La flexibilidad con la que han respondido las compañías del Ibex-35 en la celebración de sus juntas generales de accionistas ha supuesto un cambio de paradigma en el sistema de gobernanza de las empresas cotizadas, regidas ahora por un nuevo modelo con temáticas diferentes y tecnológicamente más avanzado. Esta es una de las principales conclusiones del informe "El Impacto de la Covid-19 en las Juntas de Accionistas del Ibex-35", elaborado por el Centro de Gobierno Corporativo de Esade y Georgeson, que analiza los aspectos formales de la celebración de estas sesiones, la temática de las propuestas sometidas a votación en ellas, y los temas más relevantes para tratar en las juntas de 2021.
Para Mario Lara, director del Centro de Gobierno Corporativo de Esade, este estudio pone de manifiesto que, "nuestro sistema de gobernanza funciona". En su opinión, "se ha superado la tradicional rigidez que caracterizaba a nuestro sistema normativo con una agilidad y rapidez inesperadas”. "Estamos ante un innegable cambio de paradigma con el que hemos pasado de un modelo presencial e inmovilista, a otro eminentemente tecnológico, mucho más avanzado, que, sin duda, ha llegado para quedarse", ha explicado.
"Estos avances han sido posibles tanto por los cambios significativos que ha llevado a cabo el legislador español en la regulación como por el trabajo realizado por las propias empresas. —ha añadido Carlos Sáez Gallego, country head of Spain de Georgeson—. Las partes interesadas de la industria han sabido adaptarse a las circunstancias y actuar de manera eficaz para enfrentar los desafíos derivados de la pandemia".
Un nuevo modelo más tecnológico y avanzado
Desde una perspectiva formal, el estudio elaborado por Esade y Georgeson, refleja el aplazamiento generalizado de las juntas en esta temporada 2020 —mientras que en 2019 el 79,4% de las compañías del Ibex-35 había celebrado su junta de accionistas antes de mayo, en este mismo mes de 2020 solo lo había hecho un 51,5%— y su celebración a posteriori en formado virtual, circunstancia que ha colocado a España entre los países europeos en los que más compañías han decidido incorporar esta fórmula a sus sesiones.
En lo que se refiere a los asuntos tratados en las juntas generales de accionistas de las compañías del Ibex-35, el estudio destaca que “se han producido algunos cambios relevantes y se ha puesto el foco en temas que en otros años hubieran tenido menos relevancia”. Entre los primeros, se señalan las modificaciones en la retribución al accionista (que se han producido en 20 compañías, un 60,6% del índice), las modificaciones en los planes de recompra de acciones (en 14 compañías, un 42,4%), las modificaciones estatutarias para adaptar las normativas internas a los nuevos modelos de reuniones telemáticas (en 11 compañías, un 33,3%) y el ajuste de remuneraciones de altos cargos (en 12 compañías, un 36,4%). También recalca que muchos inversores, que bajo condiciones normales no habrían apoyado una propuesta de delegación al Consejo para ampliaciones de capital sin derechos de suscripción preferente superior al 10%, este año han mostrado su apoyo ante la crisis y, atendiendo a las justificaciones concretas de cada compañía, han votado a favor de dichas propuestas.
De los temas que han cobrado mayor relevancia en esta temporada de juntas generales de accionistas, el informe pone de relieve la vertiente más social de los criterios ESG [Environmental, Social and Governance] de la que cita que, “se ha visto claramente reforzada ya que casi todas las compañías del Ibex-35 han adoptado medidas de tipo social para contribuir a la mejora de sus stakeholders y la sociedad en general”.
Nuevos retos y tendencias
En cuanto a las tendencias a futuro, los expertos de Esade y Georgeson adelantan que los ejes conductores de la próxima temporada de juntas guardarán relación con la actualización de los mapas de riesgos de las sociedades, los planes de contingencia y sucesión, las políticas de remuneraciones a consejeros y alta dirección, la composición de los consejos y las nuevas competencias y capacidades requeridas, y los posibles cambios en la tipología de inversores que componen el accionariado.
La digitalización también ocupará un lugar preminente en la agenda de todos los consejos de administración y de sus principales comisiones, especialmente desde el punto de vista de la ciberseguridad y de la inteligencia artificial —entendida como herramienta para que el consejo pueda contrastar las propuestas—, y también habrá otros asuntos no financieros que cobrarán un nuevo protagonismo. Tal será el caso de los criterios ESG y de la adopción de nuevas medidas, desde la perspectiva de los stakeholders, y no sólo de los accionistas.
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