En este oficio nuestro (me refiero a eso de ir por la vida ejerciendo de abogado), solemos pronunciar mucho la frase “me han suspendido”. Pero esto no quiere decir que a uno le hayan puesto un suspenso en un examen. Suele a venir significando que tal o cual juicio no se ha celebrado, quedando aplazado para otra fecha.

Y esta semana me han suspendido cuatro veces, tantas como juicios tenía previstos realizar. Es decir, pleno total en suspensiones, lo que significa que en realidad me he pasado la semana entera perdiendo el tiempo. Menos productividad, imposible. Y esto que puede resultar muy extraño para los profanos, resulta que es el pan nuestro de cada día en nuestra profesión y más particularmente para los que medramos por la jurisdicción social.

¿Qué porqué se suspenden los juicios?. Pues mire Vd., por imaginación que le ponga, seguro que va a quedarse corto, porque puede ocurrir de todo y más. Pero esta semana y en mi caso, de las cuatro suspensiones, tres lo han sido para ampliar las respectivas demandas contra nuevos demandados a quienes no se había demandado al principio, siendo que debían demandarse por imperio de la ley. Es lo que conocemos como litisconsorcio pasivo necesario, una de estas expresiones que soltamos los del oficio para darnos importancia y para que los demás no nos podáis entender. El cuarto asunto, se ha suspendido por litispendencia, que es otra de estas palabras a las que me acabo de referir y que viene a significar que es que hay otro pleito pendiente de resolver cuya sentencia puede afectar al caso concreto que debía de resolverse en el juicio que finalmente se suspende.

La cosa es que suspender estos cuatro asuntos me ha significado, preparar el juicio, acudir al Juzgado, esperar una eternidad por los retrasos habituales y cuando por fin llegamos a poder entrar en Sala para celebrar, salir en 5 minutos con la cola entre piernas y con la diligencia de suspensión bajo el brazo. Y lo peor y más triste: Que todo esto ocurre porque compañeros poco o nada diligentes hacen las demandas con salva sea la parte y porque algunos Juzgados, las admiten a trámite con una alegría que roza la ineptitud. Pero no pasa nada. Veremos cuantos “suspensos” me dan la semana que viene.