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El presidente de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo, Manuel Marchena, que juzgó y condenó a los líderes del proceso de independencia de Cataluña, ha advertido de que en ocasiones "la autoritas" de lo jueces "es pisoteada" en España y ha lamentado que esté "asumido por protagonistas sociales y políticos"

Es una de las manifestaciones realizadas este jueves por Manuel Marchena durante la exposición de su ponencia sobre "Liderazgo y ética en la justicia" en las jornadas "Conectad@s por derecho" organizadas por la Fundación Mutualidad Abogacía en colaboración con Banco Santander.

Manuel Marchena, que presidió la Sala encargada del juicio del procés, ha recordado que "en el derecho romano la potestas era la capacidad del juez para imponer sus propias decisiones y la autoritas la dignidad moral que emanaba del pretor, y nadie cuestionaba que el ejercicio de la potestas estaba basado en la autoritas".

"Por una serie de circunstancias, que tienen muchos protagonistas y que se viene repitiendo desde hace mucho tiempo, hay ocasiones en las que se lamina a los jueces de España su autoritas y solo les queda la potestas y el problema está en quiénes son los responsables de que esa autoritas sea pisoteada", ha comentado.

Y ha añadido: "No se trata de la autoritas que persigue el blindaje de autoridad sino simplemente la entendida como el derecho a reivindicar que usted no menoscabe mi dignidad profesional y esto lamentablemente hoy, ayer y me temo que en el futuro es un hábito que está asumido por muchos de los protagonistas sociales y políticos".

En referencia al juicio del procés ha aclarado que tuvo "un liderazgo escénico" que él no buscó y ha asegurado: "Jamás me sentí líder porque solo la presencia de los siete magistrados que me acompañaron contribuía a darme seguridad".

Marchena ha indicado que en el juicio "trataba por encima de todo de no ejercer un protagonismo interruptivo, es decir no convertirte en ese que siempre está hablando porque donde se imparte justicia es en las audiencias, donde se oye".

"El juez no tiene que ser un virtuoso sino sencillamente un tipo prudente en la aplicación del derecho y por eso creo que ese protagonismo incluso social de algunos jueces con nombre y apellido les perjudica enormemente porque dictar sentencia es ser prudente, no convertir tu órgano jurisdiccional en un factor de la controversia social o de la batalla política, eso no puede ser", ha recalcado.

Respecto a la presión mediática ha dicho: "No vivimos en una cápsula pero tengo una receta y es que cuando viene el siroco, cuando un asunto que tienes encima de la mesa se convierte en mediático y controvertido y sabes que tu decisión va a ser probablemente aplaudida por unos y abucheada por otros es el momento de dejar de escuchar tertulias y poner los 40 Principales o Radiolé".

"Es decir, es muy importante sustraerte, no te puedes aislar pero en ocasiones hay que activar algún mecanismo de defensa que te permita no contaminarte con el ambiente que no es especialmente favorable", ha apuntado.

Y sobre el juicio del procés ha concluido diciendo: "Por supuesto que me sentí protagonista involuntario, fueron cuatro meses largos tras un año de preparación porque eran miles de folios y una sentencia de 500 páginas, y todo eso también te marca".




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