmo de trabajo de cualquier empresa. Por ello, se debe valorar pericialmente a la persona que sufre esta dolencia para saber qué grado de incapacidad necesitaría. “Hay que tener en cuenta que en la incapacidad permanente parcial la persona puede trabajar en su profesión habitual, pero con determinadas limitaciones para algunas tareas fundamentales de la misma. En la total, la persona está absolutamente incapacitada para efectuar su trabajo habitual, pero puede dedicarse a otra profesión distinta. Y en la absoluta, el estado de salud no es compatible con el desempeño de ninguna clase de actividad laboral”, recuerda el jurista de Tribunal Médico, Alejandro Rusiñol.
Un gran número de sentencias ganadas por Tribunal Médico nos hacen reflexionar, hoy Día Mundial de la Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica, “sobre la importancia de que se luche por los derechos laborales cuando aparece un problema de salud de este tipo”, apunta Rusiñol. Porque no siempre es fácil, pues el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) muchas veces deniega a priori la solicitud del particular, por lo que en estas situaciones -y si efectivamente se demuestra que el trabajador está incapacitado para la vida laboral- se puede, y se debe, reclamar ante los tribunales. “Si la ley nos da la razón, la incapacidad puede suponer una pensión hasta del 100% de la base reguladora”, subraya el jurista.
La EPOC se caracteriza por un bloqueo persistente del flujo de aire en los pulmones. Los síntomas más frecuentes son la disnea (falta de aire), la expectoración anormal y la tos crónica. A medida que la enfermedad empeora, pueden hacerse difíciles actividades cotidianas como subir escalones o llevar una maleta. Esta patología se confirma con una espirometría, la cual mide la cantidad y la velocidad del aire inspirado y espirado. Como tiene una evolución lenta, suele diagnosticarse en personas mayores de 40 años. La EPOC no se cura y es esencial dejar de fumar para prevenir la progresión de la enfermedad. Existen varios tratamientos que pueden ayudar a controlar sus síntomas y a mejorar la calidad de vida de los pacientes, como los broncodilatadores, que pueden mejorar la disnea.