- Esta región atrajo el 14,4% de la inversión global en 2015
- La actividad de M&A aumentó un 27% en 2015, impulsada por 39 grandes operaciones
- Los altos ejecutivos ven mayores oportunidades de inversión en los sectores de infraestructuras (22%), inmobiliario y hotelero (19%) y manufacturas (18%)
- Estados Unidos, Alemania, Reino Unido y Francia fueron los principales inversores de proyectos greenfield en la región entre 2013 y 2015
- Los inversores internacionales destacan seis factores para mejorar el atractivo de la región: estabilidad y seguridad, desarrollo del talento, ambición digital, inversión en infraestructuras, eficiencia energética y financiación del crecimiento
Según se desprende de la segunda edición del informe BaroMed 2017 de EY, que analiza la inversión extranjera directa (FDI) realizada en la zona Euromed durante el año 2015, uno de cada tres altos directivos (el 32%) prevé invertir en la región en los próximos tres años.
El estudio también indica que el número de fusiones y adquisiciones se incrementó en un 27% en 2015 y fue impulsado por 39 grandes operaciones valoradas en más de 1.000 millones de dólares. Sin embargo, los proyectos Greenfield (iniciados desde cero) disminuyeron un 14% en 2015 en comparación con los datos de 2011 (fecha del anterior informe).
“La región mediterránea tiene unas positivas perspectivas de atracción de inversión pero para que se materialicen sería necesario que aumentara la estabilidad política y económica en algunas de las regiones, así como que mejorase la inversión en infraestructuras o el grado de digitalización. Las empresas tenemos un papel determinante en ello, y deberíamos aportar todas las capacidades a nuestro alcance para seguir contribuyendo al desarrollo de las economías”, explica José Luis Perelli, Presidente de EY en España.
Teniendo en cuenta la distribución sectorial, durante los próximos tres años, los líderes empresariales globales encuestados por EY para este barómetro ven oportunidades de inversión en infraestructuras (22%), inmobiliario e industria hotelera (19%) y en manufacturas (18%).
Por tipo de inversor, las empresas de Estados Unidos, que representan el 23,5% del total de la inversión, y de la Unión Europea (Alemania, Francia y Reino Unido) han sido las mayores fuentes de inversiones transfronterizas en la zona del Mediterráneo durante el periodo 2011-2015. El estudio también destaca la presencia de inversores chinos, que se han centrado principalmente en fusiones y adquisiciones.
La subregión EU-Med, primer destino más atractivo para la inversión
La inversión extranjera directa (FDI) en la zona mediterránea sigue estando dominada por la subregión EU-Med, que atrajo durante 2015 el 59% de los proyectos y el 53% de la inversión, que se situó en 406.000 millones de dólares. Los principales sectores de inversión en M&A fueron los de productos de consumo y retail, y telecomunicaciones. En cuanto a las previsiones de inversión, el 45% de los encuestados cree que el atractivo de los países EU-Med mejorará en los próximos tres años.
Los Balcanes y Turquía, que representaron el 12% del volumen total de FDI entrante en la región en 2015, vieron su inversión reducida en un 43% respecto a 2011, situándose en 92.000 millones de dólares, debido a la incertidumbre sobre la estabilidad de la región y la reciente turbulencia política en Turquía. Sin embargo, atrajeron un 10% de los proyectos, lo que representa un 3% más que en la última edición del estudio. El principal destino para la inversión en esta subregión fue el sector manufacturero. El 31% de los inversores piensa que el atractivo de la subregión mejorará en los próximos tres años.
Oriente Medio se ha visto afectado por la guerra en Siria, con un descenso de la inversión extranjera directa (FDI) del 57% en 2015 respecto a 2011, y sólo representó el 5% del volumen total en la zona mediterránea. La subregión atrajo un 4% del total de los proyectos en 2015, un 36% menos que en 2011. Un cuarto de los sondeados creen que su atractivo para captar FDI se verá deteriorado en los próximos tres años.
El norte de África atrajo el 11% de la inversión entrante en la zona del Mediterráneo en 2015, con un aumento del 52% en el volumen captado en comparación con 2011. Este incremento se ha visto impulsado por las inversiones Greenfield en grandes proyectos industriales, que aportaron 83.000 millones de dólares. El número de proyectos captados por la subregión (6% del total de la región) cayó un 8%, aunque los directivos son optimistas sobre su futuro y el 39% de los sondeados indicó que su atractivo para la inversión extranjera mejorará.
Los países del Golfo, un destino tradicionalmente atractivo en la región, sufrieron en 2015 una caída del 35% en FDI captada con respecto a 2015, debido a la fuerte disminución de los precios del petróleo y a una reducción de nuevos proyectos en la industria petrolera. Así, la subregión atrajo el 19% del volumen total de la inversión entrante en la región. También vio caer en un 31% el número de proyectos en comparación con cifras de 2011, consiguiendo el 21% de los proyectos de inversión. A pesar de esta situación, han logrado mantenerse como el segundo destino más atractivo para la FDI en el Mediterráneo y registran la mayor tasa de confianza: el 48% de los inversores extranjeros cree que su atractivo mejorará en tres años.
Seis indicadores para mejorar el atractivo de la región
Los inversores internacionales encuestados indicaron seis factores clave para mejorar el atractivo de la región: estabilidad y seguridad, fundamentalmente en Oriente Medio (60%) y en el norte de África (50%); desarrollo del talento, fomentando la educación especialmente en las subregiones de Balcanes y Turquía (28%), países del Golfo (28%), Oriente Medio (33%) y en el norte de África (35%); ambición digital, ya que una quinta parte de los sondeados consideran la tecnología como uno de los sectores más atractivos; inversión en infraestructuras, los líderes empresariales encuestados ven la infraestructura y el transporte como los sectores más atractivos para la inversión en los Balcanes y Turquía, Norte de África y Oriente Medio; eficiencia energética, impulsando un entorno regulador que posibilite el desarrollo de energías renovables; y la financiación del crecimiento, a través de un acceso más fácil a la financiación de empresas y particulares.