- Ante la subida de precios generalizada que experimenta la economía española, el Gobierno de la Comunidad de Madrid ha decidido optar por una política fiscal basada en deflactar el Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF).
- “Me parece una medida muy positiva, más eficiente y sencilla de aplicar que aumentar la recaudación para distribuir la riqueza, pues se genera de forma directa un aumento de la capacidad económica de las familias”, afirma José Mateo, abogado y socio del despacho Marín & Mateo Abogados
El Gobierno de la Comunidad de Madrid deflactará un 4,1% los tramos del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF) autonómico. Esta medida, pese al escepticismo con el que ha sido recibida por algunos sectores de la población madrileña, supone una forma sencilla y eficiente de aumentar la capacidad económica de las familias en tiempos de crisis, según el despacho Marín & Mateo Abogados.
“Me parece una medida muy positiva, más eficiente y sencilla de aplicar que aumentar la recaudación para distribuir la riqueza, pues se genera de forma directa un aumento de la capacidad económica de las familias que tributan en IRPF”, afirma José Mateo, abogado y socio del despacho Marín & Mateo Abogados.
Para el experto, a diferencia de las políticas enfocadas en aumentar la recaudación para redistribuir la riqueza, deflactar el IRPF no es solo mucho más eficiente desde el punto de vista fiscal, sino que necesita de mucha menos logística y recursos por parte del Estado.
¿En qué consiste esta medida?
De cara a la declaración de la Renta del próximo año, la Comunidad de Madrid deflectará los tramos del IRPF autonómicos en un 4,1%, es decir, el mismo valor que en el Instituto Nacional de Estadística (INE) cifra el crecimiento del coste salarial ordinario en su encuesta trimestral.
“La deflactación del IRPF se basa principalmente en atacar al mínimo personal y familiar aplicable en los tramos progresivos de la Renta”, explica Mateo. De esta forma, las familias y personas podrán aumentar, o al menos mantener, su capacidad económica ante el incremento del IPC y la estabilidad de los salarios.
“Lo que se genera es que al final los contribuyentes tendrán que pagar menos en sus declaraciones o les saldrá una cantidad mayor a devolver, teniendo así más renta disponible para compensar el aumento generalizado de los precios”, añade el abogado.
Diferencias con la redistribución de la riqueza
Mientras que los partidos más liberales acostumbran a apostar por este tipo de políticas, aquellos de corte más socialista optan tradicionalmente por una política fiscal basada en aumentar la recaudación para redistribuir la riqueza.
Pata Mateo, este segundo tipo de políticas fiscales generan más medios, pero los problemas aumentan en el momento de la distribución: “se necesitan mucho más medios, así como financiación, redundando en el gasto; además, no podemos olvidar los problemas con el control de este reparto, que ocasionan situaciones de injusticia social que derivan en el gasto de más recursos públicos para comprobar la inexistencia de fraude”.
Del mismo modo, el experto reconoce que ambos tipos de políticas tienen sus ventajas, pues aquellas basadas en la deflactación del IRPF, como la aprobada por la Comunidad de Madrid, poco interés o valor pueden tener para una persona sin ingresos. “En definitiva”, concluye, “no existe nada más político que la política impositiva de un país, pues siempre están basadas en decisiones políticas”.