La Justicia europea precisa, no obstante, que el trabajador tendrá que pagar el impuesto si la empresa está sujeta al IVA y ha dado "muestras de la diligencia razonablemente exigida para controlar las actuaciones de su empleado".
El tribunal con sede en Luxemburgo responde así a un juez polaco que pregunta por el caso de una empleada de una estación de servicio que emitió casi 1.700 facturas falsas con un valor de unos 320.000 euros utilizando datos de la empresa sin su conocimiento ni consentimiento.
Estas facturas no se contabilizaron en las declaraciones fiscales de la sociedad y fueron utilizadas para que los destinatarios obtuviesen la "devolución indebida" del IVA sin que dicho gravamen llegase a las arcas públicas.
El 'fisco' polaco exigió a la empresa el importe adeudado debido a "la falta de supervisión y de organización adecuada en el seno de la sociedad que contrataba a la empleada", pero la empresa recurrió esta decisión ante la Justicia polaca.
En su sentencia, el TJUE declara que "el deudor del IVA no puede ser el emisor aparente de una factura falsa cuando este actúa de buena fe y la Administración tributaria conoce la identidad de la persona que ha emitido realmente dicha factura".
En estos casos, continúa el fallo, es la persona la que adeuda el IVA puesto que "una interpretación diferente sería contraria al objetivo de la Directiva sobre el IVA de luchar contra el fraude y de evitar que los justiciables puedan prevalerse de las normas del Derecho de la Unión de forma fraudulenta".
Sin embargo, añade que la empresa está obligada a "demostrar la diligencia razonablemente exigida para controlar los actos de su empleado" y así evitar que sus datos se utilicen para emitir facturas falsas. De lo contrario, debe considerarse que la empresa está obligada a pagar el IVA a las autoridades tributarias.
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