Debate en la Fundación Diario Madrid, un lugar emblemático de nuestra ciudad, sobre la politización de la justicia organizado por Fundación Hay Derecho, el semanario Ahora y la Plataforma Cívica por la independencia judicial. La excusa analizar el impacto de “El poder amordazado”, el libro que acaba de salir del magistrado Jesús Villegas, juez decano de Guadalajara y un profesional que siempre ha denunciado los problemas de nuestra justicia y las penurias de nuestros jueces.
En esta ocasión, Villegas compartió cartel, moderado por Ramón González Ferriz, director del citado semanario con Rodrigo Tena, patrón de Fundación Derecho y los parlamentarios Ignacio Prendes de Ciudadanos; Irene Lozano del PSOE y Gloria Elizo, vicepresidenta tercera de la Mesa del Congreso por Podemos. Como principal conclusión, la politización del CGPJ es un hecho claro desde 1985 que se cambió su forma de nombramientos de vocales, ahora reparto entre los partidos políticos.
“EL CGPJ es un organismo en estado terminal”, apuntó el magistrado invitado. Por desgracia, al final la sensación que se tiene, equivocada, es que son nuestros jueces politizados. Los representantes de los partidos presentaron sus medidas para evitar esa politización que no convencieron en exceso al auditórium.
Cómo el poder político se ha infiltrado en la justicia española
“El poder amordazado” es un libro escrito muy pegado a la realidad por el magistrado Jesús Villegas. Su subtítulo no deja dudas de lo que el lector se va a encontrar: “La historia oculta de cómo el poder político se ha infiltrado en la justicia española”. Como decía en su presentación Rodrigo Tena “esta obra provoca cierta reacción en la sociedad civil ante los contenidos y situaciones que revela y ayuda claramente a establecer un debate sobre la politización de nuestra justicia. Politización que hace daño y que permite que el Tribunal Supremo establezca como válida la doctrina Botín, por poner un ejemplo”, indicaba. A su lado, Villegas explica con claridad como el desprestigio de la política ha llegado a la justicia en estos últimos años “es un dato preocupante porque puede hacer tambalear el Estado de Derecho y la seguridad jurídica de toda democracia”.
En otro momento de su intervención, este magistrado, secretario general de la Plataforma Cívica por la Independencia Judicial, subrayaba que “es fundamental cortar la correa de transmisión entre el poder político y el judicial. Hay que darse cuenta que en estos momentos el CGPJ es un organismo en estado terminal”, frase impactante. Y lanza un reto: “Si quieren controlar a los jueces que lo hagan de verdad, pero no con la hipocresía de ahora con el CGPJ por medio dando apariencia que no pasa nada”.
A su lado, nuestros flamantes diputados escuchan y miran con cierta admiración al juez protagonista de este debate. Irene Lozano prefiere hablar de partidización que de politización. Y advierta que hay un mecanismo de control del CGPJ y que cuestiones como el aforamiento o los indultos también son preocupantes y hay que ir en contra de ello “Puede haber desigualdades entre el político que le juzga el TS, siempre nombrado desde el CGPJ que el particular que tiene una vista en otro juzgado”, apuntaba. Para Gloria Elizo de Podemos lo ideal es hacer cambios notables en el CGPJ, no más de 15 vocales elegidos por los ciudadanos por sufragio universal. También, habla de limitar aforamientos y de modificar las oposiciones a la carrera judicial, muy memorísticas, lo que no deja claro que los mejores sean jueces a posteriori. Ignacio Prendes de Ciudadanos, repite lo que ya conocíamos del programa de este partido. La supresión del CGPJ por otras figuras más personalistas y pone la mano en el fuego por la independencia judicial de nuestros magistrados. “No creo que se dicten sentencias de una forma política y partidista”, señalaba.
¿Qué juez queremos?
EL debate es muy animado y González Ferriz, como buen periodista, introduce la pregunta clave, sobre qué tipo de juez queremos. Villegas volvía a la carga y a sentar cátedra cuando habla del juez partidista que es residual del ideológico que con el margen que le da la ley dicta el fallo en uno u otro sentido “Los dos son rechazables, creo que el juez debe hacer un ejercicio de honestidad, superar cualquier prejuicio y fallar conforme a la ley de manera razonable“, comentaba.
Los otros contertulios apelan a la independencia del magistrado, como recuerda Gloria Elizo; a lo que dice el artículo 117 de la Constitución de 1978 para Ignacio Prendes y donde su profesionalidad no puede estar en tela de juicio, como recordaba la propia Irene Lozano en su intervención, quien establece un paralelismo entre el mundo militar y el judicial. “Hay un control externo importante por parte de los políticos de ambos ámbitos pero en su interior hay esferas de poder poco democráticas, al alcance de ciertos grupos”. Por su parte, Rodrigo de Tena se aproxima a las tesis de Villegas y recuerda “el poco margen de actuación que tienen nuestros jueces. Ellos no hacen las leyes pero a veces tienen que aplicar unas normas poco claras e injustas”; comenta.
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